thelma82
New member
- Registrado
- 27 Sep 2024
- Mensajes
- 78
Para mí, la Navidad era mi abuela. Todos los años viajábamos desde Madrid hasta su aldea y nos apiñábamos ruidosamente en torno a su cocina económica de hierro fundido, hurgando crustáceos, desmembrando cajas torácicas y amontonando patatas asadas con ramos de grelos, coliflor y repollo cubiertos de una ajada fragante de pimentón dulce. Había que estar en la cocina porque la casa era tan fría que, cuando ibas al baño, el aliento se transformaba en niebla por condensación. Cuando me tocaba bajar por agua a la fuente, se me congelaban los mocos dentro de la nariz. Cualquiera de las otras casas de la familia habrían sido más cómodas. A nadie se le ocurrió nunca celebrarla en ningún otro lugar.
Seguir leyendo
Cargando…
elpais.com