La AP-9 y la «trampa» de las bonificaciones: el sector de los transportes pide la gratuidad

[wiegand.shirley]

El Gobierno confirmaba el mes pasado el aumento de las bonificaciones de la Autopista del Atlántico (AP-9) y el compromiso de aplicar descuentos también en la Autopista Central de Galicia (AP-53) a lo largo del primer trimestre de 2025. Una noticia, en principio, bien recibida por la Comunidad, que alberga una de las vías más caras de todo el país. Y un logro reivindicado por el Bloque Nacionalista Galego (BNG), que ve en el cumplimiento de estos apartados del acuerdo de investidura firmado con el PSOE de Pedro Sánchez la «reparación» de una situación «injusta» y un «alivio» para los conductores. Pero una vez empezado el año, también se han hecho efectivos los aumentos de los peajes, y los usuarios de la vía deben soportar costes todavía más elevados. Entre los más afectados se encuentran los transportistas, que, aseguran, contar con una de las autopistas más caras del país no es solo perjudicial para ellos, sino para todo el tejido empresarial gallego . La AP-9, reclaman, debería ser gratuita. El día de Nochevieja el Ministerio de Transportes dio a conocer la actualización de los peajes en las autopistas concesionadas para 2025, que se incrementan entre un 3,84% y un 5,45% en todo el país. Concretamente, en la AP-9, esta subida, efectiva desde la madrugada del 1 de enero, ha sido, de media, del 5,34%. Pero, según explica a ABC el presidente de la Federación Galega de Transportes de Mercancías (Fegatramer), Ramón Alonso, esto varía entre los distintos tramos, y alguno roza el 10% . Es el caso del tramo Vigo-Redondela –que pasa a costar 1,20 céntimos, 10 más, lo que supone un aumento superior al 9%–. El anuncio de las bonificaciones, dice, es «una trampa», y lo que el sector realmente necesita es la gratuidad de la vía que conecta la vertiente atlántica de la Comunidad. Este año, el precio de viajar desde La Coruña hasta Vigo, ya sobrepasa los 20 euros. En comunidades como Cataluña y Andalucía, explica, «casi todo es gratuito», pero en Galicia no, pese a estar «en la periferia de España y de Europa». Las consecuencias afectan a la economía de toda la Comunidad: «llevar desde aquí cualquier producto al mercado español o al mercado europeo nos cuesta mucho más que a alguien que vive en el País Vasco o Cataluña, que tienen la frontera más cerca». « Perjudica, en general, a toda la industria«, explica el presidente de Fegatramer, porque esos costes se repercuten a las empresas, encareciendo el precio de transportar la mercancía. Es una cuestión de «competitividad», y Galicia, con una de las autopistas más caras del estado, asegura, está en cara desventaja. «La leche o el agua», pone como ejemplo, con un «incremento de este tipo, ya se resienten». Pero más allá de cómo el elevado coste de una vía vertebradora como es la AP-9 repercute en tejido empresarial, también afecta al sector de los transportes directamente. Algo que aplica «sobre todo al Estado», señala Alonso, pero también a empresas privadas. En muchas ocasiones, dice, los precios para el transporte de mercancías se cierran a años vista. Se establece una tarifa, por ejemplo, para los próximos 10 años, pero si durante ese tiempo el combustible duplica su coste y los peajes suben, se pregunta, «¿cómo haces para mantenerla?». Él lo tiene claro: «la gestión es lo peor». No tiene sentido, dice, que el tramo hasta O Morrazo desde Vigo sea gratuito cuando «hay que pasar por el Puente de Rande, la infraestructura más cara de la autopista», y cobrar el tramo a Redondela: «Hay cosas que no tienen nada de lógica». Para él, después de 49 años, la autopista ya debería «estar amortizada». «Aquí las carreteras no las inventó ni el PSOE ni el PP», y los impuestos, dice, «deberían valer para algo». En la misma línea van las críticas de los trabajadores por cuenta propia de la Comunidad, que, según denunció esta semana la Asociación Gallega de Trabajadores Autónomos y del Mar (Agtamar), son «los más perjudicados» por lo que denominan como «el sablazo de Audasa». Los peajes de la AP-9 se han incrementado, critica la organización en un comunicado, un 26% en el último lustro. Algo que afecta de primera mano a todos los autónomos, «desde el fontanero que hace su trabajo fuera de su lugar de residencia, hasta el comercial o el profesional que se desplaza de forma cotidiana utilizando el corredor AP-9 de forma obligatoria, por no disponer de una alternativa gratuita». Para su presidente, Eduardo Abad, la «falta de seriedad» y rigor de los partidos políticos y la pasividad que demuestran en este asunto es «absolutamente deleznable». «La empresa concesionaria de la AP-9 sigue vaciando los bolsillos de los autónomos, trabajadores y empresas gallegos», criticó al respecto de lo que considera un «auténtico saqueo». Autopista Central de GaliciaTambién suben este 2025 los peajes de la AP-53, que conecta Santiago con Dozón (Pontevedra), pasando por Silleda y Lalín. En su caso, el incremento es, de media, del 3,89%. Una conexión vital con el interior de la Comunidad que, asegura Alonso, «siempre fue injusta». «Debería ser gratis simplemente por darle vida al centro de Galicia», explica, «en vez de poner obstáculos y cobrar siete euros por ir de Lalín hasta Santiago», cifra a la que asciende el peaje hoy en día. Pero «por encima», recuerda, hasta ahora era la única del país que «no tenía ni un 1%» de bonificaciones. El mes pasado, el Gobierno acordó aplicarlas a lo largo del primer trimestre de este año, hubiese o no presupuestos, aunque el presidente de Fegatramer no lo tiene tan claro. Igual que con el tramo a Redondela –del que llevan años prometiendo la gratuidad y, en cambio, todavía sube–, Ramón Alonso no descarta que se apliquen fuera de plazo.

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