Muchos han hablado de ella, de sus amistades y de su familia . Sin embargo, son pocos los que han podido conocerla y descubrir lo que hay detrás de su apellido. Iria Fernández-Tapias es una chica extrovertida a la par que sensible. Trasparente. Ambiciosa. Pero, sin ninguna duda, destaca el amor que profesa hacia los suyos. «Soy muy leal y fiel. Tanto en lo que concierne a la familia como con las amistades. Estar bien con mi gente, me sube el ánimo. Si me peleo con una amiga me afecta muchísimo», confiesa en conversación con ABC. También señala que piensa «más en el resto que en mí» y que no es orgullosa: «Pedir perdón no me cuesta nada». Su gran héroe es su abuelo, Fernando Fernández-Tapias : «Es mi modelo a seguir. Fue un hombre trabajador y que construyó un imperio -con la ineludible ayuda de su primera esposa, Victoria Riva de Luna , y de su suegro, el almirante Ángel Riva Suardíaz - de la nada. Lo tengo en un pedestal. Yo sé que algún día tendré el mío». La joven no puede contener la emoción al hablar de su «alalo» -forma cariñosa con la que se refiere a su abuelo-. De hecho, «llevo dos semanas bastante mal porque se acercaba la fecha del primer aniversario de su muerte». Aunque lo que más lamenta es no haber podido disfrutar de su compañía en sus últimos años de vida: «Me da pena no haber vivido sus últimos momentos con él. El último cumpleaños que celebré con mi abuelo fueron mis 18 años -ahora, tiene 26-. Lo he pasado muy mal». Y está segura que no es lo que el empresario gallego hubiera querido ya que estaban muy unidos. Prueba de ello es que puso su nombre al último barco petrolero de la naviera FTapias: «Imagínate yo de enana pensando que tenía un barco y que iba por los mares con mi nombre. Tengo una maqueta en mi casa guardada. Es un legado muy bonito. Por eso, me he sentido tan ligada a la naviera. Me encantan los barcos y el mar. Todo eso me lo inculcó él». OTRAS Noticias Pepe Barroso Jr.: «No quiero que mi hijo cometa los mismos errores que yo» Ricardo Sanz Última hora sobre el estado de salud de Mario Vaquerizo tras ser hospitalizado nuevamente Daniella BejaranoEn su memoria, guarda muchos recuerdos con Fernando Fernández-Tapias. Aunque hay dos que tiene grabados en su retina. El primero de ellos ocurrió en Marbella. «Yo tenía entre 8 y 10 años y vino con su barco, el Nufer. Atracó enfrente de mi restaurante favorito, fuimos a verle y, cuando nos bajamos, había un montón de focos y me quedé en 'shock'. Era la primera vez que veía algo así. Para mí, era algo nuevo». La otra tiene que ver con el Real Madrid CF, equipo del que el empresario fue vicepresidente: «La primera vez que fui al estadio Santiago Bernabéu me llevaron al palco presidencial. Estaba superemocionada porque no había estado nunca. Después, nos metieron en una zona donde se podía comer y en una sala con los directivos. Yo tendría, como mucho, 14 años. Al terminar el partido, nos llevaron a los vestuarios y cuando vi salir a los jugadores, me quedé flipando».«Recuerdo mucho los cocidos de mi abuelo. Cocinaba superbién. También las vieiras» Iria Fernández-TapiasUna de las cosas que Iria echa de menos es las reuniones familiares de los domingos: «Nos juntábamos toda la familia, era una mesa enorme. Los niños íbamos al jardín a jugar y después entrábamos. Y recuerdo mucho sus cocidos, cocinaba superbién. También las vieiras». Las fechas navideñas, de igual modo, eran motivo para juntarse y celebrar: «Todos los 25 de diciembre íbamos a Casa Lucio . Después, nos pasamos al Cuenco de Pepa». Sin embargo, por «asuntos familiares», todo eso cambió: «Mis últimas navidades con él no fueron este año. Fueron las quintas. Sentí que no estuviera presente, pensando en él y en sus hijos pequeños, Iván y Alma ». La primogénita de Fernando Fernández-Tapias -el hijo mayor del empresario gallego- y Mercedes Cañizares no puede contener las lágrimas al rememorar todo lo vivido: «Pasé de ver todas las semanas a mi abuelo a no verle. No podíamos. Tenía bloqueados todos los teléfonos de mis tíos y de mi padre. Y no creo que fuera cosa suya...». También defiende la postura de los cinco hijos mayores del naviero español de incapacitarle: «Él no era mi abuelo, era otra persona. Cuando una persona mayor está malita es como un niño pequeño y toma decisiones que una persona cuerda no tomaría. Lo hicimos por su bien y el de sus empresas». «Yo creo que mi abuelo no entendía por qué no veía a los hijos ni a los nietos», añade la joven a este periódico.Arriba, Iria Fernández-Tapias con sus padres, Fernando Fernández-Tapias y Mercedes Cañizares. Izquierda, la joven con su progenitor acudiendo al entierro de su abuelo. Derecha, una foto con el empresario gallego en su bautizo ABC / GTRESSobre este asunto, que ha hecho correr ríos de tinta en la prensa nacional, Iria Fernández-Tapias asegura que su familia optó por guardar silencio, -«se dijeron barbaridades de nosotros»- , por respeto a su abuelo: «Cuando salió lo de incapacitarle y se dijo que era mentira, no hablaron por no hacerle daño. Por eso, cuando murió, se demostró la verdad -sí se le incapacitó parcialmente-. Y ojo, que es muy difícil incapacitar a una persona. Tiene que estar muy mal porque se le quitan todos sus derechos. Nos importaba más lo que pensara él que lo que pensara toda España». Así, no puede perdonar que no le dejasen darle el último adiós: «Mi mayor miedo se cumplió, no me dejaron despedirme de mi abuelo. Nadie nos avisó. Nadie nos llamó. Él murió a las dos de la madrugada y nos enteramos a las ocho».Y esa tensión tampoco cesó en el tanatorio: «Nos escondieron la corona de flores. Una de hijos y nietos. Hasta el segundo día que fui y dije que eso se ponía. Yo conocía muy bien a mi abuelo y él no hubiera permitido nada de eso». También lamenta que no le dejasen leer, durante la misa funeral, una carta de despedida que escribió en memoria de Fernando Fernández-Tapias: «Siempre me ha gustado exponer lo que siento. Y como la otra parte no me dejó leerla, pensé que la mejor forma de dedicarle esas palabras era por redes sociales. Mi relación con él siempre fue buena. Soy la mayor de los primos y la que más momentos pudo vivir con él. Puedo decir que era la que mejor le conocía». Además, la joven comparte que con motivo del aniversario del fallecimiento de Fernández-Tapias, la familia le rindió homenaje, este viernes, en la más estricta intimidad: «Nos juntamos los más íntimos para rezarle. Es lo que de verdad importa, rezarle a mi abuelo. No que venga todo el mundo». Con estas palabras, hace referencia a la misa que organizó Nuria González , su última esposa, junto a sus vástagos y que tuvo lugar este jueves: «No nos avisaron. Me enteré, horas antes, por terceras personas». «Cuando tienes un apellido así tienes que cuidarlo, no ensuciar la imagen. Y es lo que siempre he hecho. Como dicen mis padres, 'nobleza obliga'» Iria Fernández TapiasSobre la repercusión de su apellido, Iria es muy clara: «Poniéndolo en una balanza, pesa más lo positivo porque te abre muchas puertas. Lo negativo es que no sabes si se te abren por ti como persona o por el interés de tu apellido». Aunque no es oro todo lo que reluce puesto que en alguna ocasión le han prejuzgado por ello: «Yo he intentado trabajar en una discoteca y me han dicho 'no, tú eres Fernández-Tapias y no lo necesitas'. O llegar a una discoteca, entrar por un amigo que trabaja allí, y decirme que tenía que pagar la entrada por ser una Fernández-Tapias». Todo esto lleva a que sienta inseguridad, en su día a día, sobre las personas que conoce de nuevas: «No me fío». Incluso comparte que en alguna disputa le han llegado a decir «me da igual quien sea tu abuelo»: «A la mínima que tengo una discusión con una amiga pienso que están conmigo por el interés y sé que no es así». Y una frase que le dicen sus padres y lleva por bandera es «nobleza obliga»: «Cuando tienes un apellido así tienes que cuidarlo, no ensuciar la imagen. Y es lo que siempre he hecho». Trabajadora y con ganas de emprenderEl carácter fuerte no es lo único que Iria Fernández-Tapias ha heredado de su abuelo. También sus ganas de emprender: «Siempre he querido tener mi propio negocio. Aunque he de reconocer que soy una persona a la que no le disgusta tener jefes. Estoy en una etapa en la que quiero aprender para después crear mi empresa. Hay que ir pasito a pasito. He trabajado en varios sitios para tocar todos los ámbitos. Ahora, soy la directora de comunicación y de 'influencer' marketing en Disparate Entertainment, una promotora de eventos y festivales como Mar de Jávea, Snowdaze y Dream Island». Además, trabaja en el ocio nocturno: «Muchos dicen que salgo mucho de fiesta, pero trabajo en discotecas como Rubicon Madrid y Grace Madrid. Es un trabajo en el que gano dinero y me gusta. Eso no significa que yo sea peor porque el lunes estoy a las nueve de la mañana en la oficina hasta las siete de la tarde y rindo». «Mi abuelo siempre nos decía que teníamos que trabajar. La educación viene de cuna», apunta. La nieta del empresario gallego no quiere ser 'influencer' -«no los critico, los amo»-, prefiere que «me conozcan por mis logros. Quiero que me conozcan por mí, no por ser 'nieta de' o 'hija de'. Creo que puedo aspirar a más y que valgo». Por último, desliza que uno de sus sueños es «encontrar al amor de mi vida, formar una familia, ser feliz, tener buenos amigos y que todos estemos bien. Y tener paz interior. Puedes tener dinero, casas, pero sin ser feliz no tienes nada. Esos son los valores que me han inculcado desde pequeña». Otro deseo es «volver a tener contacto con mis tíos pequeños. Nosotros no tenemos nada que ver con todo esto y, a día de hoy, ni hablamos. Me duele porque yo siempre he sido la que mejor me he llevado con mi tío pequeño y verle y no poder saludarle, duele. Y mucho».
Iria Fernández-Tapias: «Mi miedo se cumplió, no me dejaron despedirme de mi abuelo»
ABC habla con la nieta de Fernando Fernández-Tapias en el primer aniversario de su muerte. La joven recuerda el vínculo que tenía con el empresario gallego y lamenta los años que no tuvieron relación por «asuntos familiares»
www.abc.es