Dario_Pfeffer
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Entre los capítulos más épicos y memorables de la Guerra del Anillo, la batalla del Abismo de Helm sobresalía como una de las mayúsculas contiendas bélicas en las que cientos de miles de combatientes morían ante la inexpugnable fortaleza situada en el pico de Thrihyrne, en las Montañas Blancas de la Tierra Media.
En un bando, los hombres de Rohan, más conocidos como los Rohirrim, comandados por el rey Theoden y acompañados de su sobrino Éomer, su hija Éowyn, Aragorn, Gimli y Legolas. En el otro lado, las malvadas huestes de uruk-hai y dunlendinos enviadas por Saruman desde Isengard para mermar el apoyo a Gondor. Cuando parecía que ya no quedaba esperanza y la oscuridad estaba a punto de vencer, la ayuda in extremis de Gandalf y de Erkenbrand, señor del Folde Oeste, era decisiva para derrotar al enemigo.
Esta cruenta batalla fue recogida por J. R. R. Tolkien en la novela Las dos torres (1954), la segunda entrega de la trilogía literaria de El señor de los anillos, mostrándonos los sucesos que ocurrían en la lucha contra Sauron en la Tercera Edad y presentando uno de los escenarios más impresionantes de su legendario universo.
Ahondando más en los sucesos ocurridos allí, Warner Bros. estrena ahora la precuela de animación El señor de los anillos: La guerra de los Rohirrim, que aborda la historia que hizo de este lugar una leyenda, recibiendo finalmente el nombre del noveno rey de Rohan, Helm Mano de Hierro.
Ambientada 183 años antes de los eventos que conocíamos en la trilogía cinematográfica de Peter Jackson, esta película ha contado en la dirección con el maestro del anime Kenji Kamiyama, cineasta detrás del filme Ancien y el mundo mágico, así como colaborador habitual de las franquicias Ghost in the Shell, Ultraman o Akira.
Una jinete de Rohan
La guerra de los Rohirrim comienza con la negativa de la princesa Héra a casarse con el hijo del líder de los Dunlendinos, aquellos hombres que acabarían sucumbiendo al poder del Señor Oscuro, siendo apoyada por el monarca de Rohan.
En un giro de los acontecimientos y entre insultos, Helm le propina un puñetazo al padre y termina con su vida de una forma violenta y fulminante. Así, Wulf, el despiadado pretendiente, toma el testigo de su padre en la búsqueda de venganza y ataca al reino. Ante la inminente amenaza, los Rohirrim se guarecen en el antiguo bastión de Cuernavilla, el cual será conocido posteriormente como el Abismo de Helm, donde Héra comanda el ejército.
Un acontecimiento importante que pasará a los anales de la historia y que es narrado ni más ni menos que por Eówyn, descendiente de los protagonistas y un papel que trae de regreso a Miranda Otto. La actriz australiana vuelve a introducirse en la piel de una de las mujeres más fuertes de la Tierra Media tras interpretarla en la trilogía de Peter Jackson.
Suyo es uno de los diálogos más icónicos de El retorno del rey: cuando el Rey Brujo de Angmar señalaba que ningún hombre podía contra él, ella se arrancaba el casco para decir “yo no soy un hombre” y asestarle un golpe letal.
El nuevo filme continúa reivindicando a los personajes femeninos de una saga que ha recibido críticas constantes por la poca presencia de mujeres, pero que posee figuras tan poderosas como Galadriel y Arwen, y que ahora da un mayor protagonismo a Héra, una figura que solo aparecía de soslayo en los apéndices de las obras literarias.
Entre los retornos más inesperados de La guerra de los Rohirrim también encontramos la voz del actor británico Christopher Lee, quien ‘resucita’ para interpretar de nuevo a Saruman después de que su viuda diera el permiso para utilizar el material descartado en las anteriores entregas. La reaparición de Lee se suma al fichaje de Brian Cox (Succession) como el monarca de Rohan, Gaia Wise (Un paseo por el bosque) como su heredera y Luke Pasqualino (Snowpiercer (Rompenieves) como el antagonista.
Entre elfos, orcos y anillos de poder, La guerra de los Rohirrim también ha contado con la cantautora inglesa de folk Paris Paloma, quien está detrás del tema principal The Rider, escrito por la coguionista del filme Phoebe Gittins y el artista musical David Long. Si bien detrás de la composición de la banda sonora se encuentra realmente Stephen Gallagher, quien colaboró en la música de las tres entregas de El hobbit y participó recientemente en el blockbuster Avatar: El sentido del agua.
La Tierra Media amplía sus límites
A finales de 2022, la compañía Embracer Group se hacía con los derechos de El señor de los anillos y El hobbit, provocando un terremoto en la industria cinematográfica y adelantando posibles spin-off sobre personajes célebres como Aragorn, Gandalf o Galadriel.
La empresa tomaba el testigo de Middle-earth Enterprises, antigua dueña de los derechos de explotación de los productos relacionados con la obra (los de los libros siguen perteneciendo a Tolkien Estate), abriendo un abanico de posibilidades para este universo, que ya tenía entre manos la serie de Amazon y esta película de anime.
Tras la estela de El señor de los anillos: Los anillos de poder, la superproducción que se ha transformado en un verdadero éxito de audiencia en Prime Video, y aprovechando el resurgir del clásico de animación El señor de los anillos (Ralph Bakshi, 1978, Warner Bros. abre la puerta a lo que está por llegar con La guerra de los Rohirrim.
Un futuro prometedor en el que ya ha sido confirmada la creación de la película de acción real The Hunt for Gollum –producida por Peter Jackson y dirigida por Andy Serkis, quien interpretó a Sméagol en las películas originales–, mientras que la guionista Fran Walsh (detrás de las dos trilogías y contratada para los nuevos proyectos) adelantaba que Warner también trabaja actualmente en una nueva película en paralelo sobre Bilbo Bolsón, que podría narrar lo que ocurrió tras su fiesta de cumpleaños y antes de que la Comunidad del Anillo terminara en las Minas de Moria.
Por su parte, los actores Viggo Mortensen (Aragorn), Ian McKellen (Gandalf) y Orlando Bloom (Legolas) se mostraban predispuestos a regresar para vivir una aventura más, incidiendo en la necesidad de la búsqueda de un buen guion para ello y, en el caso de McKellen, que se dieran prisa para “que siga vivo”. Porque, como el propio Bilbo ya señalaba: “¿Las aventuras nunca tienen un final? Supongo que no. Alguien más siempre tiene que continuar con la historia”.
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