Cuando pensamos en Bruce Willis, y en esa filmografía suya que ya no tendrá nuevos capítulos, pensamos en tipos duros con la lengua muy suelta. Empezando por John McClane, faltaría más. Pero hubo un tiempo en el que no fue así: a mediados de los 80, Willis apuntaba maneras como un futuro titán de la screwball comedy a la altura de Cary Grant.
Por raro que pudiera parecer, esto se debía a una serie que fichó a Willis como protagonista en 1985 y que, tras haber implosionado por varias razones (entre ellas, el carácter de sus protagonistas...), desapareció de las ondas pese a haber ganado seis premios Emmy. Ahora, ese mítico show regresa a España en VOD esta Navidad.
Los detectives más chic de Los Ángeles
Hablamos de Luz de luna, una serie que cayó como un meteorito en la TV de los 80 por su originalidad y su falta de complejos. Como ya ocurriera con Doctor en Alaska, otro clásico de culto, la plataforma Filmin ha anunciado que incorporará a su catálogo las 5 temporadas del show, en HD y sin cortes, a partir del 24 de diciembre.
Creada por Glenn Gordon Caron, Luz de luna basó su atractivo en el carisma de dos actores por los que casi nadie hubiera dado un céntimo entonces. La primera, una Cybill Shepherd (Taxi Driver) cuyo perfil había bajado drásticamente tras protagonizar varios fracasos de taquilla dirigidos por Peter Bogdanovich. El segundo, aquel Willis sin apenas títulos en su filmografía que había llamado la atención del showrunner durante las audiciones.
Así, Shepherd interpretó a Maddie Hayes, modelo arruinada por las malas artes de su manager. Tras descubrir que sus cuentas bancarias están a cero, Maddie no tiene más remedio que ponerse al frente de un negocio comprado por dicho manager como pantalla para desviar fondos: la agencia de detectives de David Addison (Willis), un jeta cuyo talento como investigador privado resulta, siendo generosos, muy discutible.
A partir de esta premisa, Luz de luna ofreció un híbrido de misterio y comedia romántica animado por la hostilidad entre sus dos protagonistas (una hostilidad que iba más allá del plató...) y por personajes secundarios tan inolvidables como esa señorita Dipesto (rebautizada 'Topisto' en el doblaje castellano) con el rostro de Allyce Beasley. Pero había más... y, sin ese 'más', la serie no hubiera sido lo mismo.
Rompiendo fórmulas con mucho descaro
Hasta aquí, Luz de luna podría haber pasado a la historia como otra rom-com ochentera en la estela de Remington Steele, otra serie creada por Caron cuyo protagonista, Pierce Brosnan, acabó haciendo un cameo en el nuevo show. Sin embargo, su verdadera fuerza residía en su disposición a romper estereotipos con respecto a lo que el público podía esperar de ella.
El éxito de la primera temporada animó a Caron a realizar atrevimientos como esas rupturas de la cuarta pared en las que los protagonistas se dirigen directamente al público. Y no solo eso: a lo largo de las temporadas, quedaba claro que David y Maddie eran conscientes de ser personajes de TV, aludiendo en sus diálogos a las decisiones de la cadena ABC e incluso a las salidas de tiesto de los guionistas.
Asimismo, el público de Luz de luna podía llevarse sorpresas como La secuencia onírica siempre llama dos veces (T2E04), un episodio presentado por el mismísimo Orson Welles (en el que habría de ser su último trabajo) y rodado en blanco y negro, que homenajeaba a los clásicos del noir. Shakespeare atómico (T3E07), por su parte, ofrecía una parodia de La fierecilla domada dialogada en verso y con vestuario de época.
A este desmadre hay que sumar otras virtudes, como esas temporadas breves que se adelantaban a su tiempo rompiendo con los 24 episodios de rigor. Y también unos valores de producción muy superiores a lo esperable en una serie de la época, acercándose más al cine.
Eclipse lunar
Si piensas que las virtudes de Luz de luna eran también su talón de Aquiles, estás en lo cierto: este empeño en la originalidad y la sorpresa disparaba el presupuesto de la serie. Además, el ritmo frenético de los diálogos llevaba a guiones mucho más largos de lo normal en las producciones televisivas de la época, lo cual extenuaba a los actores.
En 1988, la situación se volvió insostenible: las audiencias ya no eran las de antes, Shepherd acababa de ser madre de gemelos y Willis, que acababa de rodar Jungla de cristal, estaba harto de tanta TV y quería dedicarse al cine. De esta manera, Luz de luna se despidió en el episodio 13 de su quinta temporada, dejando inconcluso su último misterio. Algo que, para variar, se llevó una pulla por parte de la serie.
Para colmo, esta serie adelantada a su tiempo acabó desapareciendo del mapa debido a una razón tristemente habitual: las licencias de copyright de su banda sonora, empezando por el tema principal cantado por Al Jarreau. El coste de renegociar sus derechos para la era del DVD hizo que las ediciones en formato doméstico fueran escasas e inencontrables, para después retrasar la llegada del show al streaming.
En 2023, sin embargo, Luz de luna volvió a estar disponible para el público estadounidense gracias a Hulu. Y, ahora que su regreso a España está al caer, es el momento ideal para descubrir (o redescubrir) una de las mejores series de TV de todos los tiempos.
¿Quieres estar a la última de todas las novedades de cine y series? Apúntate a nuestra newsletter.
Cargando…
www.20minutos.es