Las campanadas invisibles de Telecinco

[Charley_Pfeffer]

Los ojos estaban entre Lalachus y Broncano y Pedroche y Chicote, así que Telecinco optó por volar a Lanzarote para ejercer una campanadas alternativas. Con el valor añadido de que estaban promocionadas por el Cabildo. Al menos, la emisión estaba rentabilizada.

Aunque en Telecinco se tomaran las 12 uvas peninsulares en una isla en la que todavía quedaba una hora para el cambio de año. Hasta el reloj de la iglesia hubo que adelantar, se ve.

Ion Aramendi y Blanca Romero fueron los encargados de esta retransmisión con más de marrón que de fiesta. Pero ellos no estuvieron solos. Como parece que Telecinco quiere parecerse a Antena 3, imitó el momento de vídeo con los rostros de la cadena felicitando el año al personal. Bien de frases hechas para cambiar de canal. Copiaron lo más aburrido y previsible de la competencia, con el problema extra de que en esta etapa Mediaset no tiene la diversidad de caras de antaño. De hecho, Mediaset da la sensación que viste todo el año de Nochevieja. Y ese es uno de los principales escollos de la emisora.

Porque justamente Telecinco alcanzó el liderazgo durante años y estuvo en el centro de la conversación social durante décadas (ya no) porque no era una cadena estirada. Sus comunicadores eran gente que podría pasearse por una pluralidad de los barrios españoles y sentirse como en casa. Había gente de diferentes estatus, de distintas procedencias, con todo tipo de físicos. Telecinco era la España popular que te acoge seas como seas. Era la España bocachancla que nos une. Aunque sus programas estuvieran usando el critiqueo que todo lo sentencia y a menudo todo lo mancha, ellos terminaban acompañando y reuniendo, pues, en realidad, el éxito no estaba tanto en la polémica como en que había profesionales al frente que la audiencia sentía que eran como ellos. Imperfectos, vulnerables, apasionados, imprevisibles.

Era fácil recordar los nombres de los presentadores. Jorge Javier Vázquez y Ana Rosa Quintana, sí. Pero también Toñi Moreno, Jesús Vázquez, Carlota Corredera, Carlos Sobera, Nuria Marín, Paz Padilla, María Patiño o copresentadoras como Belén Esteban o Tania Llasera. Sin olvidar, a las comunicadoras que abrieron camino en la espontaneidad hecha rigurosa televisión: María Teresa Campos y Mercedes Milá. Cada profesional con su estilo. Ahora, en cambio, todos los días del año las caras de Mediaset parecen vestir de gala como si quisieran impostar una extraña elegancia que pretende ser sinónimo de perfección. Y, claro, cuando toca estar de gala de verdad en fin de año, nos olvidamos de su existencia.

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