orlando.gaylord
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La industria siderúrgica es la base de la cadena de valor metal-mecánica y de la construcción. Los automóviles, todo tipo de maquinarias y las infraestructuras, entre otros, tienen en el acero un componente fundamental. La siderurgia española produce unos 11,4 millones de toneladas de acero al año y exporta 7,6 millones. Cada tonelada producida conlleva siete euros en inversiones medioambientales. Además, aprovecha casi el 80% de los residuos y subproductos que genera en el proceso, con una ratio de recirculación de agua superior al 90%.
Sin embargo, continúa rodeada de incertidumbre. Las industrias electrointensivas españolas pagan entre dos y tres veces más por la electricidad que consumen que Francia o Alemania. "Esta desventaja supone un gran desafío para el sector del acero, que necesita competitividad para mantener su rol como pilar de la economía y avanzar en sostenibilidad", advierte el director general de la Unión de Empresas Siderúrgicas (Unesid), Andrés Barceló, en declaraciones a La Información Económica.
Barceló sostiene que 2025 será un año de transición para la industria siderúrgica, marcado por un inicio moderado pero con perspectivas de mejora a partir del segundo trimestre. Las incertidumbres macroeconómicas que arrastra el sector de este año, sumadas a los retos energéticos que persisten, condicionarán la demanda de producto en los primeros meses, según el directivo. "Los sobrecostes energéticos seguirán siendo uno de los mayores riesgos para nuestra industria, limitando la competitividad de nuestras fábricas. En este contexto, será crucial observar la evolución de sectores clave como la construcción y la automoción, cuyo comportamiento marcará significativamente la demanda de acero. Aunque confiamos en que pueda haber señales de recuperación en la segunda mitad del año, la incertidumbre sobre estos factores hace que el panorama continúe siendo incierto", argumenta.
Más de 60.000 empleos entre sólo 46 empresas
Desde la patronal, integrada por 46 empresas que emplean directa e indirectamente a unas 60.000 personas, denuncian que el estatuto del consumidor electrointensivo, que se publicó a finales de 2022, ha quedado prácticamente "vacío de contenido" en lo que se refiere a las ventajas que puede suponer para la industria intensiva en el uso de la electricidad. Unesid ha propuesto diferentes iniciativas en la consulta pública sobre la modificación del estatuto, entre las que destacan la exención a la industria electrointensiva del 85% de las aportaciones al fondo nacional de eficiencia energética, así como elevar las compensaciones por sobrecostes en la electricidad derivados del sistema de comercio de emisiones con hasta el 25% de los fondos de las subastas de derechos de emisión, como permite tanto la regulación europea como la española. El Ministerio de Industria acaba de anunciar que el Gobierno aportará 600 millones a la industria electrointensiva para compensar las emisiones de CO2, el doble que en 2024.
Asimismo, Unesid apuesta por permitir al consumidor electrointensivo el acceso a los Certificados de Ahorro Energéticos (CAEs), así como por modificar el cálculo de los servicios de ajuste en la electricidad. "De esta forma se evitaría la volatilidad de los mismos de forma que los consumidores, y el operador del sistema, puedan conocer con antelación el coste de los mismos, aunque se ajusten a posteriori. Aunque es competencia de la CNMC, es imprescindible modificar los periodos tarifarios, ya que la electricidad es más barata en las primeras horas de la tarde por el efecto de la energía fotovoltaica", explica Barceló.
Carta de los sindicatos y la patronal al ministro Hereu
UGT-Fica, CCOO Industria y la propia Unesid han pedido por carta al ministro de Industria, Jordi Hereu, que ordene la convocatoria, con carácter urgente, del Grupo del Acero. En paralelo, solicitan que desde el ministerio se empuje a la nueva Comisión Europea a que se inicien los trabajos preparatorios para dotar la industria siderúrgica de un esquema post salvaguardas que incentive la inversión y el empleo en España y en Europa.
Este medio también ha conversado con la eurodiputada del PP Susana Solís para tratar los riesgos e incertidumbres que enfrenta el sector de la siderurgia. En primer lugar, alerta de la sobrecapacidad de acero chino. "El Gobierno de China subvenciona su producción de acero, generando un enorme excedente -muy por encima de su demanda interna- que introduce en otros mercados, incluido el europeo, por debajo del coste de producción mediante prácticas de competencia desleal como el 'dumping'", manifiesta en conversación telefónica a última hora del viernes tras su visita a la planta de ArcelorMittal en Avilés.
Desafío por liderar la fabricación de acero 'verde'
Solís también hace referencia al reto del acero 'verde'. Europa se ha dispuesto a liderar la transición hacia un acero más sostenible, producido con bajas emisiones de carbono y con tecnologías innovadoras como los hornos de arco eléctrico en lugar de con combustibles fósiles. En este sentido, la eurodiputada popular pone en valor que los productores europeos ya están invirtiendo miles de millones de euros en esta transformación con la problemática de que fabricar acero 'verde' es mucho más caro que producir acero convencional. "Si no garantizamos una demanda de este acero en Europa, estas inversiones corren el riesgo de fracasar. Ya lo hemos visto estas semanas con el caso de ArcelorMittal", advierte.
Nuestro acero está sufriendo una falta de competitividad insostenible
Por otro lado, haba del mecanismo de ajuste en frontera por carbono. Señala que no es más que un instrumento para prevenir la 'fuga de carbono', es decir, "desventajas en nuestras exportaciones de acero". Es consciente de que Europa necesita protegerse, pero a la misma vez advierte de que el CBAM tiene, a su juicio, "deficiencias que se deben corregir antes de que entre en vigor y se retiren las ayudas gratuitas a la industria". "No me gusta ser catastrofista, pero la realidad es que nuestro acero está sufriendo una falta de competitividad insostenible; si no actuamos con rapidez podríamos ver cómo se desmorona un sector clave para el empleo y la economía de muchas regiones europeas. En resumen, hacen falta medidas de defensa comercial efectivas, precios de la energía competitivos, una correcta implementación del CBAM, e incentivos a la demanda interna de acero verde producido en Europa", expresa con preocupación.
"En el Partido Popular estamos muy preocupados por la insinuación de nacionalización e intervencionismo del Gobierno. No consiguen implementar las inversiones necesarias, pero para hablar de nacionalización no les tiembla el pulso. Desde el Parlamento Europeo estamos trabajando para poner en marcha un Pacto Europeo del Acero, liderado por el Partido Popular Europeo. Queremos que el comisario de Industria, Stephane Séjourné, dé un paso firme y presente el pacto en los primeros 100 días de mandato de la Comisión Europea", sentencia Solís.
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