Gobierno y Criteria amplían en sigilo su control en Caixabank al borde del 50%

Jesse_Mayert · 6 Dic 2024

Criteria Caixa y el Gobierno siguen ampliando sigilosamente su participación en Caixabank. Desde que se ejecutó la fusión con Bankia en marzo de 2021, los dos socios en la creación del mayor banco en España están elevando posiciones fuera del radar público sin que conste en la CNMV la actualización de sus respectivos porcentajes en el banco.

Y lo están haciendo sin invertir un euro o, incluso, vendiendo parte de sus acciones en bolsa. Es el efecto de las recompras masivas de títulos propios que está desplegando la entidad y su amortización posterior. Esta fórmula de remunerar a sus dueños ha sido la clave del progresivo aumento de su peso en la propiedad porque Caixabank ha realizado varias reducciones de su capital social.

La última quedó registrada en el mercado de valores este miércoles y ha supuesto la eliminación de 197 millones de títulos, el 2,7% del capital. Pero no es la única. Hasta 885 millones de acciones de Caixabank, o el 11% del total, han sido eliminadas de la circulación en apenas tres años previo paso por su autocartera. Es el fruto de varios programas de recompra valorados que van camino de los 4.000 millones de euros, pero sobre todo entre 2023 y 2024. El último de ellos todavía está en curso.

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Tras este ajuste, Criteria Caixa subirá del 31,17% al 31,57% su participación en Caixabank, mientras que el Gobierno de Pedro Sánchez, a través del FROB, eleva la suya del 17,9 al 18,1% del capital, según los datos compilados por 'La Información'. La suma de los dos grandes copropietarios del banco sube así del 49% al 49,7% del capital, volviendo a acercarse al límite del 50% que se plantearon no superar.

Hay que recordar que el holding de La Caixa anunció este verano que había vendido, durante el segundo trimestre de 2024, hasta 128 millones de acciones de Caixabank, el 1,8% de su capital, precisamente para evitar superar el 50% del capital junto con el FROB. De no haberlo hecho, su participación actual estaría cerca del 34% del banco en lugar del 31,5%.

Alerta por la desinversión del Estado

En ese caso, el Estado y Criteria incurrirían en un supuesto de cambio de control y de tener que lanzar una oferta de compra sobre la totalidad del banco, según fuentes financieras. Se debe a que se les considera potencialmente concertados desde que acordaron la fusión Caixabank-Bankia y alcanzarían la mayoría absoluta mercantil: el 50,001%.

El FROB, controlado por el Gobierno, ha elevado su participación inicial del 16,1% al 18,1% actual, dos puntos porcentuales más, mientras que Caixabank -de no haber vendido- hubiese elevado en cuatro puntos su peso de inicio en el banco que dirige Gonzalo Gortázar, como consejero delegado, y preside José Ignacio Goirigolzarri hasta final de año, cuando será sustituido por Tomás Muniesa. El banquero vasco pondrá fin así a su etapa de 12 años pilotando el rescate de Bankia por mandato estatal.

La salida de Goirigolzarri se produce cuando se ha activado la cuenta atrás para la desinversión del FROB en Caixabank conforme a los compromisos adquiridos con Bruselas, después de varias prórrogas. La venta de las acciones en manos del Gobierno llega con el escenario de la banca europea en plena ebullición por procesos de fusión y adquisición.

Tanto Moncloa como Criteria Caixa están ojo avizor ante las consecuencias de esa colocación del 18,1% en mercado, que se producirá en los próximos meses. Pese a que el holding de La Caixa se mantendrá como primer accionista con más del 30% del capital y una posición controladora en el consejo, el riesgo de abrir las puertas del banco a algún inversor incómodo como el Unicredit de Andrea Orcel es demasiado elevado, como acaba de suceder en Alemania e Italia.

El Gobierno de Olaf Scholz ha visto cómo el italiano se convertía de la noche a la mañana en el mayor accionista del Commerzbank alemán contra su criterio. Orcel ha reculado y califica su participación del 25% como una "mera inversión" para calmar los ánimos ante el enfado de Berlín. No obstante, tres meses después, todavía sigue dentro y sin prisas por salir a la espera de que otro comprador le ofrezca precio para salir.

En el caso del Ejecutivo de Giorgia Meloni, la desinversión en el Monte dei Paschi di Siena (BMPS) parecía ir tranquila con una venta de acciones muy repartida, que iba de manera equilibrada a entidades italianas como Banco BPM, Unipol o la familia Caltagirone. Sin embargo, de nuevo, el oportunista Unicredit dio otro golpe con una opa en acciones sobre el BPM que le daría, a su vez, una participación relevante en el recién privatizado Monte dei Paschi.