nicolas.lelia
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Al mismo tiempo que cientos de comunidades de vecinos debaten sobre la conveniencia de prohibir los pisos turísticos en sus edificios -una de cada cinco juntas de propietarios en el ámbito urbano ya lo ha hecho- los dueños de este tipo de viviendas buscan argumentos legales para impedirlo. El debate está servido y ya son muchos los bloques en los que una mayoría ha determinado el veto a cualquier tipo de vivienda de uso turístico (VUT), pese a la oposición de algunos vecinos que habían preparado su casa para este fin. Sobre la polémica, que riega todas las ciudades gallegas y algunos de los municipios gallegos que más licencias para alojamientos turísticos acumulan, la Asociación de Viviendas de Uso Turístico de Galicia acaba de solicitar a sus socios que se planten ante la posible imposición por parte del resto de vecinos. «Como estamos sometidos a los mantras de los malos que somos los dueños de VUT, se está instando a las comunidades de propietarios a incluir puntos en el orden del día sobre la prohibición de las mismas. Esto supone un enfrentamiento entre vecinos que lleva a un mal ambiente en la propia comunidad» introduce la portavoz de Aviturga, Dulcinea Aguín, ante la realidad que se vive en la actualidad en muchas comunidades de vecinos, sobre todo en las localidades en las que los alojamientos turísticos están más señalados. Noticia Relacionada ENTREVISTA estandar Si María Martínez Allegue, conselleira: «¿Movilizar las viviendas vacías? Lo primero es derogar la Ley estatal» José Luis Jiménez y Noela Vázquez La titular del ramo es pesimista con la transferencia de la AP-9 y reclama un mayor protagonismo de los concellos para construir vivienda públicaLos administradores sostienen que incluso se están solicitando juntas extraordinarias para abordar la cuestión, y los dueños inciden en que detrás de este nuevo frente que se les ha abierto solo está la fama que acarrean. «Se están juntando muchas cosas y estamos demonizados , pero la verdad es que la ley de vivienda es la que ha reducido en un 30 por ciento la oferta a nivel estatal» indica Aguín, que también defiende que los pisos turísticos, a diferencia de lo que muchas comunidades están poniendo sobre la mesa para prohibirlos, no son problemáticos. «Lo cierto en esto es que todos los propietarios están muy pendientes de que sus huéspedes no generen problemas , y no lo hacen, entre otras cosas porque estamos en contacto permanente con las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado» recalcan desde Aviturga.Las comunidades interesadas en cerrar la puerta a este modelo de negocio se aferran a una sentencia del Tribunal Supremo fechada el pasado octubre que avala que las comunidades de propietarios prohíban por mayoría de 3/5 los alquileres turísticos, descartando así que el veto deba acordarse por unanimidad, como se venía interpretando hasta ahora por la mayoría de las audiencias provinciales. Esta nueva normativa implica un varapalo para los propietarios de VUT y conlleva un cambio importante a la hora de relacionarse con este modelo alojativo, que se suma a los obstáculos que ciudades como Santiago o La Coruña están implementando. Los afectados confiesan «no entender estas limitaciones», y arguyen que la decisión por parte del resto de vecinos cuando la votación es favorable al veto solo «devalúa su propia propiedad». Desde Aviturga, y ante el aumento de casos, animan a los propietarios a que se «opongan a este tipo de acuerdos» esgrimiendo que en este caso « entra en contradicción la regulación estatal con la autonómica y las normativas y ordenanzas que tienen en marcha diferentes ayuntamientos gallegos. Estos acuerdos tienen que acabar en el juzgado», aseguran ante las dudas que los afectados les trasladan casi a diario. Otro de los caballos de batalla en la convivencia con los pisos turísticos son las tasas comunes como las de la basura o el agua , que en algunos municipios aumentaron a los vecinos que tienen dada de alta una VUT. La medida no gustó a los perjudicados, que califican las subidas de «desproporcionadas». Como ejemplo plantean el caso de concellos como Vilagarcía de Arousa, que este mes remitió a los propietarios de pisos turísticos unos recibos de basura que «quintuplican» las cantidades de 2023 , pasando de una factura de 100 euros a una de casi 500 por vivienda. Lamentan, dicen, que una plaza de alojamiento en un cámping o en un hotel tenga una tasa de basura un 70 por ciento menor a la de una VUT, y remarcan que sus clientes viajan por vacaciones o por trabajo y «replican» en estos pisos la «vida de sus hogares», por lo que descartan que el gasto sea mayor.
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