crooks.adah
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El científico que montó la primera conexión a Internet soviética, el ingeniero Alexéi Soldátov (Moscú, 72 años), no disfruta de sus últimos años rodeado de los suyos en su hogar, sino en una cárcel donde ha llegado a dormir en el suelo rodeado de decenas de presos. Su situación es tan grave, que una miembro del Consejo de Derechos Humanos del presidente Putin, Eva Merkachiova, ha llegado a calificar los hechos como un martirio: “Lo que le ha sucedido a este anciano profesor enfermo puede considerarse una tortura. A su esposa le preocupa que pueda morir en cualquier momento”, denunció la activista. Su hijo, el periodista independiente Andréi Soldátov, se muestra perplejo al otro lado del teléfono desde el exilio: “No entendemos por qué tanta crueldad”.
“Está enfermo terminal, fue sometido a dos operaciones oncológicas y padece insuficiencia cardíaca crónica y otras dolencias graves”, enfatizó Merkachiova al denunciar que Soldátov dormía “en el suelo, sin colchón, en una celda para 40 personas”. “Algunos presos compasivos renunciaron a sus suéteres y toallas para montarle una especie de colchón”, agregó.
Tras el grito en el cielo de Merkachiova, el padre de la Internet rusa (conocida popularmente como Runet) fue enviado al hospital penitenciario Matrósskaya Tishiná. “Esto es, bueno, un respiro temporal”, manifiesta su hijo a este periódico.
“Ahora solo comparte habitación con una persona, antes eran decenas y todos fumaban”, agrega Andréi Soldátov, cuyo padre también sufre una enfermedad pulmonar grave y requiere la ayuda de inhaladores.
Sin embargo, le preocupa la atención que está recibiendo Alexéi. “Recibe una inyección al día, pero no está claro qué tipo de medicamento es. Le dan pastillas, pero tampoco sabemos cuáles. Cómo sabes, en este sistema penitenciario los médicos no son muy buenos y el personal no explica lo que hace”, lamenta su hijo.
Alexéi Soldátov montó el primer proveedor de Internet ruso en 1990. Ingeniero nuclear de formación, su equipo del Instituto de la Energía Atómica Kurchátov conectó su institución con otros centros del país y envió el primer correo electrónico soviético al exterior, a la Universidad de Helsinki, el 28 de aquel año.
Aunque formó parte del Gobierno durante el ‘putinismo’ como viceministro de Telecomunicaciones (2008-2010) bajo la presidencia de Dmitri Medvédev, no llegó lejos por su oposición a crear una Internet rusa vertical y capaz de escindirse de la global por orden del Kremlin. Finalmente, fue acusado en 2019 de una supuesta apropiación de dominios de Internet por el jefe del departamento presidencial para Internet, Andréi Lípov. El acusador sería ascendido después a responsable del organismo censor de Internet, Roskomnadzor.
“Pienso que el caso de mi padre tiene que ver con la política de las autoridades rusas de nacionalizar la infraestructura de Internet en Rusia. Creo que no está relacionado conmigo”, afirma Andréi Soldátov, un conocido periodista de investigación ruso que vive en el exilio al estar en la lista de buscados del Kremlin.
“No me he puesto en contacto con Merkachiova ni nadie porque no quiero, dada mi condición de delincuente buscado, empeorar la situación”, enfatiza Soldátov, investigador de la red de vigilancia del Kremlin y fundador de la plataforma Agentura. Debido a la situación de ambos, padre e hijo no pueden hablar ni siquiera por teléfono, aunque Alexéi Soldátov cuenta por lo menos con la ayuda de su mujer.
El ingeniero fundó en 1992 el primer proveedor de Internet de Rusia, RosNIIROS (Instituto Ruso de Investigación para el Desarrollo de Redes Públicas). Aunque muchos de sus clientes eran instituciones educativas y científicas, la empresa era privada. Soldátov denominó sus dominios .SU.
Con el paso de los años, como en otras esferas de la realidad rusa, el Kremlin no ha permitido que nada escapase a su control. En 2019, cuando ordenó por ley que la red rusa de Internet dependiese del Estado, el putinismo declaró las terminaciones .RU y .RF (Federación de Rusia, en ruso) “zonas de dominio nacional”.
La compañía de Soldátov gestionaba aquel año casi medio millón de direcciones .SU. Fue entonces cuando el científico y su socio Alexéi Shkitti notificaron a sus usuarios que la empresa dejaría de operar como registrador local (LIR) para agruparse en una regional más grande, Reliable Communications, con sede en la República Checa.
El Kremlin movió ficha y llevó a juicio a Soldátov. Un año después, en 2020, y ya bajo arresto domiciliario, el científico transfirió los dominios .SU al Estado. A cambio, el tribunal rebajó la acusación de “fraude” a “abuso de autoridad en una organización” y le dejó libre con el compromiso de no marcharse, aunque el científico siempre vivió con la amenaza de la cárcel sobre su cabeza.
“Fue una gran sorpresa para todos nosotros, para toda la familia, que el tribunal decidiera enviarle a prisión de pronto, fue una sorpresa muy grande”, afirma su hijo por teléfono. “No logramos entender la crueldad de la sentencia”, agrega.
La familia de Alexéi Soldátov aguarda a la vista de la apelación de su caso, que tendrá lugar en los próximos meses. “Sabemos que en Rusia no hay absoluciones, pero tal vez al menos cambien la prisión por otra forma más suave”, desea su hijo.
El científico cuenta además con el apoyo de los miembros del comité de derechos humanos de Putin. “Por todo lo que este científico hizo en el Instituto Kurchátov (¡trabajó allí durante 35 años!) por Internet en Rusia (que todos usamos, y los investigadores, jueces y empleados del sistema penitenciario también), ¿sería posible encontrar al menos una gota de misericordia y no encarcelar a una persona que se está muriendo?”, escribió Merkachiova en su cuenta personal de Telegram, a lo que agregó: “”Perdónales, Señor, porque no saben lo que hacen”.
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“Está enfermo terminal, fue sometido a dos operaciones oncológicas y padece insuficiencia cardíaca crónica y otras dolencias graves”, enfatizó Merkachiova al denunciar que Soldátov dormía “en el suelo, sin colchón, en una celda para 40 personas”. “Algunos presos compasivos renunciaron a sus suéteres y toallas para montarle una especie de colchón”, agregó.
Tras el grito en el cielo de Merkachiova, el padre de la Internet rusa (conocida popularmente como Runet) fue enviado al hospital penitenciario Matrósskaya Tishiná. “Esto es, bueno, un respiro temporal”, manifiesta su hijo a este periódico.
“Ahora solo comparte habitación con una persona, antes eran decenas y todos fumaban”, agrega Andréi Soldátov, cuyo padre también sufre una enfermedad pulmonar grave y requiere la ayuda de inhaladores.
Sin embargo, le preocupa la atención que está recibiendo Alexéi. “Recibe una inyección al día, pero no está claro qué tipo de medicamento es. Le dan pastillas, pero tampoco sabemos cuáles. Cómo sabes, en este sistema penitenciario los médicos no son muy buenos y el personal no explica lo que hace”, lamenta su hijo.
Alexéi Soldátov montó el primer proveedor de Internet ruso en 1990. Ingeniero nuclear de formación, su equipo del Instituto de la Energía Atómica Kurchátov conectó su institución con otros centros del país y envió el primer correo electrónico soviético al exterior, a la Universidad de Helsinki, el 28 de aquel año.
Aunque formó parte del Gobierno durante el ‘putinismo’ como viceministro de Telecomunicaciones (2008-2010) bajo la presidencia de Dmitri Medvédev, no llegó lejos por su oposición a crear una Internet rusa vertical y capaz de escindirse de la global por orden del Kremlin. Finalmente, fue acusado en 2019 de una supuesta apropiación de dominios de Internet por el jefe del departamento presidencial para Internet, Andréi Lípov. El acusador sería ascendido después a responsable del organismo censor de Internet, Roskomnadzor.
“Pienso que el caso de mi padre tiene que ver con la política de las autoridades rusas de nacionalizar la infraestructura de Internet en Rusia. Creo que no está relacionado conmigo”, afirma Andréi Soldátov, un conocido periodista de investigación ruso que vive en el exilio al estar en la lista de buscados del Kremlin.
“No me he puesto en contacto con Merkachiova ni nadie porque no quiero, dada mi condición de delincuente buscado, empeorar la situación”, enfatiza Soldátov, investigador de la red de vigilancia del Kremlin y fundador de la plataforma Agentura. Debido a la situación de ambos, padre e hijo no pueden hablar ni siquiera por teléfono, aunque Alexéi Soldátov cuenta por lo menos con la ayuda de su mujer.
El ingeniero fundó en 1992 el primer proveedor de Internet de Rusia, RosNIIROS (Instituto Ruso de Investigación para el Desarrollo de Redes Públicas). Aunque muchos de sus clientes eran instituciones educativas y científicas, la empresa era privada. Soldátov denominó sus dominios .SU.
Con el paso de los años, como en otras esferas de la realidad rusa, el Kremlin no ha permitido que nada escapase a su control. En 2019, cuando ordenó por ley que la red rusa de Internet dependiese del Estado, el putinismo declaró las terminaciones .RU y .RF (Federación de Rusia, en ruso) “zonas de dominio nacional”.
La compañía de Soldátov gestionaba aquel año casi medio millón de direcciones .SU. Fue entonces cuando el científico y su socio Alexéi Shkitti notificaron a sus usuarios que la empresa dejaría de operar como registrador local (LIR) para agruparse en una regional más grande, Reliable Communications, con sede en la República Checa.
El Kremlin movió ficha y llevó a juicio a Soldátov. Un año después, en 2020, y ya bajo arresto domiciliario, el científico transfirió los dominios .SU al Estado. A cambio, el tribunal rebajó la acusación de “fraude” a “abuso de autoridad en una organización” y le dejó libre con el compromiso de no marcharse, aunque el científico siempre vivió con la amenaza de la cárcel sobre su cabeza.
“Fue una gran sorpresa para todos nosotros, para toda la familia, que el tribunal decidiera enviarle a prisión de pronto, fue una sorpresa muy grande”, afirma su hijo por teléfono. “No logramos entender la crueldad de la sentencia”, agrega.
La familia de Alexéi Soldátov aguarda a la vista de la apelación de su caso, que tendrá lugar en los próximos meses. “Sabemos que en Rusia no hay absoluciones, pero tal vez al menos cambien la prisión por otra forma más suave”, desea su hijo.
El científico cuenta además con el apoyo de los miembros del comité de derechos humanos de Putin. “Por todo lo que este científico hizo en el Instituto Kurchátov (¡trabajó allí durante 35 años!) por Internet en Rusia (que todos usamos, y los investigadores, jueces y empleados del sistema penitenciario también), ¿sería posible encontrar al menos una gota de misericordia y no encarcelar a una persona que se está muriendo?”, escribió Merkachiova en su cuenta personal de Telegram, a lo que agregó: “”Perdónales, Señor, porque no saben lo que hacen”.
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La “tortura” de Alexéi Soldátov, el padre de la Internet rusa, enfermo terminal y encarcelado sin una cama
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