Gisele Bündchen: de una trágica muerte a su nuevo embarazo

[Israel_Hoppe]

2024 ha sido un año extraño en la vida de Gisele Bündchen. Uno de esos en los que se experimentan todos los altibajos que da una vida en un corto período de tiempo. Y, además, en casi todas las facetas, porque la brasileña ha tenido tanto que despegarse del foco mediático como tener que volver a la primera línea para responder mediante una entrevista. Al fin y al cabo, es uno de los grandes nombres del último cuarto de siglo de la moda y conoce a la perfección que, tal y como ha evolucionado la profesión, ahora hace falta tener consciencia de que una misma es responsable a su vez de ser su propia agente de relaciones públicas.

Y eso que Bündchen, que en el mes de julio cumplió 44 años, acabó 2023 dejando claro que sería fiel a sus principios y que las redes sociales son solo una herramienta más en su día a día y no el centro sobre el que gira su rutina. "Ahora paso, quizá, una hora a la semana en las redes sociales. De lo contrario, nos vamos volviendo adictos a ellas. Y creo que debemos empezar a ser conscientes de esto. El tiempo es lo más importante que tenemos, es nuestro mayor tesoro", puntualizó.

Y esas reglas personales quedaron demostradas en el infausto enero que vivió. Porque aquel inicio de año lo principió la modelo con un entierro muy duro: su madre, Vânia Nonnenmacher, falleció a los 75 años de edad en el Hospital Moinhos de Vento en Porto Alegre, al sur de Brasil, donde estaba ingresada desde hacía poco tiempo para continuar con el tratamiento contra el cáncer que padecía.

Bündchen esperó un par de días para rendirle homenaje en redes, con una publicación con diez fotografías y un hermoso texto de despedida, a su madre y a las de sus cinco hermanas —Rafaela, Graziela, Gabriela, Raquel, y la hermana melliza de la supermodelo, Patricia—, que además fue la responsable indirecta de que se acabase dedicando al mundo de las pasarelas. "Fuiste un ángel en la tierra, siempre ayudando a todos aquellos que te rodeaban", escribió. Y eso que en aquel momento, la modelo natural de Horizontina estaba pasando un momento convulso a nivel amoroso.

Por un lado, se encontraba completamente prendada de su entrenador personal de jiu-jitsu, Joaquim Valente, con el que fue vista el día de San Valentín dándose enamorados besos en su barrio de Miami después de algo más de un año saliendo, confirmando ya sí una relación que varias fuentes tildaban de temporal o de que era "prematuro" hablar de amor a pesar de que hubiesen hecho ya viajes juntos a Costa Rica o a su Brasil natal o de que fuera común verlos pasear por la playa o en el aeropuerto con los hijos que Bündchen tuvo con Tom Brady, Benjamin y Vivian.

Pero por otro, de hecho, el que fuera estrella de la NFL y quarterback más laureado de todos los tiempos se había convertido sin lugar a dudas en el mayor quebradero de cabeza de Gisele. Según las redes y varias fuentes y expertos, porque no ha aceptado la separación y el divorcio —el cual provino entre otras cosas del desgaste de su matrimonio después de 13 años casados y de su negativa, tras la petición de la modelo, de dejar el deporte profesional— y, sobre todo, por celos, a pesar de que en teoría también él había empezado a ver a otras personas, como Irina Shayk.

Con toda probabilidad fue Brady quien comenzó, a través de informantes anónimos, el rumor de que Bündchen le había sido infiel y que su romance con Valente había comenzado mientras aún eran marido y mujer, no creyéndose la cronología de que su relación empezó ocho meses después de su separación. Y fue cuando Gisele tomó cartas en el asunto y concedió una entrevista para sincerarse y negar que le hubiese puesto los cuernos al exjugador de los New England Patriots y los Tampa Bay Buccaneers.

En dicha conversación precisamente se le llenaron los ojos de lágrimas a la supermodelo, afirmando que su divorcio fue "la muerte de un sueño" pero matizando: "Mi corazón estará ahora mismo donde yo esté. Estoy viviendo mi vida y no voy a pedir perdón por ello". Agregó, por si acaso no había quedado claro el mensaje, que su experiencia le había hecho darse cuenta de "lo que quiere y lo que no quiere", así como que es algo arraigado en la cultura patriarcal del mundo el "echarle la culpa a la mujer" cuando una relación sale mal.

De una forma un poco críptica, utilizando una canción de Fleetwood Mac, Brady reaccionó a la noticia que ha cambiado la vida de Bündchen: su embarazo. Se supo en otoño, si bien la modelo entonces estaba en su quinto o sexto mes de gestación. Se trataba de una respuesta extraña, habida cuenta de que se trata del tercer hijo para Gisele, el primero con Joaquim Valente, y un nuevo hermano para sus hijos, los mismos de los que él ha reconocido no haber sido el mejor padre y haber metido la pata.

"Para un niño es una mierda ser mi hijo", fueron las palabras de Brady, que algunas fuentes aseguran que estaba "abierto" a volver a ser padre con Gisele de no haber sido por el divorcio. Pero la crianza de sus hijos y que el quarterback continuase sobre los terrenos de juego había sido un motivo importante para que la modelo dejase de lado su trabajo.

Uno, de hecho, al que ha regresado volviendo a protagonizar diferentes campañas publicitarias. Eso sí, Bündchen fue una de las ausencias más comentadas en el desfile de Victoria’s Secret del pasado octubre, en lo que suponía el regreso de la marca a las pasarelas tras varios años. Curiosamente, declinó la invitación alegando su anunciado retiro de las pasarelas de 2020, si bien ahora se especula que sobre todo tuvo que ver su embarazo, dado que habría sido imposible ocultar que en 2025 llegará su nuevo bebé y, con seguridad, un nuevo capítulo en su vida.

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