ochamplin
New member
- Registrado
- 27 Sep 2024
- Mensajes
- 68
Calles convertidas en ríos, cientos de coches apilados y más de doscientas víctimas mortales. Las primeras imágenes y datos de la DANA que ha asolado especialmente a la Comunidad Valenciana despertaron prácticamente al instante la solidaridad espontánea de decenas de voluntarios de Castilla y León. Ciudadanos de a pie que decidieron ponerse en marcha y acudir a «ayudar», a aportar su «granito de arena» para limpiar el lodo de las calles, retirar vehículos o llevar víveres y material a personas que «lo han perdido todo». Así lo hizo Aitor Ortega tras hablar con un amigo actor que se «había quedado atrapado en el aeropuerto de Valencia» y que se enroló rápidamente en el equipo desplegado por Mensajeros de la Paz. El jueves 31 de octubre por la noche –48 horas después de la tragedia– decidió hacer a título personal un llamamiento vía redes sociales en la localidad de Arévalo (Ávila), donde trabaja como guardia civil. «El mensaje de mi amigo era desgarrador. Me decía que la gente allí necesitaba de todo» , explica. A la mañana siguiente la respuesta ya había sido abrumadora. «Había empresarios que nos decían: 'Cuenta conmigo' y aquello se empezó a mover y a mover», recuerda. La noche de ese viernes una veintena de personas pusieron rumbo a tierras valencianas con 40 toneladas de material en seis furgonetas y dos camiones también cedidas. En contacto directo con Mensajeros de la Paz, les proporcionaron los destinos donde era más necesaria su apoyo: Torrent, Picaya, Massanassa, Algemesí o Paiporta , todas ellas arrasadas por la DANA, fueron lugares de paso de una ayuda en la que se volcó toda la comarca abulense de La Moraña y Arévalo. «Yo nunca había visto nada parecido. Era una catástrofe bestial», confiesa Aitor, que, por su profesión, se ha enfrentado a escenarios complicados. «Estaban completamente en shock», relata sobre lo que allí encontró. Dos camiones más partieron después y este viernes él mismo ya se ha embarcado en su segunda expedición de apoyo porque la gente «se sigue volcando». En este nuevo convoy han «duplicado los vehículos» y van cargados ya con botas y útiles de limpieza que «es ahora lo más urgente», pero también con maquinaria para poder despejar las zonas más afectadas. De nuevo, el reparto se hará en coordinación con Mensajeros de la Paz porque es «importante» que quien quiera acudir «tenga allí un contacto» que le asigne un punto de actuación. La intención en la expedición es acudir a «pueblos o urbanizaciones» que aún no hayan recibido apoyo. 6.300 racionesTampoco lo dudó el chef palentino Víctor Manuel Carranza, que hace 20 años había estado trabajando en Valencia y la tragedia le hizo también movilizarse. Habituado a cocinar para un gran número de personas en grandes eventos, decidió trasladar hasta Aldaia toda su infraestructura . Preparó en dos días 6.300 raciones cocinadas 'in situ'. «Aquí hay mucha gente que no tiene luz ni agua y que no comía caliente desde el día de la catástrofe». Así que Víctor, junto a otras tres personas que le acompañaron desde Palencia, repartieron en el corazón de la riada platos de comida caliente de 12 de la mañana a cinco de la tarde a todo el que pasaba por su cocina itinerante. «Muchos empresarios han aportado los víveres», destaca en un momento en el que asegura que en la zona ya no es necesario tanto los productos de alimentación no perecederos, que han llegado por toneladas de solidaridad. «Lo que sí les falta es comida fresca. No hay carnicerías o pescaderías abiertas», indica, pero a partir de ahora lo que se demanda en el epicentro de la tragedia son «botas de agua o mascarillas». Desde dos pequeños pueblos también de Palencia –Santiago del Val y Santoyo– salieron camino de Valencia Óscar Tejido y otros cuatro amigos. Un grupo de jóvenes que en la misma semana que se produjo la DANA mortal –por el momento se han contabilizado más de 215 fallecidos – les «salió del corazón» y llenaron dos coches con material donado por los vecinos y se trasladaron hasta Catarroja, donde conocían a algunas personas. «Lo que nos encontramos allí fue un caos. Una desorganización total», dice, hasta el punto de que fueron ellos mismos los que repartieron lo que llevaban a una comunidad de vecinos porque no encontraban dónde poder descargarlo. «Lo que vimos es una miseria brutal, mucho más de lo que se está viendo en imágenes» , expresa, después de haber pasado junto a sus amigos entre 28 y 30 horas despiertos para ayudar a «sacar coches» por la noche o limpiar el lodo acumulado en una zapatería y un bazar. «No quiero que nadie me dé las gracias. Hay que ayudar y nosotros solo pensamos en cuando podemos volver», resume. Una de las furgonetas cargadas con material llegadas desde la Moraña, jóvenes de la comarca de Mota del Marqués junto a bomberos y voluntarios y Óscar Tejido con uno de sus amigos durante su labor en Valencia ABCCon ese mismo espíritu otros cinco amigos de las localidades de Mota del Marqués, Fuensaldaña y Villamarciel, todas en Valladolid, y de Cerecinos de Campos (Zamora) viajaron hasta Paiporta y Catarroja, dos de los municipios más devastados. Jóvenes de entre 25 y 31 años aficionados al motor que vieron en sus todoterrenos una forma de colaborar. Tan solo 48 horas después de la catástrofe, organizaron su viaje. «Salimos con dos de nuestros vehículos y una grúa de salvamento para ayudar en sacar coches. Dispuestos a todo», indica Carlos de la Cuesta. Estuvieron allí el fin de semana –las obligaciones laborales no les permitieron más– y lo que se encontraron al llegar, dice, fue el «caos más absoluto». «Los vecinos y chavales como nosotros estaban limpiando y ayudando», asegura. «Llevábamos los coches cargados de comida que habíamos recogido en nuestros pueblos y la repartimos nosotros entre gente mayor que no podía salir de su casa» , rememora. Con las imágenes de calles «llenas de suciedad en las que no se podía entrar por los escombros», tiene claro que «toda ayuda es poca» en los escenarios asolados. «Esto no se resuelve en quince días ni en un mes», asegura. Por eso hace un llamamiento para que no se olvide la tragedia con el paso del tiempo. «Allí queda muchísimo trabajo», afirma. Y a trabajar también fue Kevin desde Palencia con su todoterreno granate junto a otros amigos. «Estuvimos horas y horas sacando coches» en Paiporta y Catarroja, donde se encontraron a vecinos «muy agradecidos», pero asegura volver «dolido» porque no encontraban lugar para depositar el material que llevaban o porque se cuestionase su labor como voluntarios. Noticia Relacionada estandar No Luto en Cantalpino por la muerte de su paisana, la enfermera Francisca Porras, en la DANA ABC Fue una profesional destacada en el Servicio de Emergencias Sanitarias de Valencia y concejala en Paiporta entre 2010 y 2011Desde Salamanca, Antonio Rollán ha partido con los coches de los que dispone su autoescuela con donaciones de la capital charra, donde ha habido una «respuesta muy positiva» para aportar también su granito de arena ante la mayor catástrofe natural de los últimos tiempos en España.
Cargando…
www.abc.es