Nadie desprecia un regalo. Ni mucho menos dos, o 10. Al revés, cualquier pequeño aceptaría encantado varios dones nuevos cada día. Más de un adulto también se lo pensaría. Las corrientes pedagógicas más recientes, sin embargo, sugieren poner límites. Tanto que la llamada regla de los tres (o cuatro) regalos cobra sentido y relevancia en cada vez más hogares: uno que esté incluido en la carta a Papá Noel o los Reyes; un segundo útil, que se pueda necesitar, y un tercero con impacto emocional. Muchos educadores sugieren incluir literatura en la terna. De ahí que la lista de obras infantiles y juveniles seleccionadas por libreros de distintas Comunidades Autónomas este mes valga doble: quien regala libros nunca se equivoca. Y si son los favoritos de los expertos, menos.
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