Moncloa y Génova se reafirman en su postura sobre Ribera tras el debate parlamentario

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La comparecencia monográfica este miércoles en el Congreso de los Diputados de la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, sobre la mortal DANA de Valencia se entiende desde las dos partes del tablero, la del Gobierno y la de la oposición, de la misma manera, obviamente incompatibles entre sí. Ambos creen haber ganado el debate, y mientras desde el Ejecutivo consideran que se ha despejado cualquier atisbo de duda sobre la actuación y gestión aquellos trágicos días de Ribera, en el Partido Popular (PP) estiman todo lo contrario. Todo ello en una comparecencia que ha mirado permanentemente de reojo a Bruselas, a la espera de noticias que aclaren el futuro de la hoy número cuatro de Pedro Sánchez como futura vicepresidenta y comisaria de competencia de la Comisión Europea, un nombramiento que debe ratificarse el próximo 1 de diciembre, en apenas diez días por tanto.«Han pretendido que ella bajase al barro del debate parlamentario, pero eso es no conocerla», aseguran desde el equipo de Ribera, donde consideran que el combate parlamentario se resume entre los «datos irrefutables» que a juicio de esta parte ha ofrecido desde la tribuna de oradores de la titular de Transición Ecológica, y los «bulos» de las bancadas de la oposición, tanto la del PP como la de Vox. Significadamente, y en la mentalidad propia de alguien que está sometida a examen de los diputados del Parlamento Europeo para su ratificación como presidenta comunitaria, pese a que la comparecencia en las Cortes (Ribera ha acudido el mismo día al Congreso y al Senado, algo bastante inusual), la vicepresidenta tercera del Gobierno no ha ahorrado datos de su particular currículum político, remontándose incluso a cuando fue secretaria de Estado para el cambio climático con José Luis Rodríguez Zapatero en la primera década del siglo. En concreto, ha blasonado de que en su mandato, en 2011, se aprobaron unas obras para el barranco del Poyo , cuyo desbordamiento explica buena parte de la tragedia en Valencia, pero que luego el Gobierno de Mariano Rajoy las dejó caer. Precisamente, y tal y como ha publicado recientemente ABC, el Gobierno Sánchez, en el que desde el primer momento, en junio de 2018, formó parte Ribera, frenó esas obras contra las riadas en dicho barranco, que se incluían en un pacto del agua impulsado por Rajoy en el que a la postre, moción de censura mediante, fue su último año de mandato.Noticia Relacionada estandar Si Los socialistas votarán a los candidatos de Meloni y Orbán para sustentar a Ribera Juan Fernández-MirandaLa preocupación por amarrar ese nombramiento europeo se vislumbra también en otros detalles. Especialmente mal ha sentado en el equipo de Transición Ecológica la apelación a un posible horizonte penal futuro de Ribera, contra la que ya hay demandas presentadas en el Tribunal Supremo. Recuerdan, a ese respecto, que el código de conducta de la Comisión Europea únicamente contempla el cese de un comisario cuando exista una sentencia judicial en firme que se produzca, además, por causas de carácter criminal. La propia Von der Leyen y otros dirigentes europeos han tenido abiertas algunas investigaciones judiciales en sus respectivos países.En el PP, por su parte, el objetivo de la comparecencia era evidenciar los errores derivados de la gestión de Ribera y también su falta de prevención previa a la catástrofe. Todo ello, enfocado al escaparate europeo, desde donde se siguió con lupa la intervención de la ministra. Un «objetivo cumplido», según fuentes del PP, ya que «hemos retratado la ausencia de Ribera en los días clave de la tragedia y eso deja su imagen muy tocada». La satisfacción del PP iba más allá y se proyectaba hasta el Parlamento Europeo, donde todo indica que Ribera será elegida comisaria y vicepresidenta de la Comisión de Ursula von der Leyen , pero tras un pacto con los partidos de Giorgia Meloni y Viktor Orban, los que el socialismo consideraba hasta hace nada la «ultraderecha», con la que nada había que pactar. Una ruptura del 'cordón sanitario' establecido por ellos mismos que el PP considera su mayor victoria tras casi dos semanas poniendo en entredicho la elección de Ribera para el Colegio de Comisarios.

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