Antes la izquierda tenía aspiraciones universalistas. Los seres humanos no se definían por su religión, color, educación o sexualidad. Lo compartido era más importante que lo que nos separaba. De esta manera fuimos superando la opresión histórica de la humanidad. En las seis últimas décadas la concepción izquierdista de la identidad ha cambiado profundamente. Durante la década de los sesenta y setenta del pasado siglo, la izquierda acusó al universalismo de connivencia con lo racial y lo religioso, además de no entender muy bien a las minorías étnicas y sexuales. Así que difundió la idea de que la solución era fomentar el activismo y el orgullo de grupo. ENSAYO 'La trampa identitaria' Autor Yascha Mounk Editorial Paidós Año 2024 Páginas 269 Precio 25 euros 3En vez de la integración, la división en distintos grupos identitarios. Esto ya era una nueva ideología. Se la denominó 'política identitaria' o también más contemporáneamente 'Woke', algo así como gente concienciada. Desde entonces la polarización social no ha parado de crecer. Yascha Mounk en este libro esclarecedor, insiste en utilizar el término muy de su cosecha «síntesis identitaria». Añadiendo la discapacidad. Alrededor de todo esto también giran otras ideas peregrinas como el posmodernismo, el poscolonialismo y la teoría crítica de la raza. Los partidarios de la síntesis identitaria rechazan: los valores universales, la libertad de expresión y la igualdad de oportunidades. Para estos 'fanáticos' el mundo solo se puede ver a través de categorías identitarias como las ya apuntadas. La identidad como única manera de interpretar la realidad social. Por eso el término de clase social ha desaparecido. El estado debe tratar de modo diferente a estos grupos identitarios que piden para sí leyes que los beneficien , así como manipular la libertad de expresión. La síntesis identitaria crea la sensación de pertenecer a un gran movimiento histórico, solo tiene en cuenta las injusticias propias y crea un lenguaje suyo. Todo esto viene a socavar el progreso y la igualdad, es decir, la democracia.Lo 'woke' viene a socavar el progreso y la igualdad, es decir, la democracia Lo identitario prohíbe que las personas extiendan su lealtad más allá de una identidad. La estabilidad, la solidaridad y la justicia social se ponen en riesgo. Ciudadanos y compatriotas dan paso a tribus beligerantes: étnicas, de género o sexuales. Y en este ambiente la individualidad fenece . La extrema derecha y lo identitario se alimentan mutuamente y dan paso a los populismos. Mounk hace una extensa y pormenorizada historia de este movimiento proveniente de las ideas de Foucault, Althusser, Deleuze, Lyotard o Chomsky entre otros muchos. Marxismo y proletariado fueron quedando atrás frente al feminismo, la raza, la sexualidad o la discapacidad. Y la vieja utopía de la integración es permanentemente atacada. Derrick Bell , uno de los ideólogos 'woke', está convencido que la desgregación de la escuela en los EEUU fue un gran error. Obama luchó por mezclar en las escuelas a las diferentes religiones y razas para enseñar la convivencia. Ahora el progresismo izquierdista crea espacios separados donde los miembros de los grupos minoritarios pueden agruparse y permanecer aislados del resto: clases, dormitorios, graduaciones, educación física. La síntesis identitaria rechaza una verdad objetiva, así como los discursos políticos democráticos, los acuerdos estratégicos, la superación del racismo, y las políticas que no distingan claramente la pertenencia a un grupo. Es fundamental para el pensamiento 'woke' infiltrarse en las instituciones siguiendo las teorías de Marcuse : «Trabajar contra las instituciones mientras se trabaja en ellas». Ciudadanos y compatriotas dan paso a tribus beligerantes: étnicas, de género o sexuales.El apóstol intelectual de esta nueva izquierda descarriada, también fue un dinamitero de la libertad de expresión. La calificaba como instrumento represor del poder democrático. Lo escribió en su libro 'La tolerancia represiva'. Donde además animaba a tomar el poder violentamente y evitar el debate. Marcuse era un judío que había tenido que huir de la Alemania nazi precisamente por esto. La democracia americana que le dio la libertad y de comer le parecía poco. Sin libertad de expresión los poderosos lo serán más, no habría denuncia de los abusos y la capacidad de control de los ciudadanos desaparecería. Los cinco elementos fundamentales del identitarismo son: 1)La teoría del punto de vista: los más marginados están por encima del resto. 2)La apropiación cultural: nadie que no sea del grupo puede utilizar las costumbres y tradiciones propias. 3)Contra la libertad de expresión: los grupos minoritarios siempre tienen la razón. 4)Separatismo progresista: alentar a los grupos étnicos, raciales, religiosos, sexuales y de género. El blanco también debe ser un grupo racial. 5) Políticas públicas sensibles a la identidad: favorecer a los desfavorecidos indiscriminadamente. 6) Desprecio violento contra la meritocracia. Mounk, como cualquier persona que no haya perdido la razón, está totalmente en contra de la síntesis identitaria. Siendo crítico con las políticas democráticas actuales que han perdido autoridad, se erige en defensor de los planteamientos del liberalismo «pues sus ideales siguen siendo sumamente atractivos, y sus instituciones han sido las responsables del progreso mental y material del mundo». Kamala Harris quizás también perdió, de semejante manera bochornosa, por haberse atrevido a entrar en este laberinto ultraizquierdista que disgustó a muchos de los votantes demócratas cercanos a la socialdemocracia. Ni Clinton (él y ella también si hubiera ganado), ni Obama, ni el propio Biden bajaron a estos círculos dantescos. ¿Pero ella se acercó o ya los conocía desde sus tiempos universitarios?
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