La energía de The Mars Volta y Green Day mandan en el arranque del Corona Capital

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27 Sep 2024
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Un año más de Corona Capital. Los recuerdos de ediciones anteriores salían de boca de los asistentes, que llevaban a cabo su ya acostumbrada peregrinación desde las entradas del Autódromo Hermanos Rodríguez al festival y sus escenarios, en los que los más fanáticos ya se habían plantado para poder ver de cerca a algunos de sus actos favoritos. Historias sobre las bandas que han aparecido en los carteles del pasado y de experiencias vividas eran compartidas como anticipación al comienzo del espectáculo.

La enorme rueda de la fortuna, que se ha vuelto en característica clave del festival, comenzó a girar mientras decenas de personas se formaban para tener una oportunidad de tener una visión panorámica de este espacio donde caben cientos de miles de personas. Y los que no paseaban en busca de una experiencia divertida (ofrecidas por los patrocinadores del festival) para compartir en redes sociales, ya acudían a presenciar algunos de los actos, incluso aunque no los conocieran, para ver si descubrían algo.

Durante una presentación, uno de los asistentes ponía los pulgares al teléfono para buscar el nombre de la artista en Spotify. Era Alice Phoebe Lou, la compositora sudafricana de indie pop, quien con un breve set en el que repasó sus canciones más conocidas y algunos de los temas de su disco más reciente, Shelter, fascinó a la audiencia que —aunque no era demasiado grande— creó el ruido suficiente para hacerla sentir en su casa. Esto representó un escalón más para la cantante, quien suele presentarse en recintos pequeños cuando pasa por Ciudad de México.

 Cedric Bixler Zavala, vocalista de la banda Mars Volta, durante su presentación de anoche.

Para las seis de la tarde, algunos de los escenarios de soporte tenían tan poca gente que era fácil caminar hasta la valla, solo se necesitaba esquivar algunas de las personas sentadas que guardaban energía para los actos que cerrarían la noche. Ese fue el caso del Escenario Nivea antes de que la banda canadiense de reggae fusion Magic! diera inicio a una presentación que resultó tanto interesante como decepcionante. Ya sea por problemas técnicos o de salud, el cantante principal cantaba con playback, lo cual era notorio considerando la calidad del sonido y por un aparente nerviosismo sobre el escenario. Sin embargo, la banda logró darle energía al momento con algunos de sus éxitos y covers inesperados, como uno que hicieron del icónico tema de The Temptations My Girl, en la cual parejas se abrazaron y cantaron al unísono el inconfundible coro.

Y como el festival es conocido por sus contrastes, bastan 10 minutos para que la energía cambiara. Eso sucedió al pasar al escenario Vans para ver a The Mars Volta, la aclamada banda de rock progresivo, que entregó uno de los sets más memorables. Con su acostumbrado freestyle en el que improvisan y transforman sus canciones, hicieron un repaso por algunos de los mejores temas de su disco debut De-Loused in the Comatorium. La brutal guitarra de Omar Rodríguez-Lopez y la voz hipnótica de Cedric Bixler Zavala demostraron por qué la banda ha llegado a estatus de culto, siendo uno de los actos que se deben ver al menos una vez en la vida. Aunque por limitaciones de tiempo no pudieron tocar el set que han presentado en su gira actual, fue suficiente para dejar exhausta a la audiencia, que apenas se preparaba para el resto de la noche.

Cage the Elephant fue la banda responsable de calentar el escenario principal para Green Day, Y entre esos dos actos se presentaría Toto en el lado contrario del festival, a donde corrieron cientos para poder presencial a las leyendas vivientes de los ochenta interpretar éxitos como Rosana y Africa, siendo ese uno de los momentos más catárticos de la velada.

Para cuando Billie Joe Armstrong, de la banda originaria de Oakland, California, apareció con su característica guitarra que usó en los noventa, cuando grabó su álbum Dookie, la cuarta curva del Autódromo ya tenía decenas de miles de personas gritando con anticipación. Green Day no pudo tocar su set de tres horas, pero lo adaptó quitando algunas de las canciones no tan conocidas. Aun así se logró hacer un apropiado homenaje por los 30 años de Dookie y los 20 años de American Idiot. Hicieron saltar, gritar y llorar. En un momento el cantante se detuvo para ayudar a una joven que se quedaba sin aire, y le dio un abrazo en escenario. En otro subió a alguien más a cantar Know Your Enemy y casi al final usó de capa una bandera de México, afirmando que no volverían a Estados Unidos, sino que se quedarían aquí. Lamentablemente, tendrán que regresar a sus hogares, así como lo hicieron sus fans, quienes cansados y con sonrisas en sus caras, aún se tendrían que enfrentar al tráfico, el transporte o el hambre post-festival. Al día siguiente, algunos volverán para más bandas, más música, y compartir más recuerdos.



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