Jakayla_Franecki
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Año 2008, selva del sureste de Asia, un grupo de estrellas hollywoodienses ruedan la superproducción del momento, pero todo se pone feo cuando el grupo se pierde y debe luchar por sobrevivir. Esta es la premisa de Tropic Thunder: ¡Una guerra muy perra!, una de las comedias de acción más divertidas de las últimas décadas. Irreverente, gamberra y delirante, el filme nos mostraba secuencias difíciles de olvidar, pero que ya no serían aptas para todos los públicos.
Ben Stiller dirigía y protagonizaba este título, donde interpretaba al personaje de Tugg Speedman, un actor caído en desgracia y en la búsqueda de un Oscar. Un filme que, pese a las alegrías que dio al estadounidense, este cree que en la actualidad sería imposible.
"En el entorno actual es más difícil hacer una comedia tan atrevida… La idea de que Robert Downey Jr. interpretara a un personaje que interpreta a un afroamericano es increíblemente arriesgada. Incluso en ese momento, por supuesto, ya lo era", ha confesado Stiller en una entrevista reciente para Collider.
¿Es más difícil hacer una película actualmente?
"Creo que incluso en ese momento fuimos afortunados de poder hacerla y en realidad se lo atribuyo a Steven Spielberg y Dreamworks. Él leyó el guion y dijo: "De acuerdo, hagámosla", añade el actor sobre el pesado pesado de la industria, fundador de la compañía que distribuyó posteriormente esta película en todo el mundo, aquella que también permitió que sagas como Shrek se convirtieran en un fenómeno.
Escrita por un trío de ases compuesto por Justin Theroux, Ben Stiller y Etan Coen, la película también presentó personajes tan variopintos como el tres veces ganador del Oscar Kirk Lazarus (Robert Downey Jr.), el actor más grosero Jeff Portnoy (Jack Black), el director de la película Damien (Steve Coogan) o la estrella del hip hop reconvertida en actor Alpa Chino (Brandon T. Jackson). Completaban el elenco grandes nombres como Matthew McConaughey, Tom Cruise o Bill Hader, entre muchos otros rostros reconocibles.
Los diálogos que se reían del blackface y de la industria hollywoodiense, incluyendo numerosos chistes facilones, hacían de la película un verdadero éxito de taquilla, con hasta 195 millones de dólares recaudados en todo el mundo.
Por aquel entonces corrían otros tiempos y el humor aún era entendido como tal, sin necesidad de ser analizado al milímetro, como demostraban entonces sus buenas puntuaciones en portales web como Rotten Tomatoes o incluso la nominación al Oscar para Robert Downey Jr.
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