Lily Allen genera más ingresos en OnlyFans que en Spotify: el inesperado negocio de sus fotos de pies

bednar.reece

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Lily Allen (39 años), la controvertida cantante británica, ha vuelto a sorprender a sus seguidores al compartir una inesperada fuente de ingresos que supera con creces sus ganancias en Spotify: la venta de f otografías de sus pies en OnlyFans . La revelación ha causado furor, pues la artista, quien cuenta con cerca de ocho millones de oyentes mensuales en Spotify, explicó que este ingreso alternativo resulta mucho más lucrativo que las bajas compensaciones del 'streaming'.Todo comenzó de forma anecdótica cuando su pedicurista le mencionó que su perfil en WikiFeet, una web dedicada a evaluar los pies de celebridades, era bastante popular. «Al principio pensé que era una locura», comentó Allen en su podcast 'Miss Me?', «pero luego me di cuenta de que podía ser una buena oportunidad». Fue así como, en julio de 2023, decidió lanzarse a OnlyFans bajo el nombre 'Lily Allen FTSE500', sorprendiendo a sus seguidores con un nuevo proyecto que, según ella misma compartió en redes, le ha sido mucho más rentable que las reproducciones en Spotify: «Imaginen ser artista, tener casi ocho millones de oyentes mensuales en Spotify, pero ganar más dinero con solo mil suscriptores que pagan por ver fotos de mis pies».TE RECOMENDAMOS Britney Spears revela la drástica decisión que tomó para no compartir espacio con una de sus parejas tras pelearse Ricardo Sanz El resort donde Carlos III y Camila han pasado sus últimas vacaciones: dietas, meditación y un spa de belleza Ricardo SanzCada suscripción en su perfil de OnlyFans cuesta alrededor de 10 dólares mensuales , lo que representa un ingreso de aproximadamente 10.000 dólares al mes. En comparación, la plataforma de Spotify, con tarifas de entre 0,003 y 0,005 dólares por reproducción, no le asegura a la cantante una ganancia similar. De hecho, necesitaría millones de reproducciones adicionales para acercarse a los ingresos de su cuenta de OnlyFans, un reflejo de los desafíos financieros que enfrentan muchos músicos.Como era de esperar, la noticia ha suscitado reacciones de todo tipo en redes sociales. Algunos internautas se mostraron críticos, sugiriendo que Allen había «caído bajo» por recurrir a este tipo de contenido. Sin embargo, fiel a su estilo, Allen no tardó en responder a estos comentarios. A uno de los usuarios que la cuestionó, la artista respondió tajantemente: «Don't hate the player, hate the game» (No odies al jugador, odia el juego), enfatizando la realidad económica que empuja a muchos músicos a buscar alternativas.Allen también ha aprovechado la oportunidad para denunciar las escasas regalías en plataformas de streaming, como Spotify, que a pesar de su popularidad ofrecen bajos ingresos a los artistas. No es la primera en expresar este sentimiento, pero su decisión de incursionar en OnlyFans ha puesto sobre la mesa nuevamente las dificultades de monetización en el mundo de la música.En el ámbito personal, Allen asegura que su esposo, el actor David Harbour (49 años), conocido por su papel en 'Stranger Things', apoya plenamente su decisión. En su podcast, comentó cómo Harbour se mostró sorprendido al principio, pero considera que fue un movimiento acertado dadas las circunstancias. Allen, madre de dos hijas, también compartió sus reflexiones sobre cómo balancea su vida profesional con la maternidad, una prioridad en su vida, especialmente debido a las ausencias que vivió en su infancia.OnlyFans ha sido clave para muchos creadores que buscan autonomía financiera sin intermediarios. Aunque asociada frecuentemente al contenido para adultos, su CEO, Keily Blair, subrayó recientemente en un evento que la plataforma es inclusiva y abierta a múltiples nichos. Para Allen, este espacio se ha convertido en una opción rentable, uniendo la demanda de un nicho específico con una autonomía financiera que plataformas como Spotify no pueden ofrecer.La historia de Lily Allen resalta el giro que muchos músicos han tenido que dar para sobrevivir en una industria en la que el arte, lamentablemente, no siempre paga las cuentas.

 

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