Arvid_Schulist
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Las ayudas sociales son de gran importancia para que todas aquellas personas que tienen unos recursos escasos o se encuentran en situación de vulnerabilidad puedan hacer frente a los gastos básicos, como la comida, la vivienda o determinados servicios. De ellas son beneficiarias las personas que no tienen trabajo o poseen unos ingresos bajos, pero hay quienes se aprovechan de estas prestaciones e intentan engañar a las administraciones.
Esto es precisamente lo que ha sucedido en una comuna francesa en Cerqueux, en el departamento de Maine y Loira, donde un hombre de 60 años de edad, que antiguamente era agricultor, percibía estas prestaciones al mismo tiempo que generaba ingresos con un negocio de venta de leña.
Este hombre aseguraba que, desde el año 2001, no realizaba ninguna actividad profesional y por ello recibía una ayuda del Estado al ser clasificado como un ciudadano con “bajo nivel de ingresos”, pero la realidad es que consiguió facturar un millón de euros vendiendo leña.
Su trabajo se basaba en recoger madera con camiones de transporte de las tierras agrícolas de su hermano para posteriormente venderla. Para promocionar su negocio, decidió poner anuncios en el periódico Le Hic Cholet y en el sitio web de anuncios clasificados, Le Bon Coin. A pesar de que era una actividad que le permitía obtener grandes beneficios, no estaba inscrito en el Registro Mercantil.
De hecho, el agricultor tenía contratadas a otras tres personas, las cuales no se encontraban declaradas, lo que es ilegal. Una investigación mostró que disponía en sus cuentas unos 404.000 euros en ahorros a través de envíos de cheques en su cuenta profesional, si bien, no contaba con ningún gasto.
En tres años, el hombre francés había depositado cerca de 374.000 euros mediante chequeos, llegando a tener en una cuenta bancaria 445.000 euros, y en otra, 117.000 euros. El agricultor no declaraba estos ingresos, lo que le hacía no estar sujeto a impuestos y, además, le permitía seguir percibiendo las ayudas sociales.
Condenado por no declarar su actividad
Los hechos mencionados llevaron al galo ante el Tribunal Penal de Angers en el año 2019, donde fue acusado de trabajo encubierto, falta de inscripción en el Registro Mercantil y falsificación de cheques.
Esto sucedió varios años después de que fuese descubierto, pues en 2014 se descubrió que hacía una actividad ilegal. Lo hizo tras ser filmado por las cámaras del programa de TF1+, 90′ Enquêtes, procediendo al registro de la vivienda de sus padres, además de a su detección, todo ello mostrado a su audiencia como parte de un reportaje de televisión.
Durante el juicio, el hombre reconoció los hechos, siendo condenado a 18 meses de prisión suspendida y 10 años de prohibición de gestión. Sin embargo, en el presente año 2024, el agricultor decidió apelar ante el tribunal por la intromisión de los periodistas, que habían supuesto un “perjuicio a los intereses del acusado”.
El tribunal confirmó el pasado 28 de noviembre de 2024 que había tenido lugar una violación de secreto, pero a pesar de ello reafirmó que era culpable en todos los delitos por los que se le había imputado.
Más allá de que el agricultor cometiese un fraude y estuviese cobrando prestaciones sociales al mismo tiempo que mantenía una actividad laboral no registrada, es llamativo cómo consiguió crear un negocio basado en la recolección de madera que lo llevó a generar un millón de euros, lo que no resulta nada sencillo.
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