La banca da el salto a 2025 penalizada por los impuestos y sin ayuda externa para crecer en beneficios

Lee_Dickinson

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La banca española viene siendo por segundo año consecutivo uno de los grandes ganadores. El entorno de los altos tipos de interés ha dado impulso a sus cuentas de resultados, que no han parado de cosechar cifras récord. Ahora que el precio del dinero ha comenzado a echar el freno, algo que sin duda repercutirá en los beneficios del cuarto trimestre, los ojos están puestos en las perspectivas para 2025. Uno de los principales desafíos de cara al próximo ejercicio radicará en lograr que la reactivación de la demanda crediticia se mantenga a doble dígito e, incluso, crezca, mientras buscan que las comisiones tengan un mayor peso en la partida de los ingresos.

Carola A. Saldias Castillo, analista de bancos de Scope Rating, apunta que el reto estará en encontrar un equilibrio entre el repunte de los préstamos y la diversificación de los ingresos más allá del margen de intereses a medida que "los márgenes de intermediación empiezan a reducirse". Escenario que repercutirá directamente en la rentabilidad de la banca, que se encuentra en niveles cercanos al 14% medida en términos de RoE, según datos del Banco de España (BdE). "Esperamos que disminuya y se sitúe por encima del 11%, respaldado por el crecimiento de los préstamos, sobre todo en el tramo minorista y de consumo, donde los márgenes siguen siendo relativamente elevados", precisa.

La magnitud también se verá presionada por el impuesto a la banca aprobado hace una semana dentro de la reforma fiscal acometida por el Gobierno. El gravamen se calculará sobre los márgenes de intereses y comisiones de cada entidad de manera progresiva, que será del 1% hasta 750 millones, del 3,5% hasta 1.500, del 4,8% hasta 3.000 millones, del 6% hasta 5.000 millones y del 7% de 5.000 millones en adelante. Su puesta en marcha por una duración de tres años no ha sido bien recibida en el seno del Banco Central Europeo (BCE), desde el que cargan contra su falta de justificación y hacen un llamamiento a analizar sus consecuencias.

El organismo con sede en Fráncfort crítica que puede afectar a la competencia y repercutir en la concesión de crédito a la hora de construir los colchones de capital adicionales. "Estas medidas reducen los beneficios no distribuidos, debilitando así la capacidad de resistencia frente a las turbulencias económicas", inciden. El supervisor es de la postura de que es necesario no poner obstáculos para mantener las provisiones adecuadas y favorecer unas bases de capital "sólidas". Cabe destacar que el BdE elevó el colchón anticíclico desde el 0% hasta el 0,5% el pasado mes de octubre, si bien no será exigible hasta octubre de 2025, lo que llevará al sector a acumular 7.500 millones para blindarse en caso de que el escenario económico empeore. No será hasta 2026 cuando se elevará al 1%.

Elena Iparraguirre, de S&P, se muestra optimista y prevé que la rentabilidad seguirá en niveles elevados pese al recorte de tipos. Sus previsiones incluyen una moderación de la rentabilidad sobre fondos propios hasta el 10,5%. "Los bancos mantendrán su ventaja en eficiencia después de reducir significativamente las estructuras operativas durante la última década", señala la experta, que pone el foco en los bancos de tamaño mediano, que se verán beneficiados por esta situación, aunque no especifica ninguno en concreto. Ante un escenario central de tipos en el 2,5%, Iparraguirre destaca las perspectivas económicas de España, que arrojan un avance medio del 2% entre 2024 y 2027, el doble que el conjunto de la Eurozona, que contrasta con el “complejo panorama político”.

Pese a que considera que los niveles de endeudamiento son "manejables", considera que no es descartable un aumento de los préstamos problemáticos. En caso de darse este escenario, el incremento de los impagos partiría desde mínimos de la última crisis financiera después de cerrar octubre en el 3,14%, la tasa más baja desde 2008. Sobre este escenario, algunas entidades se preparan para dar el pistoletazo de salida a un nuevo ciclo estratégico como en CaixaBank. En esta nueva etapa que abre el grupo, marcada por la entrada de Tomás Muniesa como presidente no ejecutivo, confía en mantener el ROTE por encima del 16% y la eficiencia sobre el 40% que, de confirmarse, permitirán sostener el margen de intereses en los siguientes tres ejercicios.

En el primer plan de los últimos cuatro que no incluye Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) se refuerza la apuesta por los activos fuera de balance y en sacar el mayor partido posible al negocio del ahorro. No es la única entidad que estrenará plan trienal. Unicaja última su hoja de ruta de cara a los próximos tres ejercicios tras el vencimiento del actual, que fue perfilado a raíz de su fusión con Liberbank. Si bien ha evitado ofrecer cualquier pista al respecto, los analistas ven necesario que se centre en dar salida al exceso de capital y que optimice la diversificación de sus fuentes de ingresos.

BBVA es otro de los bancos que cierra ciclo condicionado por el curso de la opa sobre Banco Sabadell. Por ahora, la operación sigue atascada en la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), donde está siendo examinada con detenimiento tras el paso a ‘fase II’, que tiene una duración mínima de tres meses, ya que el contador se para cada vez que solicitan más información. El objetivo del grupo liderado por Carlos Torres pasa por absorber el grupo catalán y activar un programa de reducción de costes con reducción de plantilla y cierre de oficinas. Todo dependerá de los requisitos que le imponga el regulador.

Lo cierto es que la fusión convertiría a BBVA en un líder bancario nacional a la par que reduciría su dependencia de México. No obstante, al contrario que el frustrado intento de acercamiento de 2020, Banco Sabadell atraviesa un momento muy diferente en el que ha llegado a romper la barrera de los 1.000 millones en ganancias. En los nueve primeros meses del año ha obtenido casi la misma cifra de beneficio que en el conjunto de 2023, lo que abre la puerta a registrar una cota histórica en los resultados anuales. Entre enero y septiembre, los seis grandes bancos españoles obtuvieron más de 23.650 millones, un 20% más.

Dentro de esta partida figura Banco Santander, que confía en acabar el año con 12.000 millones de beneficios. La diversificación de su negocio resultará clave para unos meses en los que espera obtener exceso de capital. Las campanas de adquisición que sonaron hace unas semanas en Portugal ante la posible compra de Novo Banco parece ser que se han difuminado. La entidad cántabra siempre ha sido partidaria de estudiar cualquier oportunidad que se presente en este sentido, todo lo contrario a Bankinter, opuesto a este tipo de transacciones. La firma que ahora capitanea Gloria Ortiz es una firme partidaria del crecimiento orgánico. Inmersa en la integración de su filial digital -EVO- dentro de la estructura del grupo, espera que el dinamismo económico de España, Irlanda y Portugal -mercados en los que opera- sirvan de palanca al crecimiento del banco en los siguientes trimestres.

 

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