Dulce_Moore
New member
- Registrado
- 27 Sep 2024
- Mensajes
- 58
Si la Junta de Andalucía fraccionó contratos en el Servicio Andaluz de Salud de forma irregular hace bien el PSOE en ponerlo en conocimiento de la Justicia. Pero es muy importante ponderar bien la gravedad de los hechos denunciados. Y comparar un caso como este con el de los ERE no tiene un pase. El Tribunal de Cuentas ya ha dicho que no hay causa y dos informes de los servicios jurídicos del SAS han avalado esas contrataciones bajo sospecha. Eso no quiere decir que no haya tema, pero de momento ya encontramos una diferencia sustancial con el escandalazo que tumbó a los socialistas: el interventor general de la Junta y el interventor delegado de la Consejería de Empleo sí hicieron informes contrarios a la medida y alertaron de un posible método ilícito. Es lógico que el PSOE intente sacar partido desde la oposición al asunto del SAS, pero cualquier periodista con un poco de experiencia sabe distinguir un caso de relevancia penal de un problema administrativo. Y también sabe que las sobreactuaciones suelen acabar diluyéndose en el olvido. La querella socialista parte de unos informes que discrepan con los del propio departamento jurídico del SAS y que, cómo no, hay que escrutar bien para corregir malas prácticas y, si se demuestra que las ha habido, depurar responsabilidades. El fraccionamiento de contratos para eludir concursos públicos es una práctica fraudulenta y punto. El PSOE ha agarrado esa presa y su obligación es averiguar hasta el último detalle. Sin embargo, la acusación de que el dinero ha sido robado es en estos momentos un grito de desesperación. Porque una cosa es agilizar las contrataciones con triquiñuelas y otra desviar el dinero a fines distintos de los establecidos. Por ahora, nadie ha mostrado la menor evidencia de que las empresas contratadas con esta supuesta fórmula irregular hayan hecho una cosa distinta que prestar el servicio por el que se les ha pagado. La Justicia revelará si ha habido trajines ilícitos o no, pero mientras no exista siquiera un indicio, afirmar eso es una barbaridad. Y comparar lo que por el momento podemos calificar como contratitos del SAS con el escarnio de los ERE o con el gasto de la Faffe en prostíbulos, que son casos ya juzgados, es ir demasiado lejos.Habrá tiempo de ir elevando el tono si se descubren fechorías. O de ir bajándolo si se desvanece la denuncia. Pero entretanto se pueden ir haciendo valoraciones políticas más o menos evidentes. La primera es que el PP aguanta sin el menor rasguño su mayoría absoluta en Andalucía. Y la segunda es que el PSOE empieza a sufrir el castigo demasiado, por lo que necesita subir la presión con lo primero que caiga en sus manos si quiere empezar a recortar distancia y llegar a las próximas elecciones con alguna opción. Eso hay que entenderlo. Pero una denuncia así no puede equipararse con el mayor escándalo político de la historia de España. Y por eso la sobreactuación se le acaba volviendo en contra. Porque más allá de los afines y de los aborregados, la mayoría de los andaluces sabe criticar sin que le dicten.
Cargando…
www.abc.es