Llevamos esperando casi un año para ver por fin los retratos que Annie Leibovitz hizo a los reyes de España. Fue en febrero del 2024 cuando nos dieron la noticia de que la célebre fotógrafa estadounidense renovaría los retratos y, conociendo el trabajo de la artista, sabíamos que iban a ser espectaculares.
Hace unos días, salieron a la luz los retratos de los reyes de Dinamarca, Mary Donaldson y Federico X, por lo que sabíamos que las fotografías de Letizia y Felipe tenían que estar al caer. No hemos tenido que esperar mucho más y este martes 26 de noviembre, por fin, las tenemos en nuestras manos.
Leibovitz se ha dejado guiar en las grandes figuras de la cultura española como Velázquez, tomando como inspiración al cuadro de Las Meninas, en una sesión que necesitó para realizarse cinco horas, cientos de disparos, cuatro personas asistiendo a la fotógrafa y varios meses de preparativos, para poder ver por fin el trabajo impecable que siempre ha caracterizado a la estadounidense.
Un look con mucha historia
Lejos del traje sencillo que llevó en el 2020, en esta ocasión la reina ha decidido vestir la 'alta costura' española con un espectacular vestido de noche de Balenciaga, que pidió expresamente a la fundación Antoni de Montpalau y que cedieron para un momento histórico como este.
Con un aura de lujo y sofisticación, la reina Letizia posaba con un vestido de archivo del diseñador vasco que, según contaba el director de la fundación, Josep Casamartina Parassols, a MujerHoy, data de 1948 y "perteneció a Maria Junyent, hija del pintor, escenógrafo y coleccionista Oleguer Junyent, que eran vecinos del taller de Balenciaga en Barcelona".
Se trata de un diseño muy delicado, con escote palabra de honor, entallado en el cuerpo y con vuelo por debajo de la cadera. Una silueta tendencia en la década de los 40 que nos sigue seduciendo a día de hoy. Está hecho en tul de seda, fourreau de faya de seda y con detalles drapeados. De esta forma, Balenciaga vuelve de nuevo a la corte, ya que fue uno de los diseñadores que vistieron a las reinas Victoria Eugenia y María Cristina.
Al vestido negro le acompaña una curiosa capa en color frambuesa, que también hizo Cristobal Balenciaga en los años 60. Sin embargo, en esta ocasión fue a parar a la condesa de Torroella de Montgrí y marquesa de Robert, María del Carmen Ferrer-Cajigal de Robert, que, como dato curioso, la llevó en la boda del rey Juan Carlos I y la reina Sofía.
Leibovitz 'despoja' a Letizia de la tiara
Como joyas, la reina Letizia lleva en el retrato el collar de chatón y los pendientes de pasar. Sin embargo, con este impresionante vestido de gala, nos falta un accesorio muy importante, la tiara. En las fotografías oficiales con este tipo de vestidos, Letizia siempre suele llevar alguna de las diademas del joyero real, por lo que es muy llamativo que, en esta ocasión, no la lleve.
Al parecer, fue una petición explícita de Leibovitz que, según ha comentado Yolanda Romero, comisaria de La tiranía de Cronos, muestra en la que se enmarcan los retratos de los Reyes, decidió "romper el protocolo y despojó" a la reina de la diadema.
Si bien el rey posó con tres looks diferentes, la reina llevó en todo momento el mismo estilismo de Balenciaga que eligió ella, "pero con las directrices que le marcó Annie Leibovitz".
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