La irónica lesión que sufrió Brad Pitt mientras rodaba 'Troya' que afectó a la peli

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27 Sep 2024
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Corría el año 2004 y en las salas de todo el mundo se producía un curioso fenómeno. Patios de butaca de los Estados Unidos, Filipinas y España eran el epicentro de una reacción no del todo injustificada cuando se proyectaba Troya. Concretamente, en el instante en el que Brad Pitt entraba en escena, una especie de vendaval arreciaba en dirección a la pantalla: una corriente de aire formada por decenas de suspiros.

Pesadilla de los estudiosos de Homero y entretenimiento impecable para los demás, Troya fue dirigida por Wolfgang Petersen y escrita por una de las mitades creativas de Juego de tronos, David Benioff. La película coprotagonizada por Brad Pitt, Eric Bana y Orlando Bloom arrasó en taquilla y fue nominada a un Oscar a mejor vestuario. Sin embargo, en su rodaje hubo un momento traumático en el que los directores de casting se temieron lo peor. Y, en el fondo, el accidente no pudo ser más apropiado. Te lo contamos.

Brad Pitt se mete demasiado en el personaje​


Cántame, oh musa, sobre aquel actor de Seven que pasó varios meses encerrado en un gimnasio. Brad Pitt fue la primera elección de Petersen para el papel de Aquiles y este quiso recompensar la confianza. Pese a que no puede decirse que Brad Pitt haya atravesado épocas de descuido, su objetivo fue el de moldear su cuerpo como el de una escultura griega. Casi literalmente.

Así, Pitt incrementó las horas de gimnasio para esculpir su musculatura, algo a lo que también se apuntó Eric Bana. Ninguno de los dos usó dobles en sus escenas de lucha en Troya, algo que, en principio, no fue muy bien recibido por sus respectivas aseguradoras. Para que estas accedieron, Pitt y Bana redactaron un curioso contrato: por cada golpe superficial, pagarían 50 dólares de su bolsillo. Y por cada golpe de cierta seriedad, un billete de 100.

Nada de esto evitó que, en una de las escenas, Brad Pitt tropezase y se lesionase… el tendón de Aquiles. Más allá de la carcajada que debió contener el médico que lo atendió, el rodaje de Troya se paralizó. Durante varias semanas, los actores regresaron a sus casas, ya que la película no podía continuar sin Brad Pitt.

Petersen no le vio la gracia al asunto y llegó a creer que su película nunca se filmaría. Sin embargo, el rodaje se retomó y Petersen pudo darse por afortunado: cuando el metraje estaba casi completo, un huracán devastó la mayor parte del decorado y pasó sobre la casa en la que dormía Brad Pitt. Pero este, al despertarse con el ruido, decidió que era muy tarde para echar un vistazo y volvió a dormirse.

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