nfahey
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Una ejecutiva regresa a su hogar por Navidad. Allí se reencuentra con su exnovio, con el que aún tiene cuentas pendientes, pero varias personas se interpondrán en su camino, entre ellas... las parejas actuales de los dos.
Aunque parezca la arquetípica película de la sobremesa de Antena 3, lo cierto es que se trata de la trama de Nuestro secretito, el nuevo filme que triunfa estas semanas en Netflix, con Linsay Lohan (Chicas malas) e Ian Harding (Pequeñas mentirosas) en los papeles protagonistas.
Entrando en el ranking de visualizaciones de más de 70 países, Nuestro secretito tiene todo lo bueno que tiene que tener una buena comedia romántica navideña: una suegra con muy mala leche interpretada por Kristin Chenoweth (Glinda en Wicked, el musical original de Broadway), secuencias protagonizadas por chucherías psicodélicas, un cuñado que intenta sobornar al resto, una historia de amor imposible (o no tanto) y, sobre todo, Lindsay Lohan.
Lo reconocemos, nos encantan las películas navideñas malas
Más allá de la calidad de la película dirigida por Stephen Herek (Las alucinantes aventuras de Bill y Ted), que evidencia un presupuesto modesto -tremenda esa escena viral en la que Netflix introduce eventos de dudosa honorabilidad para demostrar cómo el mundo ha cambiado en la última década-, la nostalgia, la trama delirante y la suma de los clichés han hecho que muchos comulguemos con el filme.
Hartos de ejercicios cinematográficos intelectuales durante todo el año, se agradece una película cuya único leitmotiv sea entretener a la gente para que ría y pase el rato. Lejos quedan las pretensiones con su trama, su formato, su fotografía o sus interpretaciones. Porque, lo sabemos, Nuestro secretito es una película mala, pero es nuestra película mala favorita de finales de año. Esto ha hecho que muchos espectadores retomen los trabajos precedentes de Lohan en Netflix.
El anterior título navideño de Lohan cumplía a rajatabla con todos los tropos propios de la comedia romántica navideña, y que nos encantan. Así, quien escribe estas líneas, revisionaba recientemente Navidad de golpe (Janeen Damian, 2022), donde una millonaria perdía la memoria y se enamoraba del dueño de una estación de esquí en apuros, interpretado por Chord Overstreet (Glee). Pura magia.
Una mujer adinerada, un accidente absurdo, un señor vagabundo que luce a lo Santa Claus o un beso malísimo bajo el muérdago se sumaban a los característicos colores rojo y verde de estas películas para mostrarnos una de las historias más manidas del séptimo arte, pero también de las que más carcajadas y disfrute nos proporcionan estas semanas. Para más inri, películas de apenas una hora y media de duración, en una época en la que los cineastas parecen haber perdido la cabeza con metrajes eternos.
A pesar de no no ser estrictamente navideña, completa este tríptico Un deseo irlandés -dirigida también por Janeen Damian y estrenada este mismo año-, que presenta otra historia de amor y desamor, con un deseo a una mágica Santa Brígida (que le hace la vez a Santa Claus) y un final feliz, haciéndonos completamente dichosos a nosotros también.
Una serie de películas protagonizadas por Lohan que Netflix relacionaba de forma hilarante con otros filmes de su universo navideño, donde ya cuenta con películas como la franquicia de sus intercambios de princesas o más recientemente la película de strippers Los festivos caballeros. Todas igual de malas, pero también de gozosas.
Netflix continúa dando una segunda oportunidad a estrellas de los 2000 como Vanessa Hudgens (High School Musical), Chad Michael Murray (One Tree Hill) o Lacey Chabert (Chicas malas), transformando sus desventuras navideñas en nuevas películas con un gran éxito de audiencia. La mejor elección para aquellos que queremos disfrutar de las Navidades en todo su esplendor, incluyendo sus películas malas.
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