Rusty_Haley
New member
- Registrado
- 27 Sep 2024
- Mensajes
- 49
Monstruo es una película sobre la búsqueda de la verdad a través de todas sus capas. Para ello, el gran cineasta japonés Hirokazu Kore-eda recurre a una estructura narrativa a lo Rashomon, el clásico de Akira Kurosawa; es decir, se aproxima a los mismos hechos a través del punto de vista de distintos personajes. En ese cruce primará la mirada de una madre viuda que detecta comportamientos extraños en su hijo preadolescente, el profesor que según ella podría estar detrás del problema de su hijo y la mirada del propio crío, centro de este intrigante y emotivo puzle en el que también figura la directora del colegio y un compañero de clase.
Kore-eda propone un camino a la verdad salpicado de matices y grutas secretas que enfrenta al espectador a un magma en el que convergen la disfuncionalidad familiar y la orfandad, las fallas del sistema educativo, el acoso escolar y, finalmente, el corazón de una amistad.
Acompañado por la música del fallecido Ryuichi Sakamoto y con un elenco de intérpretes maravillosos entre los que destacan las actrices Sakura Any y Yûko Tanaka y los niños Soya Kurokawa y Hiiragi Hinata, Kore-eda muestra con su habitual inteligencia emocional a unos personajes acorralados por esas formas a veces imperceptibles de violencia contemporánea que son la incomunicación y sus tentáculos. Aunque la trama de la película a veces se retuerce en exceso, el resultado final convence.
En Monstruo, que logró el premio al mejor guion en el último festival de Cannes, vuelven a brotar muchas de las obsesiones de su director, cuya filmografía está atravesada por los dilemas y misterios de los lazos afectivos, consanguíneos o no. Kore-eda ha contado alguna vez cómo el cine le salvó de su enfermiza timidez y del estrecho hogar en el que creció, la pequeña y pobre casa de estilo tradicional japonés, de las adicciones de su padre, un exprisionero de guerra en Siberia, y de las penurias de la madre trabajadora.
Tras rodar en Francia y Corea del Sur, el director de Nadie sabe, de Un asunto de familia, Palma de Oro en Cannes, o de la más reciente Broker, regresa a su país para urdir junto al guionista Yûji Sakamoto esta historia cruzada cuyos personajes lidian con un dolor común: el del desamparo. Un desamparo que en primera instancia anida en la propia familia para extenderse de forma más brutal al colegio, microcosmos de una sociedad que expulsa lo que no acepta ni reconoce y que Kore-eda, una vez más, acoge en sus brazos.
Seguir leyendo
Kore-eda propone un camino a la verdad salpicado de matices y grutas secretas que enfrenta al espectador a un magma en el que convergen la disfuncionalidad familiar y la orfandad, las fallas del sistema educativo, el acoso escolar y, finalmente, el corazón de una amistad.
Acompañado por la música del fallecido Ryuichi Sakamoto y con un elenco de intérpretes maravillosos entre los que destacan las actrices Sakura Any y Yûko Tanaka y los niños Soya Kurokawa y Hiiragi Hinata, Kore-eda muestra con su habitual inteligencia emocional a unos personajes acorralados por esas formas a veces imperceptibles de violencia contemporánea que son la incomunicación y sus tentáculos. Aunque la trama de la película a veces se retuerce en exceso, el resultado final convence.
En Monstruo, que logró el premio al mejor guion en el último festival de Cannes, vuelven a brotar muchas de las obsesiones de su director, cuya filmografía está atravesada por los dilemas y misterios de los lazos afectivos, consanguíneos o no. Kore-eda ha contado alguna vez cómo el cine le salvó de su enfermiza timidez y del estrecho hogar en el que creció, la pequeña y pobre casa de estilo tradicional japonés, de las adicciones de su padre, un exprisionero de guerra en Siberia, y de las penurias de la madre trabajadora.
Tras rodar en Francia y Corea del Sur, el director de Nadie sabe, de Un asunto de familia, Palma de Oro en Cannes, o de la más reciente Broker, regresa a su país para urdir junto al guionista Yûji Sakamoto esta historia cruzada cuyos personajes lidian con un dolor común: el del desamparo. Un desamparo que en primera instancia anida en la propia familia para extenderse de forma más brutal al colegio, microcosmos de una sociedad que expulsa lo que no acepta ni reconoce y que Kore-eda, una vez más, acoge en sus brazos.
Seguir leyendo
‘Monstruo’: Kore-eda contra el ‘bullying’
El cineasta japonés construye un intrigante melodrama, con música del fallecido Ryuichi Sakamoto, a través del punto de vista fragmentado de sus personajes principales
elpais.com