tianna.renner
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Los medios de comunicación preguntan a Pedro Sánchez a las puertas del tanatorio en el que se vela a Marisa Paredes. Cuando el corrillo se acaba, la reportera Marta Riesco aprovecha para lanza un saludo al presidente del Gobierno: "Un beso de Belén Esteban". En el séquito gubernamental no pueden disimular demasiado algunas risas.
Menos gracia le ha hecho a la propia Belén Esteban, que aparece en directo en la imagen de Ni que fuéramos con cara de póker. Y la boca llena. "Será de parte de Valdeperas (director del programa), pues yo me estoy comiendo unos colines".
Ella no ha mandado ningún beso a ningún presidente. Pero el video viral ya estaba hecho. Los de la saga de Sálvame han interiorizado que sin meme no logran su paraíso. Están a la búsqueda del momento cómico para que hablen de su universo los que ven el programa y los que no ven el programa. También para que algunos que no sintonizan jamás Ni que fuéramos sssh sientan que no se pierden ni una entrega por los cachitos del show que les asaltan a través de las redes sociales.
Y Marta Riesco en sus reportajes callejeros parece tener muy claro que debe propiciar estampas virales que pinten de color las largas tardes. Aunque sean en el luto de un velatorio. Da igual. Basta con nombrar a Belén Esteban, con o sin su permiso, para propiciar un histrionismo social: o de los que la miran por encima del hombro, o de los que la miran desde el aprecio de tantos años conociéndola por la tele.
Haters y empatizadores quedan unidos por esa sonrisa floja que aparece casi siempre que asoma el nombre de Belén Esteban. Aunque solo estuviera comiendo colines. La comicidad del buen payaso no requiere palabras. Y la realidad de nuestro tiempo crece en la irrealidad, vivimos en la teatralización de todo. Funerales incluidos.
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