Fletcher_Volkman
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Crítica de danza 'La sylphide' Coreografía August Bournonville Música Heman Severin Lovenskiold Puesta en escena Petrusjka Broholm Director musical Daniel Capps Maestra de ballet invitada Arantxa Argüelles Escenografía Elisa Sanz Vestuario Tania Bakunova Iluminación Nicolás Fischtel Intérpretes Giada Rossi, Yanier Gómez Noda, Martina Giuffrida, Irene Ureña, Felipe Domingos, Compañía Nacional de Danza, Orquesta de la Comunidad de Madrid Lugar Teatro de la Zarzuela, Madrid 3' La sylphide ' es no solo un título fundamental y significativo en la historia de la danza. Es también una excelente piedra de toque para cualquier compañía de danza, y más si, como la española, ha tenido una historia corta pero llena de vaivenes y cambios de rumbo. Que esté en el repertorio de la Compañía Nacional de Danza (CND) es muy satisfactorio, y que Muriel Romero , su nueva directora, comience con la producción de este título, programado por su antecesor, signo de la normalidad que ha de haber en los relevos de las direcciones artísticas. Que el Teatro de la Zarzuela haya decidido volver a programarla (se estrenó en estas mismas fechas del año pasado) se debe al éxito que tuvieron sus representaciones, nueva prueba de que el ballet clásico, cuando se presenta en condiciones, interesa al público. Y hay muchos ejemplos de ello.'La sylphide' es el ballet más antiguo que se conserva. A pesar de que se estrenó en París en 1832, la versión que ha llegado a nuestros días es la que creó el coreógrafo danés August Bournonville cuatro años más tarde con la música de Herman Severin Lovenskiold. La historia de amor entre un joven escocés y una sílfide, un espíritu etéreo, malograda por la bruja Madge, es terreno fértil para el ballet romántico que imperaba en aquella época (títulos posteriores como 'Giselle' o 'La bayadera' incluirían también seres mitólogicos en sus tramas). El valor añadido de este título es la coreografía de Bournonville, creador de una escuela propia que, gracias sobre todo a la labor del Royal Danish Ballet , donde trabajó el coreógrafo, se ha mantenido viva hasta nuestros días; su estilo se caracteriza por el trabajo de pies, por sus pequeños saltos y una mayor rigidez en el tronco y los brazos, lo que le otorga al baile ligereza y gracilidad.El estreno de la Compañía Nacional de Danza ha resultado menos accidentado que el del pasado año y ha dejado un buen sabor al público. Es una producción de escenografía, vestuario e iluminación tremendamente clásicos -lo mismo que la puesta en escena-, destinada a dejar el protagonismo a la compañía, un conjunto renovado que muestra un buen nivel y estilísticamente adecuado.Noticia Relacionada estandar No Muriel Romero toma el testigo de Joaquín de Luz con la puesta en escena en la Zarzuela de 'La sylphide' Julio Bravo Se trata del ballet más antiguo que se conserva, obra del coreógrafo danés August BournonvilleDe los solistas, brilló especialmente Giada Rossi , una protagonista exquisita, con la delicadeza, la ligereza y el encanto que requiere su personaje. A su lado, Yanier Gómez Noda bailó su parte con nobleza e ímpetu contenido, e Irene Ureña le dio oscuridad a la bruja Madge, que Petrusjka Bronholm, la experta repositora, quiso en esta ocasión que fuera una mujer joven, lo que le da una dimensión diferente a la historia (abre la incógnita de que Madge actúe por celos y no tanto por venganza). En definitiva, una buena ocasión para disfrutar de un gran título de la historia del ballet.
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