macey.bednar
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Con un mensaje cargado de nostalgia, homenajeando a su abuelo y agradeciendo el apoyo de los taurinos, Cayetano Rivera ha anunciado que 2025 será su último año como torero. A sus 47 años, el hijo de Carmina Ordóñez y Paquirri, quiere desarrollarse lejos de las plazas de toros. Propuestas no le faltan. Siempre ha sido, con permiso de José María Manzanares Jr., el diestro maniquí al que se rifaban los diseñadores y los empresarios de lo audiovisual.
Su adiós es amargo porque ha dejado al descubierto que no todas las relaciones con su entorno están en un buen momento. A pesar de que Francisco, su hermano, se ha mostrado satisfecho con su decisión y ha expresado que a partir de ahora podrá respirar tranquilo, siguen teniendo diferencias por decisiones del pasado en relación con la tradicional corrida goyesca.
Decisiones de Francisco, responsable del festejo, que afectaron negativamente a Cayetano. Y de aquellos lodos, estos barros. Las comunicaciones entre ellos son escasas y nada tiene que ver la idílica complicidad que reinaba entre ellos: más que hermanos parecían amigos y confidentes.
La que no quiere ni oír hablar de Cayetano ni de su retirada es Eva González. La presentadora calla en público y también en privado cuando los colegas le preguntan sobre la retirada de su expareja. Prefiere no entrar a matar, quizás porque el silencio favorece a todas las partes. Por suerte, cada uno está enfocado en proyectos diferentes y ninguno tiene ánimo de remover o intoxicar.
Cayetano, eso sí, tiene el apoyo de su chica, la presentadora portuguesa María Cerquiera, con la que en los mentideros se habla de boda. Apuntan a que la fecha de la unión será en la primavera de 2026 y que, sin duda alguna, supondrá un auténtico paseo por la fama.
Una de las que no se perderá tamaño acontecimiento será Lucia Rivera, la hija que tiene en común con Blanca Romero, que tras declarar la guerra a su padre durante unos años muy convulsos, ahora disfrutan de las mieles del querer. Padre e hija se respetan y se admiran.
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