myrtle.ferry
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“Ningún país nos quería a los refugiados españoles, solo México. Solo México nos abrazó”, escribió en 1989 la filósofa española María Zambrano, a sus 85 años. Aquellos, sus últimos años, en los que, finalmente, recibía el reconocimiento público que toda una vida de acciones, ensayos y obras le habían precedido. La Universidad Autónoma de México (UNAM) ha anunciado la creación de la Cátedra María Zambrano, un espacio que busca honrar a una de las figuras más importantes del pensamiento español del siglo XX. Tamara Martínez Ruiz, secretaria de Desarrollo Institucional de la UNAM, dio la noticia durante la inauguración de la exposición Exiliadas de España. Artistas en México, en el Colegio de San Ildefonso.
Esta nueva cátedra, que es coordinada por la escritora argentina naturalizada mexicana Sandra Lorenzano, directora de la sede UNAM Cuba, se realizará en conjunto con el Instituto Cervantes, de España, y la Universidad de La Habana, Cuba, y tendrá entre sus objetivos la difusión de los aportes de las mujeres del exilio español republicano, destacando su vínculo con México y América Latina. También dará a conocer la obra de Zambrano a las nuevas generaciones, y favorecerá los estudios sobre los exilios del siglo XX y su impacto en la cultura y el pensamiento. La cátedra tiene lugar en el marco de los 120 años del nacimiento de la filósofa española, quien dedicó su vida a la reflexión sobre el ser humano, la libertad y la dimensión ética de la historia.
Entre las actividades académicas que la UNAM contempla como parte de la cátedra María Zambrano está la realización de seminarios y jornadas críticas sobre filosofía, poesía y género; lanzamiento de cursos, talleres y publicaciones relacionados con el pensamiento de Zambrano; la creación de espacios de diálogo interdisciplinario entre académicos y artistas; y estudios y análisis sobre el impacto de los exilios en la cultura latinoamericana. “Estas iniciativas estarán dirigidas tanto a especialistas como a jóvenes interesados en explorar las ideas de la filósofa, quien transformó la filosofía al abrirla a temas como la intuición, la mística y la poesía”, puntualiza la universidad en su gaceta.
María Zambrano nació en Vélez-Málaga, España, en 1904. Su camino la llevó a residir en Madrid, Segovia, de nuevo Madrid, Santiago de Chile, Valencia y Barcelona. El 28 de enero de 1939 cruzó la frontera: la guerra civil española llegaba a su fin, y no solo terminaba la República: acababa un tiempo de esplendor, en el que una joven María Zambrano había mostrado su talento creativo y su radical compromiso con la causa de la libertad, la democracia y la justicia. Llegó a México en febrero de ese mismo año, donde iniciaría un largo exilio.
Zambrano fue la primera mujer que recibió el Premio Cervantes y el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades. Es la creadora de una obra radicalmente innovadora que unió poesía y pensamiento. “El exilio que me ha tocado vivir es esencial. Yo no concibo mi vida sin el exilio que he vivido. El exilio ha sido como mi patria, o como una dimensión de una patria desconocida, pero que una vez que se conoce, es irrenunciable”, escribió unos años después de su vuelta a Madrid en 1984, cuando regresó para estar cerca de sus amigos, y se convirtió en un poderoso imán para poetas y artistas.
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Esta nueva cátedra, que es coordinada por la escritora argentina naturalizada mexicana Sandra Lorenzano, directora de la sede UNAM Cuba, se realizará en conjunto con el Instituto Cervantes, de España, y la Universidad de La Habana, Cuba, y tendrá entre sus objetivos la difusión de los aportes de las mujeres del exilio español republicano, destacando su vínculo con México y América Latina. También dará a conocer la obra de Zambrano a las nuevas generaciones, y favorecerá los estudios sobre los exilios del siglo XX y su impacto en la cultura y el pensamiento. La cátedra tiene lugar en el marco de los 120 años del nacimiento de la filósofa española, quien dedicó su vida a la reflexión sobre el ser humano, la libertad y la dimensión ética de la historia.
¡Gracias por el apoyo para la creación de la Cátedra María Zambrano al Embajador Juan Duarte @EmbEspMex, al Embajador Miguel Díaz Reynoso @EmbaMexCuba y al poeta @lgm_com Director del @InstCervantes! Gracias a nuestro Rector Leonardo Lomelí y a la Dra Tamara Martínez @UNAM_MX https://t.co/EiqNO3A4Ch
— Sandra Lorenzano (@sandralorenzano) December 11, 2024
Entre las actividades académicas que la UNAM contempla como parte de la cátedra María Zambrano está la realización de seminarios y jornadas críticas sobre filosofía, poesía y género; lanzamiento de cursos, talleres y publicaciones relacionados con el pensamiento de Zambrano; la creación de espacios de diálogo interdisciplinario entre académicos y artistas; y estudios y análisis sobre el impacto de los exilios en la cultura latinoamericana. “Estas iniciativas estarán dirigidas tanto a especialistas como a jóvenes interesados en explorar las ideas de la filósofa, quien transformó la filosofía al abrirla a temas como la intuición, la mística y la poesía”, puntualiza la universidad en su gaceta.
María Zambrano nació en Vélez-Málaga, España, en 1904. Su camino la llevó a residir en Madrid, Segovia, de nuevo Madrid, Santiago de Chile, Valencia y Barcelona. El 28 de enero de 1939 cruzó la frontera: la guerra civil española llegaba a su fin, y no solo terminaba la República: acababa un tiempo de esplendor, en el que una joven María Zambrano había mostrado su talento creativo y su radical compromiso con la causa de la libertad, la democracia y la justicia. Llegó a México en febrero de ese mismo año, donde iniciaría un largo exilio.
Zambrano fue la primera mujer que recibió el Premio Cervantes y el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades. Es la creadora de una obra radicalmente innovadora que unió poesía y pensamiento. “El exilio que me ha tocado vivir es esencial. Yo no concibo mi vida sin el exilio que he vivido. El exilio ha sido como mi patria, o como una dimensión de una patria desconocida, pero que una vez que se conoce, es irrenunciable”, escribió unos años después de su vuelta a Madrid en 1984, cuando regresó para estar cerca de sus amigos, y se convirtió en un poderoso imán para poetas y artistas.
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