Juegos de mesa sanchistas

[Betty_Dooley]

Costumbrismo Digital por Juan Luis Saldaña

El presidente Sánchez se adelantó ayer en su comparecencia posterior al Consejo de Ministros al tradicional discurso de Navidad del rey de España. En su balance del año, en su modo de ver la realidad, en sus alardes y en sus complejos que también afloran entre el séquito y la fanfarria se ve a una persona que lleva una inmensa carga y una enorme coraza. Las huidas hacia adelante siempre son imprevisibles.

Como estamos ya en unas fechas muy familiares, me he puesto tierno y familiar y me ha dado por pensar en juegos a los que Sánchez podría jugar esta Navidad con sus más allegados. Quizá puedan servir para aportar ideas para la carta a los Reyes Magos de los que todavía no la han mandado. El mentiroso es un juego perfecto para el presidente. Quizá podríamos llamar a este juego el cambio de opinión para jugarlo con mayor desahogo y concordia familiar. El póker tampoco se le dará mal. De estropear el Monopoly y cambiar sus normas ya hemos hablado alguna vez. El juego de las sillas también es perfecto para la política, aunque siempre se ha preferido el de los sillones. Una crisis de gobierno nunca está de más.

Quién es quién resultaría maravilloso para que el presidente reflexione sobre ciertos procesos judiciales. Ese sonido que hacen las fichas de plástico al caer es muy sanchista, con el descarte y la ocultación de rostros que ya no aportan a la causa. El Twister, antes llamado Enredos -un juego super fenomenal- puede ser perfecto para mejorar en el arte del contorsionismo con los aliados políticos y lograr quizá aprobar los presupuestos.

Quién es quién resultaría maravilloso para que el presidente reflexione sobre ciertos procesos judiciales.​

El teléfono estropeado es un juego que funciona de maravilla y que tiene mucho que ver con la política también, y quizá con algunos procesos judiciales que siguen en marcha y que se van desvelando poco a poco o con algún viaje a Bruselas que queda pendiente. El Uno es un interesante juego de cartas en el que hay que quedarse sin nada para ganar. Otra pista.

En el Tabú hay que hablar de algo sin nombrarlo. Miel sobre hojuelas. Hay palabras que no deben decirse. Dixit, Pandemic, Virus, Laberinto, Código secreto o La Isla prohibida son también algunos juegos más modernos que podrían estar en la Moncloa estas navidades. Todo es un juego en el fondo. Quizá monte un bingo de palabras con el discurso del rey de esta noche. No es mala idea. Feliz Navidad.

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