La maquinaria electoral se pone a punto en 2025: del liderazgo de Moreno a la renovación de la izquierda

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El año 2025 es uno de esos extraños y efímeros vacíos que existen en la agenda política. Según el calendario oficial no hay ninguna convocatoria electoral prevista ni municipal, ni autonómica, ni general ni europea . No ocurría esto desde hace más de una década, ya que incluso en pandemia la población vasca y gallega fue llamada a las urnas. De hecho, es un marco insólito desde que gobierna el actual presidente andaluz, Juanma Moreno. Pero esto es sobre el papel. La inestabilidad política nacional hace que esté presente en todo momento la posibilidad de una convocatoria forzada por la dificultad de seguir gobernando en el Congreso sin Presupuestos o las consecuencias de la ruptura de los pactos de gobierno entre PP y Vox en distintas comunidades autónomas como Valencia, Aragón, Baleares, Extremadura o Murcia. Y este efecto puede contagiar también a Andalucía si el PP-A entiende que puede convenirle en su estrategia nacional o para afianzar aún su poder territorial en Andalucía. Si esto no ocurre, según el calendario electoral, Andalucía será junto con Castilla y León, la próxima comunidad en ser llamada a las urnas en 2026 con la responsabilidad de abrir un nuevo ciclo electoral que seguirá con las municipales, autonómicas y generales de 2027. De ahí la importancia de lo que ocurra en la comunidad y que centre todas las miradas. Decía el secretario general del PP-A, Antonio Repullo, que los populares están ya preparados para cualquier convocatoria electoral. Y lo cierto es que el partido que gobierna ahora con mayoría absoluta Andalucía tiene buena parte del camino andado . Seis años después de su llegada a San Telmo, el liderazgo de Juanma Moreno está más que consolidado y es incuestionable dentro del partido a nivel autonómico y nacional. A esto se añade que en 2023 obtuvo la mayor cuota de poder que han tenido los populares con las principales ciudades y seis de las diputaciones por lo que todos los liderazgos están ya definidos y asentados. Hasta este mes de enero, más allá de los problemas de gestión de la sanidad, la dependencia o la educación, el PP caminaba en una senda tranquila y sin sobresaltos. Pero este escenario se ha quebrado con la moción de censura de Jaén . Una iniciativa que llevaba meses sobre la mesa y en la que los populares, pese a su control casi total de Andalucía, no han tenido capacidad de respuesta. Y para 2025 queda aún abierta la partida de la Diputación de Cádiz que aunque el PP esté intentando blindar puede dar un giro en cualquier momento. Ambos pactos sellados en 2023 no se basaban en una sintonía de los líderes locales, sino en el poder que ofrecía el PP con la Junta de Andalucía y la expectativa de que Alberto Núñez Feijóo vencería en las elecciones generales de julio frente a un PSOE debilitado. Si sigue gobernando Pedro Sánchez y la Junta no lograr amarrar sus acuerdos con formaciones localistas, el riesgo de mociones de censura crece. Ya ha pasado en Jaén y puede ocurrir en Cádiz en cualquier momento. Pero el peligro es limitado. Ya no hay más pactos que puedan romperse. Pero esta recuperación muy parcial de poder local no deja de ser un débil asidero para un PSOE andaluz que debe renovarse por completo durante este 2025 . Esta semana se despejará la primera incógnita: si Ferraz ha encontrado una alternativa disponible a Juan Espadas que frene una disputa en primarias entre una amalgama de corrientes sin liderazgos claros. De momento, la única opción que puede cumplir ese requisito es la de la vicepresidenta María Jesús Montero, que sería así la estela de otros ministros que compatibilizan sus carteras con los liderazgos territoriales. Del 7 al 9 de enero se presentarán las candidaturas y se desvelará cuál ha sido finalmente la posición del secretario general del PSOE, Pedro Sánchez. A partir de ahí, el PSOE-A debe abrir sus procesos de congresos provinciales y de agrupaciones locales y a partir de ahí la elección en primarias de sus próximos candidatos electorales . Cuando un partido gobierna suelen ser procesos suaves y controlados. Cuando está en la oposición tienden a ser imprevisibles y condicionados por movimientos de última hora. El escenario político se completa a izquierda y derecha por formaciones que siguen sin un liderazgo definido. Por un lado, como tercera fuerza política en Andalucía en estos momentos, Vox carece de una cabeza de cartel, algo que no suele condicionar mucho las decisiones de esta formación. E l liderazgo de Manuel Gavira en el Parlamento es, inicialmente, transitorio y todo está siempre a la espera de las decisiones que se adopten desde la dirección de Santiago Abascal. El laberinto de la izquierda es más complicado de recorrer. La vuelta de Antonio Maíllo es el gran paso firme que se ha dado a la largo de 2024 para configurar un nuevo proyecto político . Pero la debilidad de Sumar y las disputas internas de Podemos siguen complicando la configuración de una propuesta única dirigida a un electorado que puede ser absorbido por el PSOE o acabar en la abstención. La propuesta de Adelante Andalucía, con José Ignacio García a la cabeza y ya sin Teresa Rodríguez ni Kichi, trata ahí de mantener su hueco apoyado en un mensaje andalucista y en un duro trabajo en el Parlamento andaluz con iniciativas y posiciones que han conseguido marcar agenda y hacerse un hueco.

 

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