Infidelidad en la pareja: los pasos que reparan y fortalecen la relación

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El otro día, Sara, quien en redes es conocida como Mami Reporter, me preguntaba en una entrevista sobre las relaciones de pareja si se podía superar una infidelidad. Creo que es una de las preguntas más comunes en mi profesión, y, como siempre mi respuesta fue que sí, se puede.

Sé que no es lo socialmente aceptado, de hecho, nada como ver lo que sucedió entre Tamara Falcó e Iñigo Onieva -y la reacción colectiva- para comprobar la existencia de una especie de acuerdo tácito de que, si eres consciente de una infidelidad, tienes que ponerle punto final a la relación y no volver a ver a esa persona.

Aunque la infidelidad puede ser ese límite que, una vez traspasado, significa la ruptura total o, como demostró la marquesa de Griñón, un punto de inflexión para la pareja.

Es una decisión que depende de muchos factores, pero desde la terapia de pareja es más que posible trabajar en equipo para reparar y sanar después del mazazo emocional (si ambas personas quieren intentarlo, por supuesto).

En el terreno de la reconciliación después de una infidelidad, la terapeuta belga Esther Perel habla de tres etapas diferenciadas cuando se descubre.

En primer lugar habla de la crisis, que corresponde al momento de descubrir a la persona infiel y que viene acompañado de sentimientos de confusión, ira, tristeza…

Apenas unas horas pueden significar pasar del "Ni te me acerques, ¿cómo has podido?" al "¿Me das un abrazo?". Y lo importante es recordar que ni una ni otra postura son determinantes, ya que se necesita tiempo para procesarlo todo e ir aceptando los sentimientos que se van atravesando.

A continuación vendría la fase de la dotación de significado a la infidelidad, porque como algunos estudios sobre infidelidades apuntan, muchas de las personas que cometen adulterio están felices en su relación. Es un paso que responde más a un deseo individual que a una crisis en el seno de la pareja.

Dotar de significado a la infidelidad es un momento más sereno en el que se trata de entender el sentido y la magnitud de lo sucedido: desde los motivos por los que se ha hecho, la implicación que tiene para los miembros de la pareja, si se quiere poner fin a la relación con ello…

Por último, la fase de toma de decisión es donde se responde a la pregunta de qué se hace con lo que ha pasado y, más importante, si se puede utilizar para aprender al respecto y redefinirse como pareja.

Algo que no solo implica contestar con un sí o un no, sino adquirir el compromiso y remangarse para seguir adelante. No será un camino fácil, pero habrá un futuro por delante.

De hecho, hay una frase de la psicóloga que lo describe perfectamente: "Cada affair redefine matrimonio y cada matrimonio redefine el significado del affair".

Sí, hay parejas que aún intentando trabajar en la relación toman caminos separados, bien porque son incapaces de superar el daño o porque las infidelidades continúan.

Pero también hay casos que se esfuerzan, luchan, sanan y su vínculo se fortalece de una forma nueva y muy satisfactoria para ambos. Yo soy de las que opina que mejor quedarnos con esos esperanzadores casos.

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