Jennifer, la mujer que sufrió una amputación por parte de su pareja: "Soy la que era antes de conocerlo a él. Ahora soy feliz"

[eharvey]

El pasado 16 de septiembre, Santa Coloma de Gramanet, en Barcelona, vivió uno de los episodios de violencia machista más duros. Jennifer sufrió la amputación de su mano tras una cuchillada de su pareja que, lejos de arrepentirse, grabó un vídeo en el que justificaba sus acciones en base a una supuesta infidelidad por parte de la mujer.

Tras varias semanas en el hospital y gracias a la rápida actuación de los médicos, los sanitarios pudieron reimplantar la mano de Jennifer y, este martes, la mujer ha visitado el plató de Vamos a ver.

Desde el plató de Telecinco, Jennifer ha señalado que tanto su familia como sus amigos "tenían miedo de que, tras recuperarse, volviera con él": "Sé que cuando él salga de la cárcel, va a venir a por mí. Él no me va a dejar vivir mi vida, eso es perder para él".

"Lo normalicé, al igual que mis hijas... Aprendes a convivir con ello. Mis amistades me veían llorar cada día y me decían que lo dejase. Yo decía que esa era la última vez, pero luego me decía que lo sentía y yo le perdonaba... Lo hacía por mí y por mis hijas. En ese momento, yo estaba tan ciega que no veía más allá. Creía que le estaba haciendo bien a mis hijas, pero no era así", ha agregado Jennifer.

"Mi hija de 16 años no veía nada normal en esto y se metía en medio de las peleas. Mi familia no sabía nada de esto hasta que no me vieron en la graduación de mi hija. Yo decidí alejarme de mi familia", ha explicado la mujer que, además, ha recalcado que su expareja era muy celoso: "Yo no podía arreglarme y no lo hacía. Yo sabía que no estaba bien, pero no podía dejarlo".

Asimismo, Jennifer ha explicado que no fue hasta que su expareja casi acabó con su vida cuando vio que aquella situación era completamente insostenible: "Yo pensaba que el machetazo que me dio en la espalda había sido un puñetazo, pero no. Me cubrí la cara para que no hubiera moratones en la cara, pero entonces vi mi mano en el suelo. Él afirmó que yo estaba muerta porque a una amiga le dijo que esto me había pasado por ser infiel".

"Cuando me quité la camiseta, vi que no tenía mano. Fue algo de película de terror", ha añadido Jennifer que, además, ha explicado que ahora, con su expareja en prisión, tanto ella como sus hijas han encontrado la tranquilidad.

Tras haberse deshecho de su maltratador, Jennifer ha destacado que su vida es "de otro color": "He apartado a muchas personas de mi círculo de amistades. Soy la que era antes de conocerlo a él. Puedo reírme sin pensar en si él piensa que estoy ligando con otra persona. Él me exigía que le enviase mi ubicación y, aunque yo le mandaba fotos y vídeos de dónde estaba, me acusaba de hacer montajes. Creía que yo le mentía sí o sí. Yo ya no salía de casa sin él".

Finalmente, Jennifer ha querido mandar un mensaje a todas las mujeres que puedan estar siendo víctimas de violencia machista: "Si tú no lo haces, por más que veas o por más que te digan, no vas a dar el paso. Espero que estas mujeres, escuchándome a mí, que casi me mata, den el paso. No nos vamos a morir sin estos narcisistas y yo pensaba que sí, pero no es así. Ahora, yo puedo sonreír. En esa relación yo di todo de mí, me faltaba sacar el corazón y dárselo en la mano. Ahora soy feliz, puedo abrazar a mis hijas, la gente que me rodea y que me quiere sabe la verdad y celebra mi triunfo. Antes no era yo. Ahora me veo y sé que vuelvo a ser la que era hace años y puedo transmitir esta felicidad a mis hijas. No volvería a cambiar ni la movilidad de la mano por la tranquilidad que tengo ahora".

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