"La transición ecológica no la frenan circunstancias políticas como la llegada de Donald Trump"

[Arely_Nolan]

Naturgy, CaixaBank, Agbar, Cementos Molins, Grupo Catalana Occidente, Abertis, Fluidra, Cuatrecasas, Grant Thornton, Copisa o Flax & Kale. Todas ellas forman parte de la lista de socios que integran Nactiva, una iniciativa desarrollada por la consultora Roman y Grupo Palladium con el objetivo de impulsar el capital natural, entendiendo como tal todos los recursos naturales del ecosistema: agua, tierra, aire y suelo. Al frente se encuentra Joan Cabezas, que lidera este proyecto desde su puesta en marcha a mediados de 2023. Casi dos años de recorrido en los que han conseguido movilizar hasta cinco millones con un potencial de inversión de más de 150 millones.

Nactiva tiene como punto de partida el Mar Mediterráneo, "uno de los lugares con mayor biodiversidad del mundo". "Aunque se ha perdido bastante en los últimos años, su potencial de regeneración es enorme", indica Cabezas. En una entrevista con La Información explica que esa fue una de las razones que propiciaron la elección de comenzar en esa geografía. Otro de los motivos radica en la excesiva dependencia de esta región del clima. "Si la temperatura aumenta, perderemos los atractivos de la zona que son el clima, la gastronomía y el turismo", añade, al tiempo que alerta de que la pérdida de algunos de ellos puede acarrear un impacto económico de calado.

"El mercado es un potente mecanismo de corrección y detectamos un aumento por preferencias más sostenibles",​

"Tenemos la oportunidad de liderar a nivel mundial si conseguimos que prospere cualquier solución", precisa. Para ello cuentan con la herramienta del capital, que se divide en dos bloques. Por un lado, los 'stocks' de la naturaleza y, por otro, la relación entre ellos y los procesos ecológicos. La conversación tiene lugar poco después de finalizar la Cumbre del Clima (COP29) en Bakú (Azerbaiyán) y la victoria de Donald Trump en las elecciones estadounidenses, quien se ha posicionado abiertamente contrario a las acciones contra el cambio climático.

Pese a que la vuelta del magnate a la Casa Blanca ha sido interpretada por una parte del mercado como un freno en la ESG, Cabezas discrepa sobre ello. "La transición ecológica no la frenan circunstancias políticas como la llegada de Donald Trump", destaca. Su afirmación descansa en el hecho de que la sensibilidad sobre sobre cuestiones responsables con el medio ambiente es cada vez mayor. esgrime. Menciona factores como la regulación en materia verde que, en su opinión, acabará imponiéndose.

"Llegará un punto en el que las licencias para operar serán muy elevadas para las empresas que no sean sostenibles (...). Pueden omitir esta tendencia, pero tendrán que hacer frente tarde o temprano", apostilla. El mismo hilo argumental emplea para abordar la rentabilidad y asegura que se van a calcular de una manera diferente a cómo se vienen haciendo hasta ahora. "Los precios tendrán en cuenta los impactos negativos en el entorno y habrá que incluir en el coste todo el consumo de combustibles fósiles y el impacto medioambiental que se genera al llevar a cabo una actividad. Ante unos costes más grandes no serás competitivo y corres el riesgo de que aparezcan nuevos 'players' que te expulsen del mercado".

Pese a ello, admiten que uno de los principales obstáculos que se encuentran es, precisamente, el cumplimiento normativo, conocido en la jerga como 'compliance'. "Intentamos incluir la gestión de la naturaleza en la economía y para ello usamos la misma metodología que para medir otras magnitudes como las ventas de coches", matiza. Cabezas lamenta que en muchos casos el exceso de legislación impide que se invierta en innovación. "El 'compliance' no debería tener una visión tan finalista", señala.

Actualmente tienen abiertos una veintena de proyectos en diferentes fases que abarcan desde la fase de estudio a los que están en etapas más avanzadas de implementación. Si bien Cataluña y todo el arco Mediterráneo acapara una parte importante de los mismos al tratarse de la 'zona cero' de Nactiva, en esta nueva etapa se encuentran en busca de proyectos para expandirse por toda España. Entre sus proyectos de éxito figuran el del Vall del Carmen, que se centra en mejorar el estado del acuífero Carme-Capellades o el programa RegenPorts para desarrollar un nuevo modelo concesional en los puertos.

De cara a 2025 sus planes pasan por la expansión internacional y el cierre de alianzas de alcance mundial. "Hemos sobrevivido a los inicios, que es un paso importante, porque al ser un proyecto innovador en un sector no consolidado había poca probabilidad de éxito", detalla Cabezas. Con la vista puesta en el medio plazo, su objetivo pasa por "asumir mayores riesgos" en la operativa de algunas iniciativas. "El futuro de Nactiva pasa por convertirse en un actor clave para hacer los proyectos", remarcan. Hay que tener en cuenta que España necesita entre 6.000 y 8.000 millones en capital para restaurar espacios prioritarios de la naturaleza.

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