Es un hecho desconcertante, que desafía a la intuición: los 30 billones de células que forman una persona comparten un mismo manual de instrucciones, ya sea una neurona del cerebro o un hueso del dedo gordo del pie. La explicación es que ese manual común funciona como un insólito libro de cocina, con el que cada célula puede elaborar un plato diferente a partir de una misma receta. Es como si en una página estuvieran escritos los ingredientes clásicos de la paella: arroz, pollo, conejo, azafrán, ajo, aceite, etcétera. Cada célula lee solo unas palabras, así que una acaba haciendo una paella, pero otra puede hacer conejo al ajillo o arroz con pollo. Mismo ADN, distintos resultados, por eso un pie no se parece a un cerebro. Un equipo de científicos del Centro de Regulación Genómica de Barcelona ha logrado este jueves un hito histórico, el primer mapa de la laberíntica maquinaria encargada de este trabajo: el espliceosoma.
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Logrado el primer mapa del espliceosoma, un talón de Aquiles del cáncer
El plano de esta laberíntica maquinaria celular, la más compleja en el ser humano, abre una nueva vía para diseñar tratamientos contra multitud de enfermedades
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