'Miedo', de Robert Peckham: el terror puesto al día

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El miedo según Aristóteles es un dolor producido por el recuerdo de algún mal destructivo en el futuro. El miedo no es al presente, sino a un futuro inmediato. Miedo producido por la élite política, miedo producido por los populismos recelosos de los medios de comunicación, de la separación de poderes. Populismos de extrema derecha como Trump , o la Alianza Cívica de Viktor Orbán. Y los de extrema izquierda como en Cuba o Venezuela , entre otros países. También hay quienes quieren abarcarlo todo como Putin . Muchas veces la ira y el miedo llevan a la gente a las urnas, dice Steve Bannon, estratega de Trump. ENSAYO 'Miedo' Autor Robert Peckham Editorial Paidós Año 2024 Páginas 463 Precio 28 euros 4A veces el miedo puede ser beneficioso, incluso para controlar al poder y defender la libertad. Mejor que nunca fuera de este modo. Pero, por lo general, es una manera de coacción para dictadores, tiranos y autócratas. Kierkegaard escribió que la toma de decisiones puede provocar angustia y terror. Y el pensador danés nos recuerda que miedo y libertad son inseparables y no antitéticas. El mareo y el vértigo de la libertad. Erich Fromm , al que tanto leímos en nuestra juventud indecisa, huyó a los EEUU en el año 1934. Decía que la democracia no solo había creado sociedades libres, sino aquellas en las que los individuos se sentían impotentes, solos, ansiosos e inseguros. El miedo a la libertad. Al nazismo y a todo lo que trajo. Los alemanes se habían entregado a él por voluntad propia. ¿Y la diosa razón ? Pero también Rusia se había ido al comunismo como China al maoísmo. En todos estos regímenes fructificados en el siglo pasado, hace muy poco tiempo, las matanzas fueron ingentes. El terror une y mina las creencias en los valores universales: la justicia, la igualdad, la libertad. Todos ellos apuntalan a las instituciones democráticas. Pero su socavamiento debilita su legitimidad y la fe en ellas. Cervantes y don Quijote, el aristócrata empobrecido, el idealismo caballeresco contra el pragmatismo y la violencia, tuvieron el miedo a la orden del día: la Inquisición, el absolutismo, la pobreza, las guerras interminables, la desesperanza generalizada. Montaigne recordando a Cicerón afirmaba que «quien teme sufrir, sufre ya por su temor» ('De la experiencia'). No hay nadie que aún hoy en día no cumpla con este cuasi precepto. Hoy el terror está muy vivo y renovado debido a los sabuesos del infierno y a los satélites de la tiraníaEl ensayista francés distinguía entre la monarquía absoluta en la que un único dirigente gobierna conforme a sus deseos y caprichos «sin normas ni leyes»; y el despotismo republicano. El terror era y es el principio rector del gobierno despótico, más que la virtud y el honor, y ejerce un efecto anquilosante, aplastando la valentía del ciudadano y extinguiendo «hasta el más mínimo sentimiento de ambición». El terror existe desde el principio de los tiempos y cuando se transforma en violencia provoca más muertos que una pandemia. En el año 1789 comenzó la Revolución Francesa y con ella la modernización del terror. El terror puesto al día. La guillotina, la sangre, las cabezas rodando , los cuerpos descuartizados. Aquí comenzó la gran ‘perfomance’ contemporánea, el gran teatro del existencialismo del absurdo. Actores de verdad, convulsiones de verdad, nada preparado, nada ensayado, todo real. 1793 ejecución de Luis XVI. Venganza por el absolutismo y despotismo de siglos. Era la continuación de los entretenimientos teatrales de la corte de Luis XIV. Todo era representación, incluso las guerras. En vez del Rey y su séquito estaban ahora los demagogos revolucionarios y la Convención Nacional que presidía las farsas judiciales y las ejecuciones. Tiempos de miedo, pánico, horror y dolor. Quiebra de la autoridad y de los principios de Libertad, Igualdad y Fraternidad. En Francia el terror venía de atrás, del siglo XVII. Era un atributo de la realeza compatible con la virtud y la justicia. Luis XIV estaba asociado a ese terror. En la Enciclopedia francesa , el terror se define como una emoción que eleva la conciencia de una persona del sufrimiento ajeno y, en ese sentido, se haya íntimamente ligado a la compasión y la piedad, así como al drama trágico. También los enciclopedistas lo asociaban con lo sublime, asombro ante la inmensidad de la naturaleza. El terror como algo incontrolable siempre impuso su poder. «El terror roba a la mente todas sus facultades», escribió Burke en 'Indagación filosófica sobre el origen de nuestras ideas acerca de lo sublime y de lo bello' (1757).Las revoluciones siempre han sido: anárquicas, irracionales, inescrupulosas, saqueadoras, feroces, y sangrientas Robespierre nada menos que defendió el uso del terror en nombre de la Libertad. Un día hablando ante la Convención dijo que aquel al que viera temblar ante sus palabras era culpable. Para él no había mayor virtud que el terror. La única democracia posible era aquella que convivía con el terror. Toda revolución era terror. Robespierre chocó con personajes como Danton o Desmoulins (un diputado de la Convención y miembro del Club Jacobino). Este y otros denunciaron que no había democracia y el miedo impedía avanzar. Para él, como para Danton, la libertad de expresión, de opinión y movimiento estaban abolidas. Los dos lo pagaron con la guillotina. El científico Lavoiser también tuvo una muerte trágica a manos de los jacobinos. Las revoluciones siempre han sido: anárquicas, irracionales, inescrupulosas, proscriptoras, confiscadoras, saqueadoras, feroces, sangrientas y tiránicas. Burke en la cuarta misiva de 'Cartas sobre una paz regicida' (1796) llamaba terroristas a los revolucionarios. La razón llevada a sus límites puede convertirse en algo irracional. Para Horkheimer y Adorno , por ejemplo, el Holocausto. La razón apoyada en la ciencia y en la tecnología se había convertido en una fuerza deshumanizadora que destruía las libertades que decía proteger. ¿No es también hoy algo así? El poeta ruso, Brodsky, que padeció el terror de los sóviets, se refiere al mismo como algo anticipatorio. Esto lo diferencia de la tragedia que es ya un hecho consumado. Y su compatriota Yevtushenko, ambos fallecidos, dijo que el miedo se desliza «como las sombras». Engels escribió que el terror era «una política de crueldades inútiles, adoptada por aquellos que tienen miedo». Hoy el terror está muy vivo y renovado debido a los sabuesos del infierno y a los satélites de la tiranía.

 

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