Los ocho errores que impiden perder peso según una nutricionista

[Rosamond_Lesch]

Hemos oído y leído muchas veces que solo hace falta fuerza de voluntad, hacer dieta y practicar deporte para poder perder peso. Sin embargo, no siempre es tan fácil. Muchas veces existen una serie de factores que pueden dificultar el adelgazar, como las hormonas, la medicación o ciertos hábitos que impiden que desciendan los números en la báscula.

En estas ocasiones, llegar a cierto peso puede convertirse en toda una odisea, sobre todo cuando hemos mejorado la alimentación y no faltamos ni un solo día al gimnasio. En muchas de estas veces, es posible que seamos nosotros mismos quienes provoquemos ese estancamiento con determinadas rutinas (o falta de ellas) que hacemos todos los días.

"Alcanzar tus objetivos de pérdida de peso requiere un enfoque equilibrado y consciente", cuenta Laura Jorge, dietista-nutricionista y fundadora del centro de nutrición y psicología Laura Jorge. Para conseguirlo, la experta nos da los ocho errores más comunes que se cometen a la hora de intentar perder peso y cómo solucionarlos.

1. Pesarse todos los días​

El pesarse puede ayudar a medir nuestro progreso. No obstante, hacerlo de forma habitual puede llegar a ser perjudicial, ya que puede variar por muchos factores. "Tienes que ser consciente de que el peso puede variar por muchos motivos, como puede ser el ciclo menstrual, estar tomando algún medicamento, haber ido o no al baño, lo que hemos comido el día anterior, haber hecho o no ejercicio físico… Y al ser tan variable, puede que un día peses una cosa y al día siguiente sea algo bastante distinto, lo cual puede generar confusión y agobiarte por no saber si vas por el buen camino al no ver siempre una bajada de peso".

Como cuenta Jorge, estar tan pendiente de la báscula puede llevarnos a obsesionarnos con ella y que no nos muestre un resultado real del estado de nuestro cuerpo. Lo recomendable es hacerlo una vez a la semana, el mismo día y a la misma hora.

2. Eliminar los carbohidratos de la dieta​

Cuando comenzamos un nuevo plan de alimentación, tendemos a eliminar casi por completo uno de los macronutrientes más importantes, haciendo que la dieta sea deficiente y empeorando nuestra salud solo por un mito que se ha ido repitiendo durante años. Además, la restricción suele acabar en ansiedad.

"Este nutriente tiene la mala fama de que hace engordar, y esto no es real. Además, eliminarlo, puede generar más ansiedad por la comida y acabar desembocando en comer mucha más cantidad. Piénsalo, cuando algo está prohibido, posiblemente tengamos más ganas de comerlo", cuenta la experta.

3. No hacer ejercicio​

Parece una obviedad, pero no solo con llevar una dieta vamos a poder perder todo el peso que estamos buscando. "Es cierto que solo con la alimentación se puede perder peso, pero posiblemente acabes estancándote, ya que si tienes un gasto calórico muy bajito, llega un punto que con la alimentación no es suficiente. Además, si la bajada de peso no viene acompañada de ejercicio de fuerza, es posible que no solo pierdas grasa, también perderás músculo".

4. Hacer ejercicio excesivo​

Cuando se trata de moverse, podemos pecar de falta (como hemos visto antes) como de exceso. Además de no dejar a nuestro cuerpo descansar y no poder rendir como siempre, puede llevar a hábitos muy poco saludables. "Esto puede llevarte a tener una mala relación con la actividad física, la cual deberíamos ver como aliada y no como un castigo para conseguir una bajada de peso", añade Laura.

5. Comer muy muy poquito​

Una de las primeras cosas que se suele hacer cuando se empieza un proceso de pérdida de peso es cortar las calorías que se ingieren a lo largo del día para conseguir ese ansiado déficit. No obstante, en ocasiones se deja de consumir más de lo debido, llevando a que, paradógicamente, no perdamos peso.

"Imagínate que desayunas un yogur, comes una ensalada con pollo y cenas una tortilla. Posiblemente, al final del día tengas un hambre increíble y lo más probable es que para calmar esa hambre no optes por los alimentos más saludables, se suele recurrir a picotear pan, queso, embutidos, galletas… y esto no te interesa. Mejor tener una alimentación completa y equilibrada", comenta.

6. Comer rápido​

Además de poder producir una indigestión y gases, comer rápido también puede perjudicar a nuestro proceso de adelgazamiento, haciendo que, sin querer, consumamos más calorías de las que realmente necesitamos.

"El cerebro necesita unos 20 minutos para darse cuenta de que estás comiendo. Si acabas en 5, posiblemente no le haya dado tiempo a mandarte las señales de saciedad, las cuales te indican que te estás llenando. Esto puede hacer que acabes comiendo más de lo que necesitas porque no te das cuenta, y, por tanto, entorpecerá tu bajada de peso".

7. No descansar adecuadamente​

Sabemos que el descanso es muy importante tanto para nuestra belleza como para nuestro humor, pero también lo es para adelgazar. "Puede que pienses que esto no tiene nada que ver con perder o no perder peso, pero lo cierto es que sí. Se ha visto que personas que duermen poco o trabajan a turnos, al día siguiente suelen tener más ganas de comer alimentos poco saludables. Además, necesitamos descansar bien para tener energía y afrontar el día con ganas, si no, también es muy probable que dejemos de lado la actividad física"

8. No organizarte bien el menú semanal ni la lista de la compra​

Esto parece obvio, pero si vamos a la compra cuando tenemos hambre, terminamos comprando cosas que no necesitamos. Algo similar sucede con el menú semanal, donde acabamos haciéndonos cualquier cosa que tengamos en la nevera para comer en el trabajo porque no hemos pensado en platos sanos para comprar los ingredientes.

"Si vamos a comprar con hambre, posiblemente acabemos comprando alimentos que no teníamos planeados, pero que nos apetecen en ese momento. Además, en un momento de hambre, no sueles optar por comprar comida saludable, y posiblemente aquí sea más fácil meter en tu carrito algún ultraprocesado. Otro problema a la hora de hacer la compra es no tener un menú semanal, ya que así vamos a la deriva a la compra, compramos lo que se nos ocurre y luego o bien nos sobran o nos faltan ingredientes para nuestros platos. Así que la falta de organización también puede dificultarte perder grasa".

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