La magia de las Fallas en tiempo récord tras la DANA

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Es admirable ver que el artista fallero Pedro Santaeulalia afronta los destrozos de la DANA en su taller con energía y buen ánimo. Después de muchos años viendo cómo se alza con premios al mejor monumento de Valencia durante la semana de Fallas, Santaeulalia no tiene tiempo que perder. Como en fiestas anteriores, el próximo 8 de marzo pretende empezar a montar la falla en la que ha estado trabajando desde julio para el cruce de las calles Sueca y Literato Azorín, en el valenciano barrio de Ruzafa. Del monumento no queda mucho tras la riada, pero minimiza la catástrofe y la compara con cualquier otro contratiempo de los que le surgen la semana de Fallas, entre otras cosas porque se niega a que Junta Central Fallera plantee la posibilidad de suspender unas fiestas que en 2016 fueron declaradas Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Unesco. Este año sirvieron de reclamo para un millón de turistas. «Yo ya he oído campanas, pero dar ilusión a la gente es bueno porque nuestras fiestas dan alegría y eso permite ir volviendo a la normalidad», cuenta a ABC.En lugar de trajinar con bocetos de maquetas y pistolas de pintura, los mayores aliados de Santaeulalia durante los últimos días han sido las palas y las escobas. Al comienzo de esta visita, se ve forzado a hacer esperar a ABC, para atender al perito del seguro. No hay nada que disculpar: tiene una fecha marcada en rojo en el calendario que se ha propuesto cumplir. Pese a la riada, la magia de las Fallas tiene que continuar con las llamas del 19 de marzo. Por él y por el conjunto de los valencianos. MÁS INFORMACIÓN noticia No El aficionado a la meteorología que predijo el desastre cuatro días antes«Estos días se ha convertido casi en mi novia», bromea el artista cuando ve llegar al perito. Le recibe con los brazos abiertos. Juntos revisan cada rincón de la nave. Le cuenta que ha perdido todas las herramientas que utiliza para trabajar, por no hablar del dinero que lleva invertido en su próximo proyecto. La noche de la riada, en esta nave del polígono de Benetúser, el agua entró por un lado y salió por otro. A cuatro meses y medio de que empiecen las fiestas, el efecto túnel se llevó por delante todo el trabajo que Santaeulalia tenía hecho hasta ahora: el 90 por ciento de la falla del pueblo de Turís y el 70 por ciento del monumento de la Falla Sueca-Literato Azorín, que compite en la sección Especial, que es la categoría más alta en los concursos de Fallas porque incluye los monumentos con mayor presupuesto de Valencia. En este caso, Sueca-Literato Azorín había destinado 170.000 euros, de los cuales ya se habían invertido más de la mitad en materiales y figuras. Ya no queda prácticamente nada tras la DANA.La ironía del 'Reset'Si las Fallas son ironía y sátira, en el caso de Santaeulalia estas dos condiciones se magnifican este año porque el lema del monumento de la Falla Sueca-Literato Azorín es, precisamente, ' Reset '. «En esta ironía hablo de que la naturaleza está hasta los cojones, con perdón, de los humanos y reinicia la tierra», explica. Por suerte, el proyecto, que planteó antes de verano, no ilustraba «una desgracia como la que nos ha tocado vivir». «Ese reinicio es una vuelta a empezar», apunta, que es lo que a él le toca hacer en este momento y la esencia de las Fallas, solo que ahora volverá a empezar en un tiempo récord. Para darle una vuelta más a esta ironía, en la parte trasera del monumento, habla de los personajes «que se han cargado el mundo: los políticos», presididos por Donald Trump. Pedro Sánchez también está planteado y espera que le dé tiempo a hacerlo. Santaeulalia reconoce que, pese a todo, es él quien está animando a todos los trabajadores del taller y a su familia. Sobre todo a su padre, el reconocido artista fallero, ya retirado, Miguel Santaeulalia. En esta emblemática nave había cosas que el seguro no podrá pagar, no tanto por su valor sentimental –que también– sino por su aportación a la historia de las Fallas: como los bocetos originales de los primeros monumentos de Miguel Santaeulalia, otros de Pedro que se llevaron grandes premios o fotografías que tiró al verlas cubiertas de barro, donde se veía a su padre montando la Falla de Na Jordana. Cuenta Pedro Santaeulalia que algunas piezas que tenía del monumento aparecieron tras la riada en un centro comercial que está a cuatro kilómetros de su taller. Otras ni las ha encontrado. Su prioridad hasta ahora ha sido limpiar la nave y lo ha conseguido gracias a los falleros de Sueca-Literato Azorín. El siguiente problema llega ahora porque no sabe cuándo podrá arrancar. Además, hay una pregunta para la que no tiene respuesta: «¿Cómo calculas un trabajo que ya has hecho, que tienes que volver a hacer, y por el que ya te han pagado?». 25 artistas afectadosPedro Santaeulalia sabe que, en el peor de los casos, puede recurrir a los talleres de sus hermanos, Alejandro y Miguel, que también han continuado con la saga familiar de artistas falleros. Pero otros compañeros suyos no tienen la misma suerte. En total, unos 25 artistas se han visto afectados por la DANA. Entre ellos, a pocos metros de la nave de Santaeulalia, se encuentra Josué Beitia –artista de l'Antiga de Campanar, que también es de sección Especial y que el año pasado se llevó el primer premio, por lo que se coronó como la mejor falla de Valencia–, quien comparte taller con un compañero más joven, Fernando López .Fernando López en su taller, arrasado por la DANA mikel ponce«De destrozo total, entre herramientas, maquinaria y trabajo realizado, hemos perdido más de 100.000 euros, porque yo tenía bloques de corcho», explica López, quien ha creado una campaña de micromecenazgo en GoFundMe, que se llama ' Ayuda para levantar mi taller ', con la que intenta recaudar algo de dinero. La noche de la riada López estaba con Beitia en el taller y, cuando el agua empezó a colarse por debajo de las puertas, consiguieron subir con grúas algunas de las piezas, pero no fue suficiente. Se refugiaron en el edificio de viviendas que hay enfrente mientras veían como el agua seguía entrando y destrozaba su trabajo. Diez días después aquí sigue habiendo barro por todas partes. «Yo ahora mismo lo único que quiero es ver mi nave limpia», reconoce López. No le ha dado tiempo a procesar la magnitud de lo ocurrido, solo piensa en que en quince días tienen que estar funcionando para que en Valencia haya monumentos que quemar en Fallas. El fuego será la terapia contra la lluvia y el lodo.

 

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