Saige_Walker
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El lunes por la tarde, la cantante Lola Índigo anunció un concierto en el estadio Santiago Bernabéu para el 14 de junio de 2025. Unas horas más tarde, el Real Madrid, propietario del recinto, difundió un comunicado donde informaba que “ante el anuncio efectuado el día de hoy [por el lunes] por la cantante Lola Índigo (...) Comunica (...) En el momento actual, el club no está en disposición de asegurar ninguna fecha para la celebración de conciertos en el estadio Santiago Bernabéu, hasta que no se realicen las pertinentes pruebas que permitan garantizar que los promotores de los conciertos estarán en condiciones de cumplir con la normativa, una vez implementadas las medidas puestas en marcha en coordinación con las administraciones públicas”. Aquí tenemos a una artista, una de las estrellas españolas del pop del momento, informando de que va a cantar un día concreto ante 60.000 personas, y el recinto, perteneciente al club más laureado mundialmente, afirma que igual no se puede efectuar.
El desconcierto de los seguidores resulta evidente. “Entonces, ¿compro la entrada o qué?”, se preguntaba María, una fan de la artista madrileña. El asunto viene de largo. El Madrid suspendió las actuaciones en su recinto en septiembre de 2024, tras las quejas y denuncias vecinales por los recitales que se habían celebrado hasta esa fecha: Taylor Swift, Karol G, Duki... El club consideró que la suspensión se extendería, al menos, hasta marzo de 2025. Los recitales afectados eran los de un festival de k-pop, Dellafuente, Lola Índigo y Aitana. Esta última reaccionó con celeridad y estableció nuevas fechas: 27 y 28 de junio de 2025. El festival de pop coreano se ubicó en el Auditorio Miguel Ríos de Rivas Vaciamadrid y Dellafuente anunció hace un mes y medio que se trasladaba al Metropolitano, el campo del Atlético de Madrid, el 20 de junio de 2025. Quedaba Lola Índigo...
Fuentes de la industria musical confirman a EL PAÍS que los conciertos de Aitana se mantienen en las fechas establecidas, que “se está trabajando con las administraciones y las asociaciones de vecinos para buscar las fórmulas para realizar los conciertos”. También el equipo blanco: “Queremos reiterar que el Real Madrid trabaja activamente, junto a la Comunidad de Madrid y al Ayuntamiento de Madrid, por la sostenibilidad y la convivencia, de manera que las actividades del estadio Santiago Bernabéu se desarrollen con pleno respeto, no solo a la legalidad, sino también al entorno y al vecindario”.
Desde el entorno musical se asume que alguien se ha precipitado al comunicar la fecha del concierto. Está en curso una querella penal por delito medioambiental, interpuesta por los vecinos afectados contra el Real Madrid y este anuncio en pleno proceso lo único que provoca es desconcierto. Quién se ha apresurado. Se apunta en dos direcciones: la propia artista y la empresa que organiza las actividades en el estadio blanco, enmendada luego por los abogados del club. Lola Flores, de la Asociación de Perjudicados por el Bernabéu, el conjunto de vecinos que ha interpuesto la querella, cuenta su teoría a este periódico: “Creo que es una insensatez haber programado el concierto. Estamos en un proceso jurídico y de momento no se ha resuelto. Lo único que se me ocurre es que el promotor quiera alargar un tiempo el pago que tiene que realizar por la devolución de las entradas [muchos las compraron para fecha inicial, 22 de marzo de 2025, y estaban esperando una nueva fecha para no reclamar el dinero]”.
El presidente del club blanco, Florentino Pérez, trató este tema en la asamblea del club, el pasado 24 de noviembre. Pérez aseguró que “la organización de conciertos no es una actividad especialmente lucrativa para el club, ya que está en torno al 1% de su presupuesto anual”. También señaló que organizar este tipo de espectáculos “proyecta una imagen al mundo y de la que nos sentimos tremendamente orgullosos”. Y concluyó: “Por ello, ponemos nuestro estadio a disposición de los madrileños y serán las autoridades de nuestra ciudad y de nuestra comunidad quienes decidan en cada momento si quieren que continúe siendo una de las principales plazas mundiales referentes de las grandes giras del panorama musical internacional. Esto es prestigio y es también beneficio para Madrid y para la Marca España, como ocurre en el resto de las grandes capitales del mundo que acogen eventos de estas características”.
El anuncio del concierto de Lola Índigo se da un mes después de que su oficina de representación, GTS, se haya desligado de la discográfica Universal. Hasta hace unas semanas, GTS era el brazo de Universal (la discográfica más potente del mercado) para la representación de artistas y organización de giras. Ahora, no. Aitana también pertenece a GTS. Este periódico se ha puesto en contacto con la manager personal de Lola Índigo, Laura Barthel, que después de atender la llamada, ha solicitado hablar en unos minutos, aunque este contacto finalmente no se ha establecido.
Otra arista de este embrollado asunto se produjo el pasado octubre: el Ayuntamiento de Madrid multó por los problemas acústicos de los espectáculos de 2024 en el Bernabéu a los promotores de los conciertos y eximió al Real Madrid. La empresa que organizó los de Luis Miguel tuvo que abonar 397.000 euros; la de Taylor Swift, 288.000 euros; la de Duki, 277.000 euros, y la de Manuel Carrasco, 125.000 euros. La Asociación de Promotores Musicales (APM) publicó un comunicado expresando su indignación: “La responsabilidad de acondicionar acústicamente un recinto corresponde a los responsables del mismo, garantizando que el espacio cumple con los niveles de sonido antes de su uso para la celebración de conciertos de música en vivo. Señalar a los promotores por los problemas de ruido es, como bien señalan los vecinos, ‘tirar balones fuera”.
“Vamos a seguir con la lucha”, afirma Lola Flores, de la Asociación de Perjudicados por el Bernabéu, que desvela que se han puesto en contacto con ellos grupos de vecinos del entorno del nuevo estadio del Barcelona, el Spotify Camp Nou (que prevé acabar las obras a finales de este año), para asesorarse por si el club azulgrana alberga la intención de programar conciertos.
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El desconcierto de los seguidores resulta evidente. “Entonces, ¿compro la entrada o qué?”, se preguntaba María, una fan de la artista madrileña. El asunto viene de largo. El Madrid suspendió las actuaciones en su recinto en septiembre de 2024, tras las quejas y denuncias vecinales por los recitales que se habían celebrado hasta esa fecha: Taylor Swift, Karol G, Duki... El club consideró que la suspensión se extendería, al menos, hasta marzo de 2025. Los recitales afectados eran los de un festival de k-pop, Dellafuente, Lola Índigo y Aitana. Esta última reaccionó con celeridad y estableció nuevas fechas: 27 y 28 de junio de 2025. El festival de pop coreano se ubicó en el Auditorio Miguel Ríos de Rivas Vaciamadrid y Dellafuente anunció hace un mes y medio que se trasladaba al Metropolitano, el campo del Atlético de Madrid, el 20 de junio de 2025. Quedaba Lola Índigo...
Fuentes de la industria musical confirman a EL PAÍS que los conciertos de Aitana se mantienen en las fechas establecidas, que “se está trabajando con las administraciones y las asociaciones de vecinos para buscar las fórmulas para realizar los conciertos”. También el equipo blanco: “Queremos reiterar que el Real Madrid trabaja activamente, junto a la Comunidad de Madrid y al Ayuntamiento de Madrid, por la sostenibilidad y la convivencia, de manera que las actividades del estadio Santiago Bernabéu se desarrollen con pleno respeto, no solo a la legalidad, sino también al entorno y al vecindario”.
Desde el entorno musical se asume que alguien se ha precipitado al comunicar la fecha del concierto. Está en curso una querella penal por delito medioambiental, interpuesta por los vecinos afectados contra el Real Madrid y este anuncio en pleno proceso lo único que provoca es desconcierto. Quién se ha apresurado. Se apunta en dos direcciones: la propia artista y la empresa que organiza las actividades en el estadio blanco, enmendada luego por los abogados del club. Lola Flores, de la Asociación de Perjudicados por el Bernabéu, el conjunto de vecinos que ha interpuesto la querella, cuenta su teoría a este periódico: “Creo que es una insensatez haber programado el concierto. Estamos en un proceso jurídico y de momento no se ha resuelto. Lo único que se me ocurre es que el promotor quiera alargar un tiempo el pago que tiene que realizar por la devolución de las entradas [muchos las compraron para fecha inicial, 22 de marzo de 2025, y estaban esperando una nueva fecha para no reclamar el dinero]”.
El presidente del club blanco, Florentino Pérez, trató este tema en la asamblea del club, el pasado 24 de noviembre. Pérez aseguró que “la organización de conciertos no es una actividad especialmente lucrativa para el club, ya que está en torno al 1% de su presupuesto anual”. También señaló que organizar este tipo de espectáculos “proyecta una imagen al mundo y de la que nos sentimos tremendamente orgullosos”. Y concluyó: “Por ello, ponemos nuestro estadio a disposición de los madrileños y serán las autoridades de nuestra ciudad y de nuestra comunidad quienes decidan en cada momento si quieren que continúe siendo una de las principales plazas mundiales referentes de las grandes giras del panorama musical internacional. Esto es prestigio y es también beneficio para Madrid y para la Marca España, como ocurre en el resto de las grandes capitales del mundo que acogen eventos de estas características”.
El anuncio del concierto de Lola Índigo se da un mes después de que su oficina de representación, GTS, se haya desligado de la discográfica Universal. Hasta hace unas semanas, GTS era el brazo de Universal (la discográfica más potente del mercado) para la representación de artistas y organización de giras. Ahora, no. Aitana también pertenece a GTS. Este periódico se ha puesto en contacto con la manager personal de Lola Índigo, Laura Barthel, que después de atender la llamada, ha solicitado hablar en unos minutos, aunque este contacto finalmente no se ha establecido.
Otra arista de este embrollado asunto se produjo el pasado octubre: el Ayuntamiento de Madrid multó por los problemas acústicos de los espectáculos de 2024 en el Bernabéu a los promotores de los conciertos y eximió al Real Madrid. La empresa que organizó los de Luis Miguel tuvo que abonar 397.000 euros; la de Taylor Swift, 288.000 euros; la de Duki, 277.000 euros, y la de Manuel Carrasco, 125.000 euros. La Asociación de Promotores Musicales (APM) publicó un comunicado expresando su indignación: “La responsabilidad de acondicionar acústicamente un recinto corresponde a los responsables del mismo, garantizando que el espacio cumple con los niveles de sonido antes de su uso para la celebración de conciertos de música en vivo. Señalar a los promotores por los problemas de ruido es, como bien señalan los vecinos, ‘tirar balones fuera”.
“Vamos a seguir con la lucha”, afirma Lola Flores, de la Asociación de Perjudicados por el Bernabéu, que desvela que se han puesto en contacto con ellos grupos de vecinos del entorno del nuevo estadio del Barcelona, el Spotify Camp Nou (que prevé acabar las obras a finales de este año), para asesorarse por si el club azulgrana alberga la intención de programar conciertos.
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