cornelius.casper
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Fue aquel 21 de noviembre de 2014 cuando, cinco minutos antes de las 8 de la mañana, Isabel Pantoja cruzaba la puerta de la prisión de Alcalá de Guadaíra para comenzar una nueva vida entre rejas. Lo hacía con unas enormes gafas de sol , quizá para ocultar su vergüenza, en medio de una nube de flashes de fotógrafos en busca de la icónica fotografía . La escena de hace diez años es hoy el símbolo del epílogo de una fúnebre época.Aquella fría mañana, Isabel Pantoja salió con tiempo de Cantora . Poco antes de las 7 de la mañana, la tonadillera abandonaba la reclusión del hogar para dirigirse a otra bien diferente: la de una presa. Se alejaba de su casa incómodamente sentada en el asiento trasero del coche, que derrapaba para salir a toda velocidad. Su hermano Agustín la acompañaba.Noticias Relacionadas TardeAR Isabel Pantoja y su idea de desheredar a sus hijos: «¡Esos van a llevarse una mierda de mi! Antes de darles algo, lo…» Maria Sánchez Palomo Terelu Campos carga contra el clan Pantoja ante el embarazo de Isa Pi Daniella BejaranoSolo una hora después, la cantante se situaría ya detrás de los barrotes de de la prisión de Alcalá de Guadaíra para cumplir la pena de dos años de prisión que se le había impuesto por blanqueo de capitales de su expareja y exalcalde de Marbella, el recientemente fallecido Julián Muñoz .Como casi todo en la vida de Isabel Pantoja, hubo sucesos extraordinarios. La Audiencia Provincial le impuso esa condena y luego el Supremo la confirmó. Como no tenía antecedentes penales ni llegaba a los dos años, la cantante pensó que nunca tendría que pasar por el penoso trance de la cárcel , pero se quedó helada al conocer que la Audiencia la enviaba a prisión al entender que los hechos eran muy graves al tratarse de corrupción política. Tampoco hizo una excepción con los banqueros Fernando Salinas y Benjamín Martínez, que ayudaron a blanquear el dinero y que fueron condenados a año y medio. Una vez notificado, Isabel Pantoja apenas tenía tres días de plazo para ingresar en la cárcel.Una sentencia demoledoraEl caso de blanqueo de capitales era un pieza separada del caso Malaya en la que estaban implicados Julián Muñoz y los hermanos Maite y Jesús Zaldívar , además de otras personas que facilitaron el blanqueo como la de los banqueros señalados. Seis años y medio recibió Julián Muñoz, quien ni siquiera recurrió ante el Alto Tribunal, y dos años y medio para Maite Zaldívar, lo mismo que su hermano Jesús. La sentencia que condenó a Isabel Pantoja era demoledora, el perfecto resumen de lo que se hacía en aquella Marbella corrupta hasta la médula: «La normalidad financiera y contable de la cantante se vio alterada notablemente tras el inicio de su relación sentimental con Julián Muñoz al utilizar las cuentas para aflorar efectivo ilícito de éste». Además, creó toda una estructura societaria « a modo de tapadera » sabiendo que «el origen del dinero procedía de actividades delictivas». El resultado: «Una confusión patrimonial completa con la que se pretendía borrar cualquier rastro de la procedencia inicial e ilegal». También fue sentenciada a pagar 1,14 millones de euros .Isabel Pantoja pasó sus últimas horas en Cantora arropada por sus hijos, su madre y hermanos y fumando un cigarro tras otro con los nervios a flor de piel. Al menos por entonces sí tenía familia y unos vínculos afectivos.Una presa privilegiadaNaturalmente, su vida en prisión sería algo más llevadera que la del resto de compañeras de fatigas. Como relataría más tarde 'La Razón' citando fuentes penitenciarias, g ozaría de ciertos «privilegios» , por ser quien era, en «su ‹chabolo' de lujo con edredón de plumas y microondas», donde además contaría con « el servilismo de sus compañeras » y un menú de « comida a la carta » que le servían en la celda.«La presencia de la prensa en la entrada de la cárcel facilitaba que, familiares y presas en tercer grado, hicieran confidencias a los reporteros. Así, apenas tres días después del ingreso de Isabel Pantoja, en noviembre de 2014, saltó la primera denuncia de un supuesto trato de favor: habían pintado su celda y le habían dado un colchón nuevo », relataba el citado medio. Y añadía: «Isabel Pantoja cometió graves infracciones del reglamento penitenciario , acalladas por la Dirección, y con la aquiescencia de todos los que las vivieron en primera persona».La cantante abandonaría definitivamente su condición de presa un 2 de marzo de 2016 tras firmar la libertad condicional. Durmió por última vez en la cárcel la noche del 8 al 9 de febrero gracias a la nueva modalidad del tercer grado penitenciario que se le concedió, que le permitía pernoctar en el domicilio y personarse en la cárcel cada quince días. Aquel fue el final de sus días más deshonrosos y el comienzo de otros. Diferentes pero igualmente polémicos.
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