wrosenbaum
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Puede que no te gusten las luces, los jerséis con renos o los villancicos, pero, hay que reconocer que la Navidad es una época del año estupenda para comer, eso sí, sin excesos ni atracones. También, estas fechas pueden significar citas sagradas para las reuniones familiares. Sin embargo, otras tantas personas prefieren disfrutarlas viajando fuera de España y conociendo otras culturas, para, por supuesto, descubrir su gastronomía.
Lo que está claro es que, estés en la parte del mundo que estés, la Navidad es para disfrutar de la comida, pero sobre todo de sus dulces. Esta festividad está cargada de mucho componente religioso, por lo que desde sus orígenes, este tipo de alimento se ha considerado como una forma de acercarse a Dios y su bondad. Con el paso del tiempo y la cultura ya asentada, el recetario de postres navideños se ha extendido alrededor del mundo. Por tanto, si viajas a estos destinos, debes probar sus dulce más típicos.
Las galletas lebkuchen alemanas
No es mal plan lo de visitar los mercadillos navideños alemanes en estas fechas, y si hay un dulce que tienes que probar en este país son las galletas lebkuchen.
Están compuestas por cardamomo, jengibre, canela y nuez moscada y confitadas con naranja y chocolate.
La tarta linzer de Austria
Austria es un buen destino en cualquier época del año, aunque si has elegido Navidad para visitarlo hay un dulce por excelencia que no puedes dejar de probar: la tarta linzer.
Esta tarta tiene su origen en la región de Linz, aunque es un dulce muy típico de centroeuropa. Compuesta de almendras y avellanas es un capricho perfecto para los amantes de los frutos secos. Se trata de una masa crujiente elaborada con harina, mantequilla sin sal, yema de huevo, ralladura de limón que se rellena con estos frutos molidos con confitura de mermelada de frambuesa o albaricoques.
El bûche de Noël en Francia
Bien es sabido que la pastelería francesa es una de las más reconocidas del mundo, y por supuesto, en esta época tan especial del año, también tienen postes representativos.
El bûche de Noël es un bizcocho en forma de tronco que nace de la tradición ancestral de quemar un tronco en el fuego para encontrar la suerte. Suele comerse para la llegada del solsticio de invierno, el 21 de diciembre, pero también es muy tradicional servirlo tras las cenas o comidas navideñas.
El pudding inglés
En Reino Unido sin duda el pudding es una de las elaboraciones más populares en cualquier época del año, y es que este postre de origen medieval es una auténtica seña de identidad de Inglaterra.
Este pudding se prepara al vapor o baño maría, por lo que coge una textura espesa y consistente con la forma del cuenco en el que se prepara. A lo largo de los años se ha ido elaborando con diversidad de ingredientes, pero lo natural es que llevar frutas deshidratadas, frutos secos y toques de licor como el brandy.
Buñuelos mexicanos
Se trata de un postre muy típico de este país en Navidad, aunque no tiene nada que ver con lo que en nuestra cabeza son los buñuelos.
En México los buñuelos son un tipo de fritura en forma de disco que se elabora con harina. Suelen servidas en una pila y acompañadas con azúcar o miel.
El panettone en Italia
A pesar de ser de origen italiano, el panettone es uno de los dulces más populares en Navidad también en nuestro país, y es que hemos adoptado este delicioso bollo italiano con mucho gusto.
Se trata de un bizcocho de pan brioche, relleno de todo tipo de ingredientes: chocolate, pasas, naranja o frutos secos, entre otros ingredientes.
La pavlova, un dulce de dudosa procedencia
La pavlova es un pastel con base de merengue con crema y algunos trozos de fruta como arándanos o frambuesa que se elabora tanto en Australia como en Nueva Zelanda.
Aunque en cada uno de estos países existen variaciones de este plato, no queda claro cuál de ambos se lleva el mérito de su origen.
Roscón de Reyes, el clásico español
Te puede gustar más o menos, pero no podemos negar de que se trata de un clásico cada 5 y 6 de enero a la mesa de los españoles.
Se trata de un bollo de masa dulce adornado con fruta escarchada, almendras laminadas y azúcar cristalizada. Puede ser sin relleno o con un relleno de naya o chocolate. Tal y como es tradición, dentro del roscón se guarda un figurita, señal de suerte para quien la encuentre
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