La Junta 'cambia' el nombre a un paraje de Málaga por una sentida historia personal: «Vengo aquí cuando quiero recordar a esa mujer»

[herzog.eloisa]

Las vivencias personales , y la compañía con la que pasamos por ellas, marcan nuestra vida hasta el punto de hacernos sentir como propios diversos lugares objetivamente públicos. Ese banco testigo de una relación adolescente, ese rincón de la barra del bar donde acostumbramos a tomar el refrigerio, esa esquina donde nos resulta ineludible ver el discurrir de una cofradía....Sin embargo, lo que hasta el momento era una cuestión particular ahora ha llegado a tener 'implicaciones públicas'. El Instituto de Estadística y Cartografía Andaluz (IECA) acaba de hacer oficial la inclusión del primer 'topónimo emocional' con el que se modifica el nombre de un paraje natural malagueño.El hasta ahora conocido como Encina de la Zorra , en el distrito del Puerto de la Torre, ha pasado a llamarse Encina de Celia . La razón: una personalísima historia no carente de misterio y misticismo.«Este lugar (y sobre todo este árbol) significan mucho para mí a nivel emocional porque me recuerda a una mujer», explica un ciudadano andaluz que durante un largo año no cejó en el empeño de lograr el cambio de nombre. Lo intentó en diversas administraciones y departamentos, pero la voluntad nunca cuajaba. Desde el IECA tuvieron a bien crear «esta nueva tipología, la de la toponimia emocional, porque parte de un hecho concreto y da respuesta a la entrañable petición de este usuario», refieren desde este organismo dependiente de la Consejería de Economía, Hacienda y Fondos EU .No se trata de un cambio de facto, pues la autoridad competente es la municipal y requiere no sólo un gran consenso sino también cumplir con los requisitos de cambio que marca la Organización de las Naciones Unidas y aportar una documentación muy precisa.«Esta solicitud nos pareció digna de ser considerada aunque sin contradecir el procedimiento para la modificación de los topónimos de uso preferente», recalcan desde la Consejería. Así, surgió la idea del listado de topónimos emocionales, en el que se incluyó la propuesta de la Encina de Celia, el primero inventariado en el Nomenclátor Geográfico de Andalucía . «A ella también le gustaba mucho este sitio y vengo aquí continuamente cuando quiero recordarla», adujo el impulsor de la propuesta que, finalmente, ha logrado convertirse en panteón simbólico del recuerdo.

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