Rigoberto_Goyette
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La provincia de Valladolid reúne grandes rutas que impresionan por su rico legado histórico. Una de ellas, aunque poco conocida, destaca por su interés cultural y su variado repertorio. Se trata de la ruta que sigue los pasos de uno de los personajes más fascinantes de la Historia de España y héroe de la cristiandad: Juan de Austria, de niño conocido como Jeromín. Abarca los Montes Torozos y pasa por localidades como Wamba, Urueña, Villagarcía de Campos, Torrelobatón, La Santa Espina y San Cebrián de Mazote.
La ruta pasa por localidades como Wamba, Urueña, Villagarcía de Campos, Torrelobatón, La Santa Espina y San Cebrián de Mazote
Este itinerario cultural nos lleva por lugares clave asociados a la infancia y adolescencia de Jeromín cuando vivía en el anonimato y el misterio. En Wamba, el único pueblo de España cuyo nombre comienza con W en honor al rey visigodo que fue coronado en la villa tras la muerte de Recesvinto, destaca la iglesia mozárabe de Santa María, cuyo famoso osario es el más grande de España.
Desde el imponente castillo de Torrelobatón, que perteneció a los suegros de Fernando El Católico, partió Juan Padilla por última vez, ya que fue emboscado en Villalar por las tropas del emperador y ajusticiado al día siguiente junto a sus compañeros, Maldonado y Juan Bravo. La iglesia mudéjar de Santa María y la ermita del Cristo de las Angustias del siglo XIV también merecen una visita.
La joya mozárabe de Castilla y León
La joya mozárabe de Castilla y León se encuentra a tan solo doce kilómetros: la iglesia de San Cipriano en San Cebrián de Mazote. Construida en el siglo X, es la iglesia mozárabe más grande de España. Todas sus columnas son de mármoles diferentes y sus capiteles mozárabes, lo que sugiere que fueron reutilizadas por los monjes benedictinos. El artesonado policromado mudéjar es una réplica del original. Además de una "Piedad" del siglo XIV hay una "Anunciación" en alabastro de Berruguete y un “Cristo Yacente” de la escuela de Gregorio Fernández.
Construida en el siglo X, San Cipriano, en San Cebrián de Mazote, es la iglesia mozárabe más grande de España
Por estos lugares transcurrió la infancia de Don Juan de Austria. Nacido en 1547 en Ratisbona, de donde era su madre, Bárbara Blomberg, Jeromín fue el fruto de una relación entre ella y el emperador Carlos V. Ella, de familia acomodada, tenía apenas 18 años cuando quedó embarazada. Carlos V, que llevaba siete años viudo de la reina Isabel, decidió casarla con Jerónimo Kegel para acallar rumores y el niño recibió el nombre de su supuesto padre.
El niño misterioso
Poco después Jeromín fue separado también de su madre, pues en la corte no se toleraban las extravagancias y Bárbara era considerada demasiado festiva para un entorno tan riguroso. Con apenas unos meses de vida, Jeromín fue enviado a Leganés, donde quedó bajo el cuidado de un anciano violinista del emperador. Sin embargo, esa vida tan libre tampoco encajaba con los planes de Carlos V.
El misterio de la identidad del niño Jeromín no se resolvió hasta la muerte del emperador Carlos I en 1558
La vida del misterioso niño, cuya identidad solo era conocida por dos personas en España, comenzaba a forjarse en pleno auge del Renacimiento. Fue puesto bajo la tutela de don Luis de Quijada, mayordomo real de Carlos V, y de su esposa, Magdalena de Ulloa. Magdalena llegó a sospechar que el niño era, en realidad, hijo de su propio esposo, pero aun así lo cuidó y educó como si fuera suyo en el castillo-palacio de Villagarcía de Campos. Allí, Jeromín aprendió las artes de la guerra, historia, filosofía y teología, rodeado de los campos de Castilla y envuelto en el misterio que siempre lo acompañó.
Cuando Carlos I abdicó en favor de su hijo Felipe II pidió a Magdalena de Ulloa que llevara al joven Jeromín a Yuste. Fue la única ocasión en que padre e hijo se vieron, pero el misterio no se resolvió hasta la muerte de Carlos I en 1558.
La conexión con "Don Quijote"
El castillo de Villagarcía de Campos se remonta a las antiguas necesidades defensivas entre los reinos de León y Castilla, hasta su unificación en 1230 con Fernando III. En el siglo XIV pasó a ser propiedad de la familia Quijada, quienes construyeron un palacio renacentista en su interior. Fue allí donde Jeromín creció y desarrolló sus habilidades bélicas y administrativas.
Cervantes sabía que su admirado Juan de Austria había sido educado por los Quijada, parientes de su esposa. De ahí que otorgara a su personaje el apellido Quijano
No podemos dejar Villagarcía sin mencionar otra sorprendente historia que conecta este lugar con "El ingenioso hidalgo Don Quijote de La Mancha". En la panera habilitada en el castillo se encuentra una sorprendente exposición sobre “El Quijote”. Miguel de Cervantes, contemporáneo y gran admirador de Juan de Austria, sabía que había sido educado por los Quijada, parientes de su esposa, Catalina de Salazar y Palacios. De ahí que Cervantes otorgara a su personaje el apellido Quijano, en honor a esta ilustre familia, para que nadie dudara de la hidalguía de “Alonso Quijano”.
La Colegiata de San Luis, una obra maestra
Otra obra maestra de Villagarcía de Campos es la Colegiata de San Luis, fundada por Magdalena de Ulloa en honor a su difunto esposo. Sirvió como lugar de enterramiento y para colaborar con los jesuitas, quienes necesitaban un espacio para la enseñanza. El noviciado que construyeron fue el más grande de España hasta la expulsión de los jesuitas en 1767.
La Colegiata dedicada a San Luis es una pinacoteca fascinante que alberga seis magníficos cuadros del maestro de la perspectiva Francisco Gutiérrez
La Colegiata, dedicada a San Luis, es una pinacoteca fascinante que alberga seis magníficos cuadros del maestro de la perspectiva Francisco Gutiérrez. Obras como "El Nacimiento de Jesús" o "La Venida del Espíritu Santo", de discípulos de El Greco, y un “Cristo Crucificado” de un discípulo de Juan de Juni destacan por su belleza y calidad. Además, entre sus más de 500 reliquias se conservan una espina de la corona de Cristo y un trozo de la madera de su cruz. También se puede ver un cilicio de Santa Teresa de Jesús.
La Santa Espina
Magdalena, madre adoptiva de Juan de Austria, atesoró aquí importantes recuerdos de su hijo, como la Cruz de Lepanto, que ella misma le había regalado y que siempre llevaba en la lucha, así como uno de los estandartes de la famosa batalla. El retablo de la iglesia fue diseñado por Juan de Herrera con las mismas dimensiones que el que realizó para El Escorial y está tallado en alabastro de Cogolludo. Casullas, ternos de terciopelo, frontales y toda la indumentaria religiosa de la época se conservan en la Colegiata, un impresionante museo que evoca una de las épocas más fascinantes de nuestra Historia.
El monasterio de La Santa Espina custodia una de las espinas de la cruz de Cristo, regalo del rey Luis de Francia
Tras la muerte de Carlos I, su hijo Felipe II atendió a las últimas voluntades de su padre. En las inmediaciones del monasterio de La Santa Espina se organizó una montería para revelar al ya adolescente Jeromín su verdadero nombre y linaje. El monasterio había sido fundado en 1147 por doña Sancha, hija de la reina Urraca de León, para la orden del Císter y para custodiar otra de las espinas de la cruz de Cristo, un regalo del rey Luis de Francia.
Poco queda del monasterio original, cuya iglesia tardó 150 años en completarse, ya en pleno gótico. La fachada pertenece a la Escuela de Ventura Rodríguez y en su interior destacan la capilla gótica de los Vega, la sacristía, la sala capitular del siglo XII y sus dos claustros. Aunque los franceses lo destruyeron, y con la desamortización los monjes abandonaron el monasterio, en 1953 la marquesa de Valderas lo compró para convertirlo en orfanato. Ese mismo año el ministro Rafael Cavestany inauguró la primera Escuela de Capacitación Agraria, que aún sigue funcionando, junto con un pequeño pueblo que se creó para ayudar a los más desfavorecidos de las localidades cercanas, brindándoles una nueva vida con vivienda, huerta y tierras de cultivo.
A partir de 1559 Jeromín pasó a ser conocido como Don Juan de Austria y continuó su formación hasta llegar a liderar la Liga Santa y vencer en la Batalla de Lepanto
A partir de 1559 Jeromín pasó a ser conocido como Don Juan de Austria y continuó su formación hasta llegar a liderar la Liga Santa y vencer en la Batalla de Lepanto, por lo que es recordado como el héroe de la cristiandad. Es sabido que Miguel de Cervantes, admirador de Don Juan, se alistó con él para participar en “la más alta ocasión que vieron los siglos pasados, los presentes ni esperan ver los venideros”.
La única Villa del Libro de España
Imposible abandonar estas nobles tierras sin visitar la ermita de la Anunciada, a las puertas de Urueña. Es del siglo XII y resulta ser la única iglesia románica lombarda que no está en los Pirineos. El castillo y la muralla ovalada de Urueña no dejan lugar a dudas: es uno de los pueblos medievales mejor conservados de Castilla y León y la única Villa del Libro en España.
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