Homenaje póstumo a Cobradiezmos, el victorino que aupó a la gloria el toro bravo

doyle.stacey

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El pasado martes, 8 de octubre, murió Cobradiezmos en la finca ‘Las Tiesas de Santamaría’, en la provincia de Cáceres, donde pasta la ganadería de Victorino Martín.

Cobradiezmos no necesita apellidos. Es historia de la tauromaquia, y cualquier aficionado lo conoce como si hubiera estado en La Maestranza de Sevilla aquel 13 de abril de 2016, cuando fue indultado tras un comportamiento excepcional como toro bravo.

“Ha aparecido muerto esta mañana”, comentaba el ganadero al portal Mundotoro. “Lo teníamos muy protegido con un toro adulto, al que Cobradiezmos ya había pegado hace tiempo, y con novillos. Pensamos que el toro adulto lo ha matado. Son cosas del campo”. Añade Victorino Martín que aún no han decidido dónde descansará para siempre el toro, aunque lo disecarán, como ya hicieron con Velador, el toro indultado en la plaza de Las Ventas el 19 de julio de 1982.

Cobradiezmos ha sido uno de los toros más bravos, encastados, nobles, completos y redondos que haya salido nunca en La Maestranza

Las crónicas del indulto contaron que Cobradiezmos, de pelo cárdeno, número 37, de 562 kilos de peso y preciosas hechuras, nacido en 2011 -hubiera cumplido 13 años en diciembre- ha sido “uno de los toros más bravos, encastados, nobles, completos y redondos que haya salido nunca en La Maestranza. Uno de los toros que, quizá, solo salgan una vez en la vida. Espectacular y deslumbrante desde que embistió al capote de su lidiador, que lo esperaba de rodillas en los medios, hasta que siguió todo ufano a los cabestros camino de los corrales. Un animal, emblema de bravura y nobleza, que embriagó de felicidad a esos pocos aficionados que estaban en los tendidos, necesitados de algún milagro que les hiciera renovar su fe en la tauromaquia. Y Cobradiezmos les devolvió la alegría para siempre. Más de uno con razón dirá que ya puede morir tranquilo”.

“El toro se encontró de salida con Manuel Escribano, su lidiador, que lo esperó de rodillas con una larga cambiada, y continuó con unas apasionadas verónicas en las que el animal embistió con fiereza y codicia. Acudió con presteza y empuje en las dos entradas al caballo, donde hizo una buena pelea; templado y al galope obedeció en banderillas, y llegó al tercio final codicioso, encastado, cargado de ímpetu y nobleza, incansable, desbordado de cualidades. Acudía con rapidez al cite, perseguía el engaño, fija la mirada, largo el recorrido, y repetía una y otra vez a las órdenes del torero”.

“A Manuel Escribano le tocó la lotería y supo estar a la altura de las nada fáciles circunstancias. Dibujó, quizá, la faena de su vida, templadísimo y largo por ambas manos, gustándose, con elegancia y cabeza para no romper el embrujo creado en la plaza. La faena fue larga porque el presidente, con buen criterio, reflexionó con serenidad, y, mientras el animal seguía y seguía embistiendo, apareció el pañuelo naranja, la bandera de la gloria para la fiesta de los toros”.

Manuel Escribano y Cobradiezmos, durante la faena de muleta.

“Cuando Cobradiezmos acompañó a los cabestros camino de los corrales, ufano y feliz, entre la atronadora ovación de los tendidos, la corrida podía haber terminado”.

El toro hizo el viaje de vuelta a la finca que lo vio nacer, ‘Las Tiesas de Santamaría’, y allí ha sido semental hasta el día de su muerte.

El 23 de abril de 2019, este periódico visitó a Cobradiezmos en compañía del ganadero y contaba así el encuentro con el animal:

“La comitiva llega a los terrenos de Cobradiezmos, el rey-sol de la ganadería, el toro indultado en la Maestranza de Sevilla el 13 de abril de 2016. Allí pasta junto a unas 30 vacas y algunos becerros, hijos suyos, con pocos días de vida. El ganadero avisa. Cobradiezmos es esquivo, le molestan las visitas, y no duda en embestir a los visitantes. Está cansado, y con razón, de ser el foco de las cámaras y del asedio de turistas curiosos que no lo dejan vivir. No es fácil que pose para las fotos y, ante la cercanía del vehículo, escarba la tierra y avisa que está dispuesto a defender su privacidad. Se impone la retirada”.

Durante sus ocho años como semental ha sido padre de muchas camadas que garantizan que Cobradiezmos seguirá vivo largo tiempo en la ganadería

Sin duda, este toro ha dado prestigio a la ganadería de Victorino Martín, ha creado aficionados y ha aupado a la gloria el toro bravo y la tauromaquia. Un toro que ha dejado una huella imborrable en la historia del toreo. Durante sus ocho años como semental ha sido padre de muchas camadas, y su dueño ha contado que tiene nietas reproductoras, e hijos y nietos aprobados como reproductores. Es decir, Cobradiezmos seguirá vivo durante muchos años en la ganadería.

También, cómo no, en la memoria de los aficionados y de la plaza de la Real Maestranza de Sevilla. Así, el 19 de abril de 2017, se develó un azulejo en una de las paredes del llamado ‘corral del manifiesto’, donde se realizan los reconocimientos de los toros que presentan los ganaderos, que recoge la gesta de Cobradiezmos y añade los nombres de las personas que de alguna manera participaron en aquella memorable tarde.

El texto que figura en el mosaico dedicado al toro indultado dice lo siguiente:

“En la Junta de Gobierno de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla celebrada el 30 de enero de 2017 fue acordado dedicar este azulejo al toro Cobradiezmos, cárdeno, con peso en vivo de 562 kilos de peso, de la ganadería de don Victorino Martín, que fue lidiado en esta plaza el 13 de abril de 2016, y al que por su extraordinarias cualidades y bravura durante su lidia, y a petición del público, perdonó la vida el presidente de la corrida don José Luque Teruel, asesorado por don Francisco Herrera y don Luis Arenas. Nombre de la madre: ‘Cobradiezmas’. Nombre del padre: ‘Jaquetón’, ambos procedentes de la ganadería de don Victorino Martín. Criado en la finca ‘Las Tiesas de Santamaría’, del término de Portezuelo (Cáceres). Lidiado magistralmente por el matador Manuel Escribano, estando su cuadrilla compuesta por José Manuel Ruiz ‘Chicharito’, picador de turno, José Manuel Quinta, Juan Sierra, Antonio Manuel Punta y Jaime Padilla”.

Honor y gloria al toro bravo, a Cobradiezmos y a tantos otros que han mantenido y mantienen la tauromaquia con su fortaleza, fiereza, bravura, casta, codicia, prontitud, fijeza, acometividad y clase. Pocos animales tienen la fortuna de formar parte de la memoria colectiva.

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