Las cuentas claras

[bartell.kathlyn]

Ahora que la DANA ya ha pasado por Andalucía sin que, afortunadamente, hayamos tenido que contabilizar víctimas mortales, me vienen al recuerdo aquellos tiempos en los que hablábamos de otros asuntos que nos carcomían mientras las nieves del tiempo plateaban nuestras sienes. Fue antes de ayer como quien dice, pero parece que han pasado ya una infinidad de días. La vida –política– antes de estos fenómenos meteorológicos extremos eran Puigdemont, el 'procés', los indultos, la amnistía, los presos de ETA, Begoña y Errejón. Sin olvidar, evidentemente, el que probablemente sea el más importante de todos, el del presupuesto del gobierno. Hace ya más de un año largo que Pedro Sánchez renovó contrato con todos los españoles y estamos aún peor que el primer día. Sin cuentas públicas. Pendientes de lo que se les ocurra exigir esta vez a sus socios. Que exigirán. Y a lo que el gobierno siga dispuesto a ceder. Que cederá. Mucho. La DANA ha supuesto un paréntesis que seguro les ha dado mayor margen de negociación. Sea en Waterloo o en Madrid. Mientras tanto, aquí en Andalucía, sin que apenas haya trascendido, el gobierno de Juanma Moreno ha presentado las suyas. Lo hizo el pasado miércoles en el Parlamento la consejera de Hacienda Carolina España, sin que la mayoría del personal se haya siquiera enterado, mirando como estábamos todos al cielo, que era lo que tocaba.La aprobación de un presupuesto, decía, es probablemente el momento más importante de cada año de legislatura. Es el mensaje que se envía a los ciudadanos para explicarles por dónde va a ir la cosa. En este caso, según recogían los ficheros del ya tradicional 'pen drive', esa cosa se va a centrar sobre todo en lo social. Por ahí es por donde Juanma Moreno entiende que tiene más camino por recorrer, sin dejar de lado otros asuntos muy importantes como las infraestructuras hidráulicas –que lo ocurrido en estos días no nos haga olvidar que volverá la sequía– o la inversión en turismo. La oposición, por supuesto, ya ha salido como un torbellino a criticar las cuentas. Enmiendas a la totalidad por doquier. Todo mal. En el caso del PSOE es especialmente sangrante. Su representante ha llegado a afirmar que los servicios públicos andaluces están «peor que nunca». Como si la sanidad, hace siete años, funcionara como un reloj y la hubiera reventado el PP. Obviamente que es mejorable. Obviamente que hay que aumentar la inversión y optimizar la atención al paciente. Pero resulta indigno escuchar a cualquier representante público socialista criticando los conciertos sanitarios que ellos mismos pusieron en marcha o las largas listas de espera como si antes te atendieran a los cinco minutos de llamar al especialista. Los actuales responsables de la Junta tienen muchísimo trabajo por delante para mejorar las encuestas de satisfacción de los usuarios del SAS. Pero al menos ya han dado el primer paso, que es poner negro sobre blanco las cantidades que van a invertir para ello. Lo cual ya es infinitamente más que el gobierno de la nación. Y con otra gran ventaja. Pueden dedicar todo su tiempo a mejorar la gestión, sin distraerse con los chantajes de nadie.

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