Anoche fue oficial, y cada uno es libre de ver el agua por donde considere. El Betis no fue capaz de entrar en la relación de los ocho equipos que tendrán la trabajada suerte de ahorrarse la fase previa a los octavos de final a falta de que juegue el partido ante el HJK Helsinki, cuyo duelo debía haber sido una fiesta como clasificado a ese Villamarín que viene manifestándose en reducido porcentaje por zonas desapacibles del mapa para mostrar su fiel descontento. Ayer tocó aclarar que vienen sólo por el escudo . Una lista cristalina en la que destacan escasos clubes de renombre, como son el Chelsea y la Fiorentina, que en un futuro podrían cruzarse con los verdiblancos. Pero los hay que inexplicablemente han logrado una mejor posición que el Betis, que por entidad, afición y sobre todo por esa necesaria dignidad deportiva debía estar ahí mucho más arriba. Y ayer con ese penoso triunfo ante el Petrocub se instala como 17º club en liza. El Lugano —líder de la Superliga suiza—, el Shamrock Rovers —segundo en suelo irlandés—, el Círculo de Brujas —¡penúltimo en la liga belga!— o el Jagiellonia Białystok —tercero en Polonia— son algunos de los andan cerca de sellar su pase por encima del Betis. Pues claro que vendrán por el escudo, nos respondemos entonces viendo la pancarta de ayer. Y seguirán yendo porque no hay otra razón a la que acudir a la congelada Moldavia hasta que este equipo tenga la santa madurez de demostrar lo contrario.Todos esos decentes conjuntos habrán tenido que hacer frente a sus bajas y a buen seguro todos ellos habrán debido sortear terrenos inhóspitos cuando han sido obligados a cumplir fuera de sus estadios. Lo que queda claro desde hace tiempo es que no habrán podido regatear la precariedad económica en la que perviven instalados, decimos, esos equipos que están cerca de hincarle el diente al verdadero desafío continental que se viene resistiendo en este quinto año de Pellegrini. Ausencias habrá y serán notorias, pero a nadie sorprende ya este pasivo Betis que no quiere crecer un ápice en Europa. Y que de lejos tiene unas posibilidades en el bolsillo que ni logran soñar esos mencionados clubes, quizá no para rascarse mucho más en enero, pero sí en la inversión que ya está sobre el césped y no en la enfermería. Adolece de un déficit de rentabilidad que a su vez crea una crisis de credibilidad en esta competición.Seguirán yendo por el escudo, nadie lo dude a estas alturas. Y si el partido del jueves se jugara en Finlandia, tendríamos a mano la prueba gráfica e irrefutable de que este equipo seguirá arrastrando a su gente entre bufandas y abrigos. Por más que su juego no lo merezca y a veces, como sucedió ayer en Chisinau, tampoco labre ejemplo alguno su intensidad. Aún tiene la sartén de Europa por el mango este Betis, en deuda impertérrita con los suyos. De él depende si comenzar a saldarla el jueves 19 a las 21.00.
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