'La odisea de lo sagrado', de Frédéric Lenoir: viaje por la búsqueda espiritual

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El sentimiento de lo sagrado nació, entre otras cosas, del temor a lo desconocido. Como respuesta al sentido de la vida. ¿Cómo llevar una existencia digna y para qué? Venimos de no se sabe dónde y nos vamos al mismo lugar desconocido u otro diferente sin que nadie nos haya ofrecido respuestas. De la misma manera que el ser humano es un animal político, por la necesidad de organizar la sociedad, lo es también espiritual y religioso con creencias, prácticas y valores comunes. Tiene una dimensión interior y otra social . Noticia Relacionada CRÍTICA DE: estandar Si 'Miedo', de Robert Peckham: el terror puesto al día César Antonio Molina El historiador británico estudia cómo en general el temor es una manera de coacción para dictadores, tiranos y autócratasLa burocracia de la religión, la que más le ha hecho daño a la misma por degradarla a la temporalidad, afortunadamente se ha ido perdiendo a lo largo de los siglos. Pero no así el sentimiento íntimo e individual de lo sagrado como consolación, como misterio, como esperanza. ENSAYO 'La odisea de lo sagrado' Autor Frédéric Lenoir Editorial Deusto Año 2024 Páginas 362 Precio 22,95 euros 5Lo sagrado, «lo más hermoso que nos es dado sentir», según Einstein. El mundo, durante siglos, ha girado entre el espiritualismo y el materialismo. Uno contradice al otro pero en el fondo se complementan. El primero ofrece esperanzas, el segundo las niega en absoluto. El filósofo francés, Comte-Sponville, riza el rizo y habla de una espiritualidad laica e incluso atea . El 'Homo Sapiens' es un animal espiritual. Lenoir separa muy bien los términos de trascendencia e inmanencia. El primero responde a una interpretación dualista: lo divino y la creación. Así hacen judíos y cristianos, también los musulmanes. La inmanencia se basa en la idea de la presencia de lo divino, de fuerzas invisibles o de lo absoluto en el propio mundo: animismo, estoicismo, la espiritualidad oriental, el esoterismo. El misticismo se corresponde con la trascendencia. Pero hay situaciones en que pueden coincidir la trascendencia y la inmanencia. La idea de Dios puede abarcar ambas maneras. Otra diferencia que hay que tener en cuenta es la creencia y la espiritualidad. La primera son la base de nuestra vida colectiva; mientras que la espiritualidad es la experiencia íntima de lo sagrado.La razón tiene un espacio, pero los sentimientos y las emociones también son humanas Las creencias espiritualistas más diversas se han convertido en dogmas en las grandes religiones monoteístas. Reducir la espiritualidad o lo sagrado a creencias es amputarle su fundamento y limitarla a su dimensión religiosa. Este libro de Lenoir no se basa en las creencias en general, sino en la búsqueda espiritual, lo sagrado y las creencias en fuerzas sobrenaturales o en un mundo invisible que han adquirido a lo largo de la historia formas muy variadas: chamanes, politeísmo y monoteísmo, laicismo, espiritualismo ligado a la conciencia individual y la razón crítica, materialismo, hasta la tecnología digital, la inteligencia artificial y el transhumanismo. Lenoir, como tantos de nosotros, se preocupa por las consecuencias de esta nueva revolución cultural y social sobre nuestra manera de concebir y vivir lo sagrado. ¿Por qué el 'Homo Sapiens' es un animal espiritual y religioso? ¿Por qué es el único animal que efectúa rituales funerarios? ¿Por qué cree en el alma, en un más allá, en la resurrección? Todo vale para interrogarse sobre el sentido de la vida y el misterio del mundo ('Homo spiritualis'). Pero también el 'Homus religiosus' intenta relacionarse con el mundo invisible. Pero como en todo en la vida hay afectos y grandes desafectos. Este último grupo siempre lo han representado ateos y materialistas. Afirman que espiritualidad y religión son una enfermedad mortal para los humanos. La razón ilustrada y el ateísmo denunciaron al espiritualismo y sus creencias como ilusorias. Se olvidaron de que la experiencia interior es también una condición de la libertad . La razón tiene un espacio, pero los sentimientos y las emociones también son humanas. Rudolf Otto escribe que Dios no es el principal objeto de la religión, sino el misterio. El misterio del mundo y el enigma de la vida y la muerte.Grandes batallas Jung explica muy bien la espiritualidad contemporánea. Hijo de un pastor protestante se alejó de la religión y el cristianismo. Rechazó su institucionalización, la representación antropomorfa de la divinidad, la represión de los instintos, el desprecio del cuerpo, la castidad mórbida, la ausencia femenina, así como una idea no muy clara del mal. A través del ejercicio de la psiquiatría se dio cuenta de la importancia de lo religioso en la psique de los individuos y sus experiencias espirituales personales que les hacían experimentar lo numinoso. Jung comprobó que lo religioso lo impregnaba todo, que nuestro inconsciente colectivo está plagado de mitos, símbolos y arquetipos religiosos. Así insistió en la necesidad de mantenerse espiritualmente enraizado en la cultura de origen . Llegó a pesar que si bien una persona se puede convertir en atea, más difícil le será cambiar profundamente de religión, pues esta conforma nuestra identidad. Jung, a lo largo de su vida, mantuvo grandes batallas con sus colegas y también con los teólogos. La conclusión que Lenoir explica y resume perfectamente es que «tanto si se es consciente como si no, el ser humano es un animal religioso: 'Homo religiosus'». Y emulando al oráculo de Delfos (anécdota muy sabida), Jung hizo escribir en el dintel de la puerta de su casa y también en su tumba: «Creamos o no lo sagrado está presente» . Lo consciente y lo inconsciente conectan mediante la experiencia numinosa. Como en todos sus libros y artículos, Frédéric Lenoir, director que fue durante tantos años de la revista 'Le Monde des religions', no defrauda por su caudal de conocimientos y su gran capacidad didáctica. En este ensayo defiende el último reducto del ser humano sitiado por el transhumanismo y las tecnologías a las que les da una buena reprimenda. Pues una cosa es «querer mejorar la condición humana y otra intentar modificar la naturaleza humana hasta el punto de querer superarla». Un gran libro. Leyéndolo no se sentirán solos.

 

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