El año pasado, la saga Piratas del Caribe cumplió 20 años de vida. Fue en 2003 cuando zarpamos por primera vez en un barco robado junto a Will Turner (Orlando Bloom) y Jack Sparrow (Johnny Depp) tras la Perla Negra, el navío maldito en el que el capitán Barbossa (Geoffrey Rush) había secuestrado a Elizabeth Swann (Keira Knightley).
A aquella primera aventura le seguirían dos películas más con el trío protagonista y dos nuevos filmes con Sparrow y nuevos aliados por los mares. Si bien el excéntrico capitán continúa siendo uno de los personajes más reconocibles de Depp, el actor llegó a la franquicia como estrella consagrada de Hollywood, a diferencia de Bloom, célebre solo por El señor de los anillos (2001), y Knightley, conocida en su Inglaterra natal gracias a Quiero ser como Beckham (2002).
La británica tan solo tenía 17 años cuando el papel de Elizabeth en la saga pirata la lanzó a la fama mundial y le abrió las puertas de la industria. Tras Piratas del Caribe, llegaron títulos tan queridos por el público como Love Actually (2003) y su triángulo amoroso, y otros que la convirtieron en protagonista de época como Orgullo y prejuicio (2005) o Expiación, más allá de la pasión (2007).
Keira Knightley habla sobre 'Piratas del Caribe'
Dos décadas después, Knightley es una actriz de sobra conocida, pero Elizabeth Swann sigue siendo uno de sus roles más destacados. Ahora, ha concedido una entrevista a The Times en la que ha rememorado su experiencia agridulce en la franquicia.
"Es algo curioso cuando tienes algo que te estaba construyendo y rompiendo al mismo tiempo", ha afirmado: "Me vieron como una [actriz de] mierda por esas películas, pero, a la vez, como les fue tan bien, me dieron la oportunidad de hacer las películas por las que me nominaron a los Oscar".
"Fueron las películas más exitosas en las que he participado y fueron la razón por la que me vapulearon públicamente. Así que guardan un espacio de mucha confusión en mi cabeza", ha reconocido.
En esa misma entrevista, la actriz se ha referido al impacto que tuvieron en ella las especulaciones sobre su peso y sus hábitos de alimentación en aquella época. "Yo sabía que comía", ha recordado: "Lo olvido todo y después algo surge y, de repente, tengo un recuerdo muy fuerte de eso porque, en definitiva, es humillación pública. Obviamente es parte de mi físico, dado lo joven que era cuando pasó. Me ha formado".
Knightley ha añadido que tuvo una "crisis mental" a los 22 años, justo cuando se estrenó Piratas del Caribe: En el fin del mundo (2007). "Las horas son una locura", ha contado sobre el rodaje de una saga: "Son años de tu vida, no tienes control sobre lo que ruedas, cuánto tiempo ruedas, qué ruedas". No es de extrañar que después optara por proyectos más pequeños e independientes que la franquicia que la catapultó.
La actriz estrena ahora la serie Palomas negras, un thriller de espías que llega el 5 de diciembre a Netflix. Knightley interpreta a Helen Webb, una esposa y madre entregada, y espía de profesión, que se ha pasado diez años filtrando los secretos de su marido, un político. Tras el asesinato de su amante secreto, Jason (Andrew Koji), se lanza a una misión para investigar el crimen junto a su viejo amigo, Sam Young (Ben Whishaw).
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