Casimer_VonRueden
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El PSOE decidió adelantar su congreso con el objetivo de que sirviera para relanzar un proyecto político tocado internamente por los acuerdos con Cataluña y por la reflexión pública que realizó el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en torno a su continuidad el pasado mes de abril.El PSOE quiso además celebrarlo en Andalucía, la comunidad dónde ahora mismo tiene más en juego y a la que pertenece el 25% de su militancia. Aquí se celebran en 2026 las próximas elecciones clave, como recordaba la vicepresidenta Montero, y aquí se juega el PSOE su futuro en el Congreso de los Diputados al ser el territorio con más escaños en juego.Pero ha cambiado mucho desde que en septiembre se convocó este Congreso. Parecía entonces que el mayor problema iba a ser la financiación catalana y el modelo territorial. Y, sin embargo, en medio, Valencia ha sufrido la mayor catástrofe natural en décadas en España. Se han sucedido las investigaciones judiciales en torno al Gobierno y el partido ha sufrido sacudidas internas como la dimisión de Juan Lobato tras la información publicada por ABC o la declaración de Víctor de Aldama con muchas acusaciones aunque de momento pocas pruebas. El Congreso del PSOE se ha tenido que adaptar a esta nueva realidad. Una cita que pretendía ser una ofensiva desde Andalucía, ha pasado a ser un cónclave a la defensiva y en el que parte del debate interno ha tenido que pasar a un segundo plano ante la emergencia de escenificar un cierre de filas. Palabras como las de María Jesús Montero acusando de «golpista» sólo pueden entenderse en este contexto.Andalucía contribuye a esa imagen de unidad. Los 268 delegados que aporta al Congreso tienen precisamente esa encomienda de sus agrupaciones: respaldar a Pedro Sánchez y a su Ejecutiva con independencia de cómo quede finalmente configurada, un detalle que conoceremos el próximo domingo. Si había planes de cambios profundos, o al menos había quién los intuía hace sólo unas semanas, los últimos acontecimientos y especialmente la declaración de Víctor de Áldama probablemente los haya alterado. Determinados cambios ahora parecerían un señalamiento o una admisión de responsabilidades.Aunque la realidad es que la composición final de la Ejecutiva es aún una incógnita. Es una decisión que está sólo y exclusivamente en manos de Pedro Sánchez, y que compartirá este sábado con los principales secretarios generales. Habrá poco margen para la negociación. Una vez que finalice el Congreso, el 2 de diciembre, esta cohesión y unidad interna del PSOE andaluz en torno a Pedro Sánchez se resquebrajará. Será entonces cuando Juan Espadas anuncie el calendario y la ubicación del congreso regional y plantee las líneas básicas de la propuesta con la que quiere repetir como secretario general y ser candidato en 2026.Pero aunque este fin de semana la consigna oficial sea que aún no toca, la realidad es que este congreso es un prólogo de enorme importancia. Cualquier gesto, cualquier palabra, cualquier movimiento del presidente del Gobierno en torno a Juan Espadas puede ser determinante.Elegir como sede Sevilla y situar al secretario general del PSOE-A, Juan Espadas, fue indudablemente una iniciativa en favor de su continuidad. Esta cita iba a ser un refuerzo a su figura.Por eso el esfuerzo de las voces críticas que hay con la gestión del líder socialista de marcar el debate en los días previos. Se ha intentado lanzar un mensaje a Ferraz para que eludiese un posicionamiento claro en torno a Juan Espadas como candidato. Al menos que fuera neutral.En el arranque del congreso, Juan Espadas ha dirigido la visita inaugural, ha acompañado a María Jesús Montero y a Santos Cerdá en la atención a medios y ha ejercido como anfitrión ante los más de mil delegados de toda España. En sus primeras palabras, en una entrevista concedida a Canal Sur, ha dejado claro cuál es el mensaje que quiere trasladar: «Siento el cariño y el apoyo de Pedro Sánchez a nuestra labor en Andalucía de oposición».Es complicado que sea de otra manera. Si uno revisa el mapa territorial del PSOE llega a la conclusión de que el Gobierno de Pedro Sánchez no tiene muchos aliados que hayan mostrado la lealtad en todo momento que ha escenificado Juan Espadas. Basta mirar lo ocurrido en Madrid, las declaraciones hoy de Emiliano García-Page o las dudas de los líderes extremeño y asturiano con las decisiones de Moncloa para llegar a la conclusión de que en la sede de Ferraz la dirección de la federación andaluza no es precisamente el mayor de los problemas.Pero aún hay que esperar qué gestos y movimientos se producen durante este fin de semana que permitan a Espadas llegar con más fortaleza al inicio de su campaña para las primarias y el congreso que arrancará formalmente el lunes.Para las voces críticas un silencio de Pedro Sánchez sería suficiente para que sientan que pueden tener opciones de librar una batalla igualada o que pueda haber un relevo consensuado y probablemente temporal. Pero para que esto ocurra realmente se tienen que dar dos factores.El primero, que sean capaces de aunar un candidato o candidata capaz de presentarse ante la militancia como una opción que puede llegar a alcanzar más nivel de conocimiento y valoración y, por tanto, más posibilidades de enfrentarse a Juanma Moreno en 2026 y ganar el gobierno de Andalucía que Juan Espadas. Si el perfil elegido no responde a estos criterios el mensaje que se trasladará es que esas voces críticas dan por perdidos los comicios y ya se apunta directamente a 2030.En segundo lugar, tienen que ser capaces de convencer a las dos federaciones que realmente definen unas primarias y un congreso en Andalucía. La federación de Sevilla, liderada por Javier Fernández, que ha sido hasta ahora el más explícito en su apoyo a Juan Espadas. Y la federación de Jaén que aún aguarda el momento para posicionarse en función entre otras cuestiones de lo que ocurra este fin de semana en el Congreso.De momento, Juan Espadas, como señala su entorno sigue pasando etapas en su reto de volver a presentarse a las elecciones autonómicas. El Congreso de este fin de semana es probablemente una de las más importantes

Javier Alonso: «El PSOE buscaba una ofensiva desde Andalucía pero se ha visto obligado a iniciar su congreso a la defensiva»
La federación andaluza sigue unida en torno a Pedro Sánchez, pero se prepara para su proceso regional: Juan Espadas lanza ya su estrategia para ser candidato en 2026