La receta de Mario Vaquerizo para superar su mal momento: paciencia, buen humor, santos y Alaska

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Paciencia, buen humor, santos y Alaska . Esta es la receta mágica de Mario Vaquerizo para superar el susto que se llevó al caerse del escenario durante un concierto en el Festival Horteralia y recuperarse cuanto antes en el hospital, donde permanece ingresado por la fractura de dos vértebras, pérdida de visión y diversos dolores que todavía arrastra. Eso sí, la alegría de vivir no la ha perdido.Primero fue ingresado de urgencia en el Hospital de Cáceres, de donde salió en silla de ruedas y todavía bajo el efecto de los calmantes, lo que no impidió que atendiera a la prensa con su habitual amabilidad. Recibió el alta y al llegar a su casa declaró: « Podía haber sido peor , porque tuve una caída bastante jodida y la verdad que esté vivo es guay, porque o bien me podía haber matado o me podía haber quedado paralítico. Pero gracias a Dios, creo que fue el cardado que llevaba lo que me paró el golpe». Y avisaba: « Ahora me toca reposo y paciencia, que es lo que menos tengo ».Noticias Relacionadas Aruseros La interrogante del último parte médico de Mario Vaquerizo inquieta a Alfonso Arús: «Era lo más grave» Mari Carmen Parra El Hormiguero Mario Vaquerizo reaparece de forma sorpresiva y desvela su estado de salud: «Me ha afectado a los dos ojos» María RobertFue eso mismo lo que le tocó 'sufrir' a Alaska en sus propias carnes, según ella misma relataba recientemente durante la entrega de los Premios Mujer Hoy: «Me acuerdo del día que estuvo en casa, era un 'no me has puesto bien esto, me la has apretado demasiado...'. Allí, con lo que le hagan los médicos, se tiene que conformar y yo me quedo más tranquila ».De vuelta al hospitalPorque, efectivamente, Mario Vaquerizo apenas duró un día en casa. De natural impaciente, allí no podía estar y volvía un poco locos a los que estaban a su alrededor. Así que entre todos consensuaron que regresara al hospital para que allí le garantizaran todo el reposo que necesita para su recuperación.Y ha sido precisamente en el hospital donde Mario Vaquerizo ha pasado una de sus fiestas favoritas del año: Halloween. No ha dudado en exponer en sus redes sociales tres cosas. Primero, que su sentido del humor permanece intacto. Segundo, que junto a él permanecen sus « vírgenes y santitos «, como dice. Y tercero, que no le falta la compañía de su fiel Alaska.« ¿Trato o truco? Ayer celebrando Halloween desde el hospital con la chica más guapa del mundo @alaskaoficial, gracias por estar a mi lado siempre y con tan buena clase y modelazo. Agencia Vaquerizo informa: mejorando poco a poco », escribía en sus redes sociales con una divertida fotografía de la pareja.Alaska también compartía foto: «Decidí ponerme un modelo ad hoc para alegrar la noche de Halloween en el hospital». Y añadía: « Repartiendo y recibiendo regalitos con los vecinos de habitación y con los más pequeños. Lo que sea para sacar una sonrisa en los momentos no tan buenos».Su nuevo amigo, el collarínLa imagen se ha hecho viral en cuestión de minutos refleja impecablemente la receta del matrimonio para superar la cansina rutina. Alaska está enfundada en un original vestido inspirado en el cuerpo humano y con taconazos, impecable para una noche como la de Halloween, mientras a su lado, y con el habitual y mortecino pijama del hospital, aparece Mario Vaquerizo con unas gafas de sol y su 'fiel' collarín.Han pasado ya dos semanas desde que Mario Vaquerizo fuera ingresado tras caerse de forma accidental del escenario en medio de un concierto con las Nacys Rubias, unos días que a Mario Vaquerizo se le están haciendo larguísimos porque es muy impaciente. Pero los médicos ya le han dicho que solo con reposo mejorará su cuello dolorido.Mario Vaquerizo se ha vuelto muy activo en las redes sociales durante su convalecencia, algo que agradecen sus miles de seguidores. «En momentos difíciles y duros el amor y la amistad que recibes es la mejor medicina (...) Muy bien cuidado y además protegido por mis vírgenes y santitos, que siempre me ayudan y acompañan», ha recordado estos días. Ya se sabe: paciencia y buen humor nunca suelen sobrar. Y con Alaska, todavía mejor.

 

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